El “Niño rico” derrotado por azuleños
Por Eduardo Agüero Mielhuerry
Máximo Marcelo Torcuato de Alvear nació
en la ciudad de Buenos
Aires, el 4 de octubre de 1868. Sus padres
fueron Torcuato de Alvear y María Elvira Dolores Pacheco. El
matrimonio tuvo siete hijos pero sólo sobrevivieron Carmen, Ángel, Carlos y el
propio Marcelo.
Estudió en
el Colegio Nacional de Buenos Aires y en 1891 obtuvo en
Pero por sobre todas las cosas
fue un gran cultor del deporte en sus más variadas expresiones. Frecuentaba
Alvear versus Cassoulet
Las Damas de
El evento se realizó el
día sábado 16 de noviembre de 1901, alrededor de las 4 de la tarde. Se
inscribieron cinco corredores, y uno de ellos, Marcelo T. de Alvear se
inscribió en dos de las categorías disponibles. La primera fue para automóviles
de hasta 500 kilos, con un recorrido en línea recta de
Lamentablemente, la
primera prueba, reservada para las máquinas de tres ruedas, debió suspenderse,
por no anotarse participantes.
La segunda prueba,
reservada para coches de hasta 500 kilos de peso, se corrió con cuatro
competidores. Estos fueron los señores Juan Abella, Marcelo T. de Alvear,
Eguisto Gismondi y el azuleño Juan Cassoulet. La
carrera estuvo a la altura de lo esperado por todos, y fue ganada por nuestro
coterráneo, conduciendo un “Rochester”
a vapor. Pero la exigencia fue tal, que al llegar a la meta, debido a la falta
de presión en la caldera, comenzó a incendiarse, llegando Cassoulet a apagar el
fuego, retirando los asientos acolchonados para evitar una verdadera desgracia.
Mientras tanto, el coche
de Alvear, debido a la fuerza del motor al ser acelerado de manera excesiva
rompió la cadena de transmisión, quedando muy limitado para ofrecer una
velocidad más exigente.
La velocidad del ganador
fue de casi
La última carrera de la
tarde, con peso libre y con
¿Quién era ese azuleño?
Juan
Cassoulet había nacido en Azul en el año 1873. Hijo de
franceses, su familia contaba con una posición medianamente acomodada en la
sociedad, comerciando velocípedos, motociclos y automóviles. No en vano, por
ejemplo, Hipólito Cassoulet, hermano de Juan, se halla entre los fundadores del “Ciclista Club Azuleño”,
cuya primera comisión directiva, constituida el 17 de junio de 1899 lo
contaba entre sus notables miembros, sumándose Floriano M. Reviere, Silvano
Bonnet, Arturo López Claro, Juan Donadío, Héctor Urioste, Remigio Piazza,
Manuel Castellár, Pablo Menetret y Manuel Aztiria entre otros.
Juan contrajo matrimonio con una también descendiente
de franceses, Berta Dencansse, con quien tuvo al menos tres hijos: Eugenio Francisco (1894), Ana
Benita (1896) y Laura Lila (1898).
Fue
agente de la marca De Dion Bouton y luego de las marcas Benz, de Macchi, Pozzi
y Riva.
En 1905, a bordo de otro De Dion
Bouton, pero de dos cilindros y 12 caballos de fuerza, realizó el primer raid a
Bahía Blanca acompañado por su hermano Luis, Esteban Marquestau y Belisario
Zapata. Cuenta la historia o tal vez la leyenda que, al encontrarse con un
pantano cerca de Azul, voltearon el alambrado y penetraron en un campo arado.
Apareció el dueño del campo y, cuchillo en mano, les ordenó que salieran de
inmediato. Pero los automovilistas no se intimidaron y, revólver en mano,
siguieron en la competencia.
Un año
más tarde, con un De Dion Bouton, compitió en la primera prueba oficial del ACA
en ruta entre La Recoleta y El Tigre, pero abandonó.
Se
retiró de las competencias a finales de la década del ’10, pero no abandonó su
lazo con los vehículos.
Juan
Cassoulet murió 9 de octubre de 1949, a los 76 años de
edad. Fue sepultado en el Cementerio de la Chacarita.
Alvear versus Bardi
En otro ámbito, Alvear llegó a coronarse como el mejor
tirador de revólver a
De joven, Alvear era un tirador deportivo exitoso,
ganando una medalla de oro en el Campeonato Mundial participando en equipo en
la categoría pistola libre, celebrado en Buenos Aires. Él recibiría también una
medalla de plata por equipos en la edición de 1904 en Lyon, Francia.
El
edificio primitivo del Tiro Federal de Azul, que tenía la
apariencia de una fortificación pétrea y almenada, fue inaugurado con una
importante celebración el 9 de julio de 1902 con la presencia
del ministro Pablo Riccheri. Desde entonces, la
práctica dominical del tiro se hizo regla inquebrantable entre muchos azuleños,
que tuvieron en dos tiradores de la época, los señores Gregorio Motti y Agustín
Bardi, cultores capaces, que resultaron vencedores del sexto premio en
el concurso nacional de tiro, celebrado en
Hubo una oportunidad en la que Marcelo T. de Alvear y
Agustín Bardi se enfrentaron oficialmente en
Otro azuleño se había cruzado en el camino del “Niño rico”…
Carrera en ascenso…
Marcelo
Torcuato de Alvear desempeñó varios cargos políticos sin privarse de seguir su
vida deportiva al tiempo que viajaba por diversos lugares del mundo junto a su
esposa Regina Pacini. Y finalmente, se convirtió en Presidente
de la República Argentina, asumiendo el 12 de
octubre de 1922.
La expansión
económica que experimentó
Y para marcar
una diferencia sustancial con su correligionario antecesor (Hipólito Yrigoyen),
Alvear siempre procuró estar presente en las ceremonias, inauguraciones y en toda
clase de eventos sociales… Y tal era su pasión por los deportes que, el 31 de
diciembre de 1923, firmó un decreto creando el Comité Olímpico Argentino y así resolvió la concurrencia de Argentina a los Juegos
Olímpicos por primera vez al año siguiente.
Creó el Conservatorio Nacional de Música, y por medio de un decreto fundó el Departamento de Artes Musicales y
Sonoras. Además creó los cuerpos estables del coro, orquesta y ballet para
el Teatro Colón. Por
iniciativa de su esposa, motivada por los recuerdos de los tiempos
difíciles que tuvieron que pasar sus padres, se le ocurrió fundar una
institución que los protegiera, dando inicio a
Alvear fue uno
de los socios fundadores de la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos (S.A.A.P.), una institución sin fines de lucro, la cual fue testigo
de varias corrientes artísticas en todas las disciplinas de las artes visuales.
Una vez finalizado su gobierno, Alvear se radicó en París. Sus allegados le mandaban cartas informándole sobre la caótica situación en que se encontraba la política del país y como se deterioraba la figura de Yrigoyen. Así fue también como se enteró del golpe de Estado de José Félix Uriburu.
Otra vez cara a cara con los azuleños…
Lejos de la actividad deportiva, Marcelo T. de Alvear como presidente del Comité Nacional de la U.C.R., junto a los candidatos a gobernador y vice, doctores Honorio Pueyrredón y Mario Guido, y una nutrida comitiva arribó a nuestra ciudad el domingo 13 de octubre de 1935.
Cenó en el “Hotel Colón” y disertó ante una
sala colmada en el Teatro Español. Inicialmente recordó su primer viaje a Azul
cuarenta años antes, en 1895, cuando integraba una división del Ejército que se
dirigía a la concentración de Curumalán ante el conflicto limítrofe que se
había desatado con Chile, y dijo: “En esa
oportunidad un peligro exterior amenazaba la tranquilidad de
Pero nada dijo de sus derrotas deportivas… El Teatro lo
ovacionó.
El
domingo 15 de agosto de 1937 volvió a pisar las tablas del Teatro
Español, pero en la ocasión lo hizo como candidato a Presidente de