Cultor de los Sagrados Corazones
El 9 de noviembre de 1946 se inauguró
en nuestra ciudad la Capilla Sagrado Corazón de María,
más conocida por los azuleños como Capilla del Buen Pastor.
Aquella jornada, los actos se
iniciaron muy temprano por la mañana, con la consagración de los altares por
parte del obispo diocesano monseñor César A. Cáneva, de cuyas ceremonias
fue madrina la señora Josefina Anchorena de Rodríguez Larreta.
Luego, el Vicario General de la Diócesis y asesor religioso de la Congregación
capellán del nuevo templo monseñor Santiago A. Rava, procedió a la
bendición de las imágenes, ceremonia que tuvo a varios vecinos azuleños como
padrinos; entre ellos, de la imagen de San Juan Eudes, fueron padrinos el
entonces comisionado municipal Dr. Juan Carlos Peralta Reyes y su
madre doña Julia Reyes de Peralta.
De escayola policromada y adquirida en la “Casa Majó” de Buenos
Aires, la imagen de San Juan Eudes fue entronizada en la capilla menor de la
izquierda de la nave principal. El altar de esta capilla es, como el mayor, de
mármoles y en un relicario se exhiben las reliquias del santo. A su vez, a los
pies del altar descansan
actualmente los restos mortales de monseñor Rava.
El camino de la caridad
Juan Eudes
nació el 14 de noviembre de 1601, en una granja cerca de la Villa de Ri,
Normandía, Francia. Sus padres fueron Isaac Eudes y Marta Corbin. Tuvo seis
hermanos, entre los que estuvo el historiador Francisco Eudes de Mecerac
A los catorce años de edad ingresó al Colegio de los Jesuitas en Caen.
Sus padres deseaban que él continuara con el legado familiar,
casándose y trabajando en la granja, sin embargo, se unió al Oratorio de Jesús el 25 de marzo de
1623. Uno de sus maestros y modelo en la vida espiritual fue el fundador del
Oratorio, Pedro de Bérulle, quien lo recibió en la orden. Poco después,
el futuro cardenal Bérulle, le dio permiso de predicar, aunque sólo había
recibido las órdenes menores. Al cabo de un año, en París, Juan fue enviado a
Aubervilliers a estudiar bajo la dirección del padre contemplativo y ascético Carlos
de Condren.
Juan Eudes fue ordenado sacerdote el 20 de diciembre de 1625 y celebró
su primera misa en Navidad. Dos años más tarde, se desató en Normandía una
violenta epidemia de peste, y Juan se ofreció para asistir a sus compatriotas.
Bérulle lo envió ante el obispo de Séez con una carta de presentación, en la
que decía: “La caridad exige que emplee
sus grandes dones al servicio de la provincia en la que recibió la vida, la
gracia y las órdenes sagradas, y que su diócesis sea la primera en gozar de los
frutos que se pueden esperar de su habilidad, bondad, prudencia, energía y
vida”. Eudes pasó dos meses en la asistencia a los enfermos en lo
espiritual y en lo material, administrando los sacramentos. Después fue enviado
al Oratorio de Caen, donde permaneció hasta que una nueva epidemia se desató en
esa ciudad, en 1631.
En 1633 comenzó a predicar misiones parroquiales, y finalmente predicó
más de cien misiones en toda su propia región, así como en la Isla de Francia y
Borgoña y también en Bretaña. Jean-Jacques Olier se refirió a
Eudes como “el prodigio de su edad”. Eudes se convirtió en un destacado
predicador y confesor con un don para la evangelización.
Después del Concilio de Trento (1545-1563)
proliferaron los seminarios de la Iglesia. Eudes fundó varios seminarios en la
zona, incluido el de Rennes. En 1674 recibió seis bulas papales de indulgencias
del Papa
Clemente X para cofradías y seminarios dedicados a los Sagrados
Corazones.
Magdalena
Una de las experiencias que adquirió durante sus años de misionero,
fue que las mujeres de mala vida que intentaban convertirse, se encontraban en
una situación particularmente difícil. Durante algún tiempo, trató de resolver
la dificultad alojándolas provisionalmente en las casas de familias piadosas,
pero cayó en la cuenta de que el remedio no era del todo adecuado. Magdalena
Lamy, una mujer de humilde origen, que había dado albergue a varias
convertidas, dijo un día al santo: “Ahora
os vais tranquilamente a una iglesia a rezar con devoción ante las imágenes y
con ello creéis cumplir con vuestro deber. No os engañéis, vuestro deber es
alojar decentemente a estas pobres mujeres que se pierden porque nadie les
tiende la mano”. Estas palabras produjeron profunda impresión en Juan,
quien alquiló una casa para las mujeres arrepentidas, en la que podían
albergarse en tanto que encontraban un empleo decente. Tres monjas visitandinas
colaboraron arduamente con él. En 1641 fundó la Orden de Nuestra Señora de la
Caridad del Refugio en Caen para proporcionar asilo a las prostitutas
que deseaban redención.
Con el apoyo del cardenal Richelieu y varios obispos, dejó a
los oratorianos para establecer la “Congregación de Jesús y María”
(Eudistas) para la educación de los sacerdotes y para las misiones
parroquiales. Esta congregación se fundó en Caen el 25 de marzo de 1643. Sus
miembros, como los del oratorio, eran sacerdotes diocesanos y no estaban
obligados por ningún voto. Juan Eudes y sus cinco primeros compañeros se
consagraron a “la Santísima Trinidad, que
es el primer principio y el último fin de la santidad del sacerdocio”. El
distintivo de la congregación era el Corazón de Jesús, en el que estaba
incluido místicamente el de María; como símbolo del amor eterno de Jesús por
los hombres.
Eudes también fundó la Sociedad de la Madre Más Admirable,
que actuó como una especie de Tercera Orden.
Mientras Juan se hallaba en misión en la iglesia de San Sulpicio de
París, recibió la noticia de que el obispo de Bayeux acababa de aprobar la
congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de la Caridad del Refugio,
formada por las religiosas que atendían a las mujeres arrepentidas de Caen. En
1653, San Juan fundó en Lisieux un seminario, al que siguió otro en Rouen en
1659.
Pronto, Eudes se dirigió a Roma a tratar de conseguir la aprobación
pontificia para su congregación; pero los santos no siempre tienen éxito, y San
Juan Eudes fracasó en Roma.
Un año después, una bula del Papa Alejandro VII aprobó la
Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de la Caridad del Refugio. Ese
fue el coronamiento de la obra que el padre Eudes y Magdalena Larny habían
emprendido treinta años antes en favor de las pecadoras arrepentidas.
Eudes siguió predicando misiones con gran éxito; en 1666, fundó un
seminario en Evreux y, en 1670, otro en Rennes. Al año siguiente, publicó un
libro titulado “La Devoción al Adorable Corazón de Jesús”.
Santidad
Durante los últimos años de su vida, el santo escribió su tratado
sobre “el Admirable Corazón de la
Santísima Madre de Dios”; trabajó en la obra mucho tiempo y la terminó un
mes antes de morir. Su última misión fue la que predicó en Sain-Lö, en 1675, en
plena plaza pública, con un frío intenso. La misión duró nueve semanas. El
esfuerzo enorme acabó con su salud y a partir de entonces se retiró
prácticamente de la vida activa.
Juan
Eudes falleció el 19 de agosto de 1680 y fue canonizado en 1925.
El Papa León XIII -al proclamar las virtudes heroicas de Eudes en
1903 - le otorgó el título de “Autor del culto litúrgico del Sagrado
Corazón de Jesús y del Santo Corazón de María”. Eudes había dedicado
las capillas de los seminarios de Caen y Coutances al Sagrado Corazón. La
fiesta del Inmaculado Corazón de la Madre de Dios se celebró por primera
vez el 8 de febrero de 1648 y la del Sagrado Corazón de Jesús
el 20
de octubre de 1672.