sábado, 8 de agosto de 2020

Horacio de Dominicis, el amigo de la Democracia

Historias y Personajes del Azul


Horacio de Dominicis, el amigo de la Democracia


Por Eduardo Agüero Mielhuerry

 

Horacio Alberto de Dominicis nació el 19 de enero de 1917, en Chascomús, provincia de Buenos Aires. Sus padres fueron Claudino Horacio de Dominicis y María Gorostiague. Tuvo cinco hermanos menores: Héctor Salustiano, Ader Roberto, Ernesto Bernardo, Jorge y Omar.

La familia se instaló en el campo La Unión, sobre la Ruta Provincial Nº 50, entre Cacharí y Rauch.

Horacio llegó a Azul para hacer el servicio militar, en el año 1938, cuando el Regimiento 2 de Artillería Montada llevaba apenas un año de asentamiento en nuestro medio.

Contrajo matrimonio con Amada Ángela Felisa Ippólito Funiccelli, con quien tuvo cuatro hijos: Norma, Mabel, Horacio y Liliana.


En Azul…


Horacio estuvo estrechamente ligado a la Cooperativa Eléctrica de Azul (C.E.A.L.), Horizontal Azul, Curtiembre de Azul, Jockey Club de Azul, y comisiones de Desarrollo Industrial –entre otros-, por supuesto al margen de su constante actividad particular en el comercio de lanas y cueros.

Asimismo el automovilismo deportivo lo contó como entusiasta integrante de los grupos o peñas que espiritual y económicamente respaldaban a los amigos corredores Héctor Cachenaut y Carlos J. Tártara.

De la fraternal rueda que cotidianamente se formaba en el viejo Plaza Bar (esquina Este de San Martín y Burgos), entre el rodar de los dados al ritmo de “la morocha” o “la generala” surgían todo tipo de ideas, siempre constructivas, cualquiera fuese su contenido conceptual. Y de esa rueda del café formaba parte Horacio, auténtico cultor de la amistad en su más pura expresión.

Idealista nato, y por eso inclaudicable, su presencia fue un aporte de inestimable valor humano a las agrupaciones cívicas en las cuales volcó su pasión ciudadana.

 

La Casa Radical


Cuando militaba en la vieja U.C.R. junto a su correligionario y entrañable amigo Pedro Armando López, el entonces líder del radicalismo azuleño Juan Prat en nombre de la conducción partidaria les otorgó el visto bueno para que pulsaran el ambiente a fin de constatar qué posibilidades había de obtener apoyo monetario para cristalizar la idea por ellos presentada y que no era otra que la compra del “techo propio”.

Formalmente, se constituyó una Comisión Pro Casa Radical que quedó integrada por: Juan Prat, Alfredo Sarno, Juan Carboni, Horacio de Dominicis, Jacinto Hipólito Bogliano, Juan Iturralde, Juan Carlos Dhers, Florencio Mirande, Pedro Armando López, Palmiro Bogliano, Salvador Duca y Honoria Mirande.

El núcleo de voluntarios creció rápidamente, con los mejores auspicios, y antes de lo previsto se formalizó la operación. Se trataba, por supuesto, de la finca de Burgos 711, que como sede partidaria llevaría luego el nombre del Dr. Prat. Mudados en 1952, había que “vestir” la casa y lo primero que se organizó fue una Comisión de Biblioteca, presidida por Pedro Lorea, para conseguir la mayor cantidad posible de material bibliográfico.

 

Los golpes del Peronismo

 

Iniciada la década del ’50, el gobierno del general Juan Domingo Perón endureció su postura frente a las voces opositoras, ejecutando un duro plan de persecución y encarcelamiento de muchos militantes políticos o simplemente simpatizantes, buscando acallar a todos aquellos que pensaban de manera diferente.

En el Libro de Actas del Comité local de la U.C.R., particularmente en dos documentos, quedó registrado el duro suceso que le tocara vivir a Horacio de Dominicis, cuando fue detenido y “desaparecido”, el 5 de mayo de 1953. En el Acta Nº 136, en la que se refleja la reunión del día 11 de mayo de 1953, quedó asentado lo siguiente: “La presidencia informa y es leído por Secretaría la siguiente declaración, cuyo texto se conviene transcribir en acta: ‘Con motivo de la detención dispuesta por las autoridades policiales contra don Horacio A. de Dominicis, secretario del Comité local de la Unión Cívica Radical, don José María Posada, secretario general del la Juventud y presidente de la Sub Comisión de Biblioteca ‘Hipólito Yrigoyen’ y don Atilio Enrique Belsito, tesorero del Comité de la Juventud Radical y del proceso que se sigue a don Julián Crescencio Maroa (…) con la firma de los abogados del Partido, Juan Prat, Palmiro B. Bogliano, Alfredo Sarno, Rodolfo Prat y Roberto Dours, han sido interpuestos ante el Juzgado Nacional de Azul y Señor Juez del Crimen del Departamento Judicial Sud-Oeste sendos recursos de “Habeas Corpus” reclamando la libertad de los señores de Dominicis, Posada y Belsito y pidiendo así mismo que se investigue su paradero, porque no obstante tener conocimiento de que los mismos fueron detenidos por la autoridad policial, en sus respectivos domicilios, ante el pedido de informe de sus familiares y abogados, la policía niega sistemáticamente se encuentren estos en sus respectivos locales.

(…) De inmediato la Presidencia informó ampliamente de la angustia vivida por el Radicalismo con motivo de la detención y desaparición del Secretario Señor Horacio A. de Dominicis. El mismo fue sacado de su domicilio particular a las veintitrés horas del día martes 5 de mayo, su paradero oficialmente desconocido por la negativa sistemática de la policía de seguridad local, de la policía Regional y de la Policía Federal, a los familiares y abogados del mismo durante los días miércoles y jueves, se tuvo la noticia extraoficial que el mismo estaba detenido en la Comisaría Regional local, al parecer sin ningún peligro ni cuidado por su estado físico y moral. Esa situación motivó la demora de interponer recursos judiciales ante el temor de que el señor de Dominicis pudiera sufrir lesiones de alguna índole de parte de quienes lo retenían ilegalmente. El viernes 8 de mayo en horas de la mañana se supo que el mismo había sido sacado en la noche anterior de la Policía Regional y llevado ocultamente y presumiblemente a la localidad de Chillar; se resolvió transmitir a correligionarios de esa localidad la novedad para seguir sus pasos. Al tomarse conocimiento de la detención del secretario general de la Juventud y el tesorero de la misma don José María Posada y Atilio Enrique Belsito, los abogados del Partido decidieron presentar los recursos judiciales a que alude la declaración que ha sido transcripta en esta acta.

(…) Recién a las veintitrés horas de ese día sábado se tuvo la sensación de que el mismo no había sufrido aparentemente daño alguno en su salud física y a las veinticuatro horas se comunicó en la Policía Federal a familiares del mismo que de Dominicis había prestado declaración y que su incomunicación le había sido levantada, habiéndose resuelto su traslado en la mañana del Domingo a la Cárcel Departamental. El domingo 10 de mayo a las doce y treinta horas los Doctores Juan Prat, Rodolfo Prat y Jacinto Hipólito Bogliano se constituyeron en la Cárcel Departamental y tomaron contacto con los detenidos de Dominicis y Posada por cuanto Belsito había sido liberado por la propia policía Federal por falta de mérito. Se pudo constatar que Posada estaba en perfectas condiciones y que de Dominicis había sufrido las torturas cuya publicidad es conocida por todos y que ante las mismas han tomado estado público por la indignación que provocaron. En cuanto al estado de ánimo de Dominicis, este es espléndido manteniendo su fervor partidario y su adhesión a los principios del Partido. (…)”.

Un tiempo más tarde,  en el Acta Nº 141, del día 14 de diciembre de 1953, se cuenta cómo se resolvió la situación en la que se vieron involucrados los correligionarios radicales. El documento reza: “El Presidente informa que se encuentran en libertad los correligionarios Horacio de Dominicis, secretario del Partido y don Atilio Belsito, tesorero del Comité de la Juventud quienes después de un largo período de encontrarse detenidos en la ciudad Eva Perón (La Plata) habían recobrado su libertad. (…)”.


Las leyes según el General

 

En lo que atañe al recurso a instrumentos legales, contando con la benevolencia judicial frente a las objeciones en términos de constitucionalidad, durante el gobierno del general Perón se sancionaron varias leyes penales, adecuadas para su aplicación persecutoria. Dos ejemplos, ambos del año 1949: la Ley Nº 13.569, que reformó el Código Penal, modificando la tipificación y aumentando las penas del delito de desacato, con grave detrimento de la expresión pública de ideas disidentes; y la Nº 13.985 (que diera “motivo” a la detención de de Dominicis) que, recogiendo la experiencia de decretos-ley dictados en tiempos del gobierno de facto, tipificaba un catálogo de delitos “contra la seguridad de la Nación, tales como traición, espionaje, sabotaje, entre otros, incriminando, sorprendentemente, incluso formas culposas de comisión, de hecho, hasta la huelga de trabajadores podía ser alcanzada por sus disposiciones.

 

Tiempos de fracturas…

 

El 2 de enero de 1956, Juan Prat le entregó la conducción del Partido a Horacio de Dominicis. Sin embargo, por aquél tiempo se estaba gestando un conflicto interno en el radicalismo que lo llevaría a una fractura histórica.

El 15 de agosto de 1946 se había publicado el primer número del periódico “Alem”, órgano oficial del Centro de la Juventud Radical de Azul, que tuvo una relativa breve existencia. Casi una década más tarde, en tiempos convulsionados, el 16 de mayo de 1956, apareció el primer número del periódico “Afirmación”, con información y doctrina del radicalismo.

El 5 de octubre de 1956, en sesión extraordinaria, en la Casa Radical, el Vicepresidente 1º, Florencio Mirande, informó a los demás miembros reunidos de la Comisión Directiva sobre las renuncias presentadas por el Presidente, Horacio de Dominicis, el secretario Roberto Dours y los vocales Omar Soccini y Juan Carlos Mozo. El Dr. Juan Prat tomó la palabra y expresó que se sentía preocupado por las renuncias presentadas y las razones expuestas en las mismas, por cuanto entendía que los correligionarios podían ubicarse en las corrientes ideológicas existentes dentro de la Unión Cívica Radical, ya que eso significaba una exteriorización dentro de la vida democrática del Partido dando una fisonomía y una característica que se necesitaba para una marcha regular. “Las distintas opiniones merecen nuestra consideración y respeto”, manifestó el Dr. Juan Prat,  y siguió: “…es de lamentar las renuncias presentadas por cuanto el Sr. Presidente, el Sr. Secretario y vocales renunciantes en la vida partidaria y desde los cargos que desempeñan, todos los afiliados valoramos su conducta que caracterizó su personalidad, actuando en forma intensa, movilizando al Partido hasta su más completa organización de acuerdo a la Carta Orgánica”. Después de otras consideraciones resumió invitando a todos los correligionarios para que actúen dentro del respeto y la consideración.

            Casi inmediatamente, Mirande transfirió la presidencia al Dr. Horacio Ferro y luego el Comité debió elegir nuevas autoridades, recayendo la conducción en el Dr. Juan Iturralde.

 

El “Intransigente”

 

      A la hora de definirse en medio de dos corrientes internas cuyas posiciones resultaron irreconciliables, de Dominicis, junto con otros correligionarios, eligieron la línea liderada por el Dr. Arturo Frondizi. Así se produjo su plena identificación con la Unión Cívica Radical Intransigente (U.C.R.I.).

            Con el peso de la proscripción “sobre sus espaldas”, el Peronismo volvió a presentar candidatos para las elecciones convocadas por el Presidente de la Nación para el 18 de marzo de 1962.

            En Azul, los principales candidatos fueron tres: Juan Carlos Pourtalé, por el Partido Peronista, que en realidad se encolumnó bajo la denominación de “Unión Popular”; Horacio de Dominicis por la Unión Cívica Radical Intransigente y el doctor Juan Iturralde quien representaba a la lista de la Unión Cívica Radical del Pueblo.

            Los pronósticos que manejaba el oficialismo, le indicaban al presidente Arturo Frondizi que el peronismo no iba a contar con el apoyo suficiente del pueblo para retornar al poder. Sin embargo, las previsiones fallaron sustancialmente.

            La victoria del Peronismo fue abrumadora.

            De acuerdo con los números finales, en nuestra ciudad, la lista encabezada por el intransigente Horacio de Dominicis quedó ubicada en un tercer puesto al alcanzar apenas 5.867 sufragios. La lista ganadora fue la conducida por Pourtalé, quien se alzó con 8.001 votos, mientras que resultó segunda la Unión Cívica Radical del Pueblo con 7.391.

Los militares, que se habían mantenido expectantes y amenazantes durante todo el mandato de Arturo Frondizi, reiniciaron una seguidilla de presiones. Frondizi debió anular las elecciones y finalmente, pocos días después, el 29 de marzo de 1962, se vio forzado a renunciar.

 

Nuevo Banco de Azul

  

Horacio Alberto de Dominicis desempeñó importantes funciones como director del Nuevo Banco de Azul desde el año 1964, ganándose el respeto de sus pares por su estricto concepto de la responsabilidad y dedicación permanente. El 26 de septiembre de aquél año inició su actividad en el Directorio del Nuevo Banco de Azul, como director suplente, hasta el 19 de abril de 1971, pasando a desempeñarse como titular desde el día siguiente hasta el 7 de agosto de 1978.

A partir del 8 de agosto de 1978 fue nombrado secretario del Directorio, cargo en el que se desempeñó hasta el 30 de octubre de 1988.

El 18 de octubre de 1991 fue elegido nuevamente director suplente, función que desempeñó hasta su fallecimiento.

  

El M.I.D

  

El Movimiento de Integración y Desarrollo (M.I.D.) tuvo su origen en un desprendimiento la Unión Cívica Radical Intransigente (U.C.R.I.). Arturo Frondizi había entablado una estrecha relación con Rogelio Frigerio, quién promovía una versión crítica del desarrollismo, una nueva teoría económica creada por los economistas de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe). Frigerio adhería a la necesidad de contar con una sólida política industrialista, pero a diferencia del organismo de las Naciones Unidas, él hacía hincapié en la necesidad de recurrir a las empresas multinacionales y la inversión extranjera directa para desarrollar industrias de base: siderurgia, petroquímica, fabricación de automóviles y sobre todo, hidrocarburos.

La política económica de Frondizi estuvo plenamente influida por el desarrollismo y las ideas de Frigerio, lo que produjo dos corrientes dentro de la U.C.R.I.: aquella que continuaba sosteniendo la Declaración de Avellaneda, definido en 1945 por la corriente intransigente de la U.C.R.; y la que adhería a las nuevas ideas desarrollistas, definidas por Frigerio y llevadas a la política económica por Frondizi.

Luego del golpe de estado que derrocó a Frondizi, ambos grupos tomaron distancia, y la ruptura fue inevitable. En 1963 los adherentes a las ideas desarrollistas dentro de la U.C.R.I., encabezados por Arturo Frondizi y Rogelio Frigerio, se separaron y fundaron el Movimiento de Integración y Desarrollo.

Horacio de Dominicis se identificó plenamente con el M.I.D. y, justamente su amigo, Alberto Sarramone, encabezó en 1964 la lista seccional de candidatos a diputados por dicho sector.

 

Los candidatos de 1985

  

            En 1985, junto a reconocidos vecinos, Alberto Sarramone fundó la Agrupación Municipal Independiente de Azul (A.M.I.). A su lado estuvo de Dominicis.

            La primera prueba de fuego estuvo dada en los comicios que se llevaron a cabo el domingo 3 de noviembre del mencionado año. Aunque los números  finales fueron un poco menores a los esperados, con 6.940 sufragios a favor, Sarramone y Duca se convirtieron en concejales del Partido de Azul representando a la por entonces tercera fuerza política. Y aunque de Dominicis no accedió a una banca, siguió respaldando férreamente a la Agrupación y por sobre todo a sus amigos. Para él llegaron los tiempos de dedicarse plenamente a la actividad privada, sin dejar de ser un gentil consejero ante quienes acudían a su experiencia y equilibrio.

            

Adiós…

  

            Horacio Alberto de Dominicis falleció en Azul, el 2 de agosto de 1995. Las palabras de despedida estuvieron a cargo de Juan Matías Schiaffino y Pedro Armando López.



“A Horacio”

 

 

            Días después del sepelio de de Dominicis, su entrañable amigo y correligionario,  Alberto Sarramone, publicó en “El Tiempo” los siguientes sentidos versos: 

 

Afuera hace frío…

Pero se siente el calor

que brota al rescoldo

de tu recuerdo, Jefecito,

que latirá por siempre,

de tu generoso corazón,

ilimitadamente abierto,

del cual fui, como tantos,

destinatario y testigo.

 

Aunque los viejos amigos,

en la descansada morada,

celebren ya en mayoría,

el reencuentro contigo,

comprende que ello no alcanza

ni es suficiente consuelo:

Padre-hermano-amigo…

 

Pero igual veo o imagino:

Rogelito, Pepe, Amado,

el Patito, los Arnaldos

Rubén, Teté, los Bebes,

Laco, Palmiro, Bernardo,

Ramón, Yiyo, el Fuerte,

Hace poco, Don Arturo…

Tantos… esperándote

para devolver los mates

con los que alimentaste

tantos jóvenes sueños

de una gran Argentina,

hoy muy triste, de duelo.

 

No sé el trecho que queda,

para algunos todavía,

manteniendo las brasas,

del fuego que compartimos:

Pero te hago un postrer pedido:

 

Hasta que mande Dios,

o el inescrutable destino,

ahora que tienen tiempo

ayuden a que pensemos

algo mejor y más justo

para el pueblo argentino.

 

¡Gracias Horacito querido.

por haberte conocido…!

¡Cariños a los muchachos

que están mateando contigo!


 

En 2018, en la red social Facebook, Sarramone reprodujo estas líneas dedicadas “A Horacio”, pero introdujo algunos cambios, siendo el párrafo más notoriamente modificado el siguiente:

 

Pero igual veo o imagino:

Rogelito, Pepe, el intendente Amado

Patito Bianchi, los Arnaldos, los Bogliano

Tellería, Moguillansky, Colotto, tus hermanos:

Yiyo, Jorge, el Fuerte, Omarcito…

El paciente Saparrat, los Saint-André,

Barrere, Azcona, Duca, el matero Don Barbieri…