Esmerado servicio francés
En el periódico “El Heraldo del Sud” (muy posiblemente el primero de Azul y del que se conservan apenas un par de ejemplares en la Hemeroteca “Juan M. Oyhanarte”), en 1876 (20 de febrero y 12 de octubre), aparece la publicidad del Hotel de Adrián Loustau, quien se convertiría en un pionero e importante actor lugareño.
Nacido en Francia, en 1837, Adrián Loustau era
hijo de Juan y Catalina Sainpic. Muy joven arribó a la Argentina, radicándose
algún tiempo entre Olavarría y Azul. En ésta última ciudad, el 5 de
mayo de 1875, contrajo matrimonio con su coterránea Luciana
Robiz (hija de Martín Robiz y Adela Lasala), de tan sólo 17 años de
edad. La pareja tuvo al menos trece hijos: Adrián (1875), Eufemia (1876), Juan
Luciano (1878), Justo Martín (1880), Adrián Pascual (1882), María Teresa (1883),
Adela (1885), Isabel Julia (1886), María Natividad Julia (1888), Matilde María
(1889), María Teresa (1891), Adela Luisa (1893) y Adrián Alfredo (1893).
Hoteleros de pura cepa francesa
Antes de casarse, en sociedad con su futuro suegro Martín
Robiz, en la esquina norte de Colón entre 9 de Julio y Bolívar, Loustau
había fundado el Hotel “De la Paix” o “De la Paz”. En la cuadra que en la
actualidad ocupa el Colegio “Inmaculada
Concepción” estaban: el local de Loustau, luego seguía hacia mitad de
cuadra el modesto Hotel “Bonne Soupe” o de la “Buena Sopa”, de Marcial
Fortanet (quien promocionaba su local con el nombre tanto en francés
como en español), el comercio y la propiedad de Alejandro Malére (francés,
abuelo del célebre intendente Ernesto María Malére) y en el último tramo de la
cuadra -esquina de Colón y Bolívar-, se hallaba el Instituto de Enseñanza Popular.
Su establecimiento fue lo suficientemente próspero
como para impulsarlo a intensificar su inversión. Loustau contrató al italiano José
Caputi quien después de concretar la obra del Palacio Municipal (1884)
y la remodelación de la Comisaría (Belgrano entre Burgos y
Colón, patio mediante lindera con el Palacio Municipal), se convirtió en el
primer gran constructor de la ciudad, iniciando una interesante secuencia de
construcciones como la casa del farmacéutico Enrique Renaud (1893) en
25 de Mayo N° 590, entre Yrigoyen y Belgrano (edificio popularmente conocido
como “El Ciudadano”), la casa de Juan
Vieira Vaz (1895), luego transformada en sede del “Jockey Club de Azul”, y el local comercial y vivienda del joyero y
relojero Agustín Calderaro (1905), ubicado en 25 de Mayo N° 624 (entre
San Martín y Alsina). La tarea que le encomendó Loustau fue la construcción del
que sería su flamante hotel en la esquina este de Colón y 9 de Julio, que se
inauguró en 1890.
Por otra parte, el viejo edificio que ocupara
Loustau en la esquina norte se convirtió en el “Hotel de France” que
fuera en un principio de Zamora y Peyrouselle, quienes en
1896 promocionaban: “(…) Servicio
esmerado para pasajeros, familias, banquetes y casamientos (…)”. Luego
pasaría a ser propiedad de Miguel Hournau que antes de
finalizar el siglo lo trasladaría al más amplio edificio de Colón y Tapalqué
(otrora Av. Humberto I, actual Av. Perón).
Hotel “Colón”
Adrián integró la Comisión Directiva de la Sociedad Francesa de Socorros Mutuos de Azul, ubicada en la misma manzana de su hotel, en la esquina oeste de Burgos y Bolívar. También fue miembro activo de la logia masónica “Estrella del Sud” Nº 25 en la que desempeñó varias jerarquías, llegando a ser Maestro.
Siendo uno de los mejores
hoteles de la ciudad, era el lugar predilecto para la realización de comidas
festivas o banquetes de honor. Como cuenta Yuyú Guzmán en su libro “Estancias
de Azul”: “Ya era tradición que aquí se
hospedaran los viajeros franceses que llegaban a la ciudad, y en el bar y
restaurante del hotel acostumbraban a reunirse hombres de la colectividad a
tomar su vino calentado”.
Entrado el nuevo siglo, compró este negocio otro francés, Federico Vilatte (1842), oriundo de Perigue, en el sur de Francia. El periódico "El Imparcial" del 5 de marzo de 1902 anunciaba:
“Hotel Colón.- Hace varios días que el joven Vilatte abrió al servicio público un nuevo Hotel, conocido por el de Hotel Colón, en el antiguo local del de La Paz. El joven Vilatte introdujo varias reformas para comodidad de los pasajeros.”.
Él se había radicado en Azul con su coterránea esposa, María Lavigne (1845), con quien desde su patria de origen llegaron con el pequeño Adolfo Román (1873). En suelo argentino tuvieron al menos dos niños más: Gabriela (1877) y Luis (1884). Federico contaba con experiencia en el ramo dado que tenía su propio emprendimiento en Burgos y la actual Roca, al que, en 1900, promocionaba:
“Café y restaurante ‘Bordeaux’ de Federico Vilatte - Calle Burgos esq. Juárez – Azul – Servicio esmerado – Comodidades para familias y pasajeros. Cocina francesa.”
Siguiendo una vez más el trabajo de Yuyú Guzmán:
“Posteriormente, un hijo de Federico Vilatte, llamado Adolfo, continuó con este negocio y sus tradiciones francesas, pero le cambió el nombre por el de ‘Gran Hotel Colón’. A principios del siglo, había muchos hijos de franceses y argentinos ya hechos hombres, pero continuaban festejando el 14 de julio con el mismo fervor patriótico de sus padres, con grandes banquetes servidos en el salón de este hotel, donde se decían los discursos en francés, se cantaba el himno nacional y la infaltable Marsellesa, y muchas canciones populares de Francia, entre las cuales sobresalía en la época de la postguerra la famosa canción de Madelón”.
Adolfo (1873-1934), llevó adelante por varios años el Hotel que su padre había adquirido. Coincidiendo no sólo en la nacionalidad con el fundador del emprendimiento, Adolfo también se inició como miembro de la logia “Estrella del Sud” Nº 25 y fue presidente de la Sociedad Francesa de Beneficencia y Socorros Mutuos. Amigo del Dr. Bartolomé J. Ronco, Adolfo realizó –tal vez por sugerencia del filántropo coleccionista- la primera traducción al francés de los “Consejos del Viejo Vizcacha”, de la célebre obra “Martín Fierro”, que fueran publicados en la Revista “Azul”.
Adolfo contrajo matrimonio con la española Luisa Trepiana, con quien tuvo tres hijos: Mayda Luisa (1910), Adolfo Andrés (1912) y Graciela Adolfina (1916).
En su edición del 15 de
septiembre de 1921, el periódico “El
Ciudadano” informaba sobre los cambios que se habían suscitado en el
icónico edificio de Colón y 9 de Julio:
“EL GRAN HOTEL COLÓN.- Hicimos hoy una
rápida visita al local donde estuvo tantos años el Hotel Colón que fue de
Vilatte, de Ferraro y antes se llamó Hotel de la Paix de propiedad del señor
Adrián Loustau que lo hizo edificar en 1890, especialmente para el objeto a que
se le ha destinado.
La
antigua pero sólida casa se ve completamente reformada presentando todo el
aspecto de los grandes edificios modernos después de las reformas sustanciales
que le ha introducido su propietario el señor Laureano Lobato y apto pues para
contener el nuevo establecimiento a inaugurarse.
En
efecto: el 1º de octubre el nuevo Gran Hotel Colón de pertenencia del señor
Juan Cordeu, será inaugurado con toda pompa brindando a la ciudad algo que se
hacía necesariamente imprescindible. Contiene el nuevo hotel, entre sus muchas
comodidades y confort, 34 habitaciones todas con su lavatorio con aguas
corrientes; amuebladas con camas modernas nuevas de hierro y bronce, colchones
elásticos y de lana recién construidos, mobiliario de roble inglés lustrado,
campanillas, luz eléctrica, teléfono, etc.; cinco regios cuartos de baño con
agua fría y caliente que no envidian a los que ostentan los mejores hoteles de
Buenos Aires; una cocina regia dotada de todo lo necesario; un servicio de
cubiertos Cristophersen para 200 personas, mesas, sillas, mostradores, todo
nuevo, así como servicio y salas especiales para banquetes, recepciones, etc.
El
gran patio quedará cubierto en breve en un espléndido hall de hierro y vidrio
para comodidad de los pasajeros. El departamento para garajes y cocheras es
todo nuevo y amplio.
La
cocina estará a cargo del gran ‘chef’ que fue del Hotel Slava de la Capital.
Como
se ve, la inauguración del nuevo hotel constituirá todo un acontecimiento en
Azul. Sus servicios, su atención, en fin todo lo relativo a él, lo dirá la
experiencia.”.
Últimos inversores…
El español Laureano Lobato (1872), que había llegado a la Argentina en 1887 y ese mismo año a Azul, tenía 15 años de edad cuando comenzó a trabajar como un modesto empleado de tienda. Durante 18 años trabajó en tres casas comerciales.Por casi una década fue empleado de “Casa Vigna”. Fue consejero de la sucursal del Banco de la Provincia, demostrando una importante preparación en asuntos financieros. También fue nombrado por el gobierno bonaerense para fiscalizar las declaraciones sobre el capital en giro. Formó parte por más de 10 años de la Comisión Directiva de la Sociedad Española de Socorros Mutuos y del Club Español, desde la fundación de éste último.A finales de 1905, junto a Casiano Inza (“Lobato, Inza y Cía.”), adquirieron la célebre “Casa Vigna”, entonces instalada en la esquina sur de la Av. 25 de Mayo y San Martín, tomando desde entonces vuelo y acentuando sus progresos, a punto tal que en el año del Centenario de la Revolución de Mayo, se comenzó a gestar la construcción de un nuevo edificio en laesquina norte del mismo cruce de arterias. La empresa constructora del señor José Hilario Brumana, fue la proyectista y ejecutora de una monumental obra que se inauguró en 1912 ocupando el magnánimo edificio un cuarto de manzana.
Indudablemente,
conocedor del mercado comercial azuleño, Lobato invirtió en la compra y
remodelación del “Gran Hotel Colón” que quedó pronto bajo la administración y
propiedad de Juan Cordeu (a quien en algún momento se sumarían sus
hermanos).
Punto de reunión
Resulta
interesante la inserción social del Hotel que queda en evidencia en una nota de
“El Ciudadano” del lunes 12 de
diciembre de 1921:
“EXCURSIONISTAS TANDILENSES.- Ayer fueron nuestros huéspedes un grupo numeroso de distinguidas señoras, señoritas y jóvenes pertenecientes a las mejores esferas sociales de Tandil, desde donde se trasladaron en 13 automóviles pasando todo el día en esta ciudad.
No
obstante de tratarse de una excursión improvisada, que fue planeada la noche
anterior el Club Social el paseo fue todo un éxito por la composición de las
personas que tomaron parte en él y por lo interesantemente entretenido que
resultó. Entre 13 automóviles, todos particulares, partieron a la 6 y 30
llegando a esta a las 8 y 30 y después de recorrer la ciudad, el parque, etc.
alojáronse en el Hotel Colón, donde se sirvió un espléndido banquete, reinando
en él un ambiente de distención y alegría que superó a todo en su apogeo cuando
se improvisó un animado baile danzándose hasta cerca de las 16 horas.
Terminado
el baile los excursionistas visitaron el hipódromo, el Tiro Federal para de ahí
terminar el paseo, como un broche de oro, en el Club de Remo en cuyos salones
se realizaba el té-danzante anunciado, con la presencia de nuestras principales
familias y caballeros.
Allí
los excursionistas dieron la nota más alta y agradable de su “sprit” y
distinción llevando el entusiasmo hasta la exaltación.
Siendo
ya de noche emprendieron el regreso, retirándose satisfechos de haber pasado
entre nosotros un día agradabilísimo”.
Entre muchas, los medios azuleños realizaban diversas publicidades de las que podemos rescatar la siguiente que con frecuencia se repetía en el periódico “El Ciudadano”:
“Gran Hotel ‘Colón’
Atendido por su dueño señor Juan Cordeu
Cocina servida por el ex chef del Hotel ‘Eslava’.
Treinta y cuatro piezas regiamente amuebladas con servicio de aguas corrientes.
Baños calientes y fríos.
COMODIDAD PARA FAMILIAS
Salones reservados para Banquetes, Lunchs,
Recepciones, Casamientos y Bautismos.
FINO SERVICIO DE CUBIERTOS
Colón y 9 de Julio – U. Telef. 457”
Huéspedes destacados
Entre
los tantos huéspedes que tuvo el hotel a lo largo de su existencia y con sus
distintas denominaciones, dos de los más destacados fueron el abogado y
político Juan Bautista Justo, que estuvo en Azul en 1914, y el destacadísimo Carlos Gardel, quien se
hospedó durante su última visita a la ciudad, el 16 de mayo de 1933, cuando
llegó para presentarse en el Teatro Español.
Luego de pasar, vía General Lamadrid, por
Bahía Blanca y Olavarría, el ex presidente de la República y presidente del
Comité Nacional del Radicalismo doctor Marcelo T. de Alvear y los
candidatos a gobernador y vice, doctores Honorio Pueyrredón y Mario
Guido, junto a una nutrida comitiva arribaron a Azul el domingo 13
de octubre de 1935. En el Paraje “La Colorada”, un importante grupo de
correligionarios esperaba a los viajeros y desde aquella zona, en caravana, los
acompañaron en su ingreso a la ciudad. Los visitantes cenaron y pernoctaron en
el “Gran
Hotel Colón”.
El final…
En
Mar
del Plata, los hermanos Cordeu, encabezados por Juan, tenían el Hotel
“Cabildo”, instalado en la que otrora fuera la casa de Pedro Anchorena
–también conocida como “Tres Miradores”-
que ocupaba la vereda par de la calle Alsina entre el Boulevad Marítimo y
Colón. Curiosamente, en Azul, se promocionaban sutilmente ambos
emprendimientos:
“HOTEL COLÓN
COMPLETAMENTE REFORMADO
Habitaciones con baños privados.
Amplios comedores para banquetes, casamientos y
fiestas familiares.
Servicio incomparable.
Precios económicos.
JUAN CORDEU
U.T. 457 – Azul
Cuando veranee hágalo en Mar del Plata HOTEL CABILDO.
Alsina y B. Marítimo. U.T. 2404”
Promediando
la década del ’40, la actividad comenzó a mermar con la inauguración del
flamante “Gran Hotel Azul” y otros hoteles en la ciudad, lo que llevó a
un cansado Juan Cordeu a decidir cerrar las puertas del suyo y marcharse,
en junio de 1955, con su familia a Mar del Plata, donde años más tarde cobraría
notoriedad desde la política y diversos ámbitos su hijo Juan Carlos Cordeu
(nacido en Azul el 15 de abril de 1938).
