lunes, 5 de julio de 2021

Julio en la Plaza

 

Julio en la Plaza

 

El próximo 9 de julio se cumplen 145 años de la llegada del Ferrocarril a nuestra ciudad y 96 años de la inauguración en el centro de la otrora “Plaza Colón” (hoy Gral. San Martín), de la denominada “Pirámide de Julio”, demolida pocos años después.

 

Por Eduardo Agüero Mielhuerry

 

Como miembro de la Corporación Municipal, la que llegó a presidir, Ceferino Peñalva, dirigió la comisión conformada para realizar los festejos por la llegada del Ferrocarril.

Durante los meses previos se suscitaron diversos debates sobre el lugar exacto donde debía instalarse la estación, llegando muchos vecinos a considerar que la misma tenía que construirse frente a la Plaza Mayor. Sin embargo, esta posición fue desechada…

Decidido el lugar, se construyó una modesta estación en las “afueras” del pueblo. Por otra parte, el Municipio ordenó el arreglo de las calles IX y X (actuales San Martín e Hipólito Yrigoyen), incitó a los vecinos a blanquear los frentes de sus viviendas y “hermosearlos” y ordenó “carpir” la Plaza central.

El arribo del tren se produjo finalmente el 9 de julio de 1876. La comunidad se revolucionó considerablemente. Aquél día muchos azuleños se agolparon para presenciar la llegada del convoy en una fría mañana invernal que terminó con un almuerzo a la criolla. Azul no volvió a ser el mismo…

Recién en 1878 por iniciativa -una vez más- de la Corporación Municipal y de algunos vecinos, se organizó una suscripción pública para convertir la otrora Plaza Mayor o “Plaza de las Carretas” en un elegante paseo.

El espacio fue parquizado. Se trazaron dos senderos en cruz y dos senderos diagonales desde las esquinas que se cruzaban en el centro de la manzana delimitando ocho canteros. Inmediatamente se plantaron acacias dealbata (conocida como aromo o acacia mimosa), eucaliptos y otras especies más pequeñas. Finalmente, con una nueva fisonomía, también recibió el flamante nombre de “Plaza Colón”, en homenaje a Cristóbal Colón (Génova, 31 de octubre de 1451 - Valladolid, 20 de mayo de 1506) quien fuera navegante, cartógrafo, almirante, virrey y gobernador general de las Indias Occidentales al servicio de la Corona de Castilla, pero sobre todo recordado por haber realizado el “descubrimiento” de América, el 12 de octubre de 1492, al llegar a la isla de Guanahani, actualmente en las Bahamas.

 

Pirámide de Julio y Monumento a la Bandera

 

Despojada de toda identidad, la plaza central de Azul supo de varios proyectos y de pretendidos monumentos, pero lo cierto es que pasarían varios años en los que sólo habría un basamento empleado por la Banda para amenizar con música las tardes azuleñas.

En la publicación La Revista del 4 de julio de 1925 se daba una noticia que alegró al vecindario:

Pirámide de Julio-. Entre las novedades que nos ofrecerá la Comisión de fiestas julias para la próxima efeméride patria, figura la pirámide, cuya base la constituye el pedestal del centro de la Plaza Colón. Podremos llamarla Pirámide de Julio, por ser estrenada en las fiestas julias y por tener ya Buenos Aires la Pirámide de Mayo. Felicitamos a la Comisión por la feliz idea; con ella se demuestra que el pedestal tan criticado llegó a servir para algo.”.

Finalmente, el 9 de Julio de 1925 el intendente Pedro Guiraut inauguró la “Pirámide de Julio”, monumento que tendría una corta existencia, pero que le dio sentido al criticado basamento. Prácticamente al mismo tiempo de su inauguración, en el recinto del Concejo Deliberante, se aprobaba la construcción en la plaza de un “Monumento a la Bandera, proyecto que, como tantos otros, tampoco se concretó.

En la oportunidad, se celebraron las fiestas julias encabezadas por el Jefe Comunal, el cuerpo deliberante a pleno y una nutrida concurrencia de vecinos. La ocasión fue amenizada por la Banda Municipal. Por la noche, los edificios públicos y la flamante Pirámide contaron con una profusa iluminación.

 

Ciento veinte años de “Independencia”

 

Para la celebración de los ciento veinte años de la “Declaración de la Independencia de nuestro país, una Comisión especial organizó las celebraciones.

Los actos previstos para el 9 de julio de 1936 fueron:

“A la salida del sol: Salva de bombas.

 A las 10 horas: Solemne Te Deum en la Catedral, con asistencia de Autoridades, Consulados, Sociedades Nacionales y Extranjeras, Clubes deportivos y pueblo. Alocución patriótica a cargo de Fray Enrique Bessero.

 A las 11 horas: Desfile estudiantil y cívico por las calles Alsina y San Martín y concentración frente al Palacio Municipal.

 A las 14 horas: Reunión hípica en el Hipódromo local.

 A las 18:30 horas: Extraordinarios fuegos de artificio.

 A las 21:15: Función de gala en el Teatro Español con la presentación de la Compañía Lírica Italiana Cogorno-Machiavelli, en la ópera en 4 actos de Giuseppe Verdi ‘Il Trovatore’, con asistencia de autoridades y Comisión de Festejos.”

            Por otra parte, se informaba a la comunidad que el intendente interino, Luis Hugo Mauri, había resuelto que a partir de las 18 horas se suspenda el tráfico alrededor de la Plaza Colón, donde se realizarán los fuegos artificiales en adhesión a los festejos del 120º aniversario de la Declaración de la Independencia, prohibiéndose también en forma terminante el tránsito de peatones dentro de la plaza, en razón del peligro para los mismos, dada la potencia de los fuegos. El público podrá estacionarse en el veredón municipal y en las veredas de frente a la plaza.”.

            La advertencia parece un tanto exagerada, sin embargo, las crónicas posteriores dan cuenta de la importancia y magnitud de los fuegos artificiales disparados en la plaza Colón.    El periódico “El Ciudadano” informó en detalle los actos realizados e hizo hincapié, especialmente, en el espectáculo de fuegos artificiales:

“El acto popular más brillante fue el de los fuegos artificiales. Estos se realizaron en la plaza Colón, que había sido especialmente preparada al objeto.

Varios miles de vecinos, de todas las edades y de ambos sexos se habían reunido en la plazoleta municipal, hasta llenarla completamente, y en las calles adyacentes a la plaza.

Revelando esa cultura laudable no se registraron actos de violencia, muy por el contrario y respetaron la advertencia y prohibición de acercarse a la plaza, donde se habían instalado los aparatos pirotécnicos.

Con una fuerte deflagración se iniciaron no sabiéndose cual elegir más, por su técnica moderna, sus formas novedosas, su aspecto luminoso, la variedad infinita de colores y matices.

Indiscutiblemente impresionó fuertemente el del escudo patrio, que después de encenderse en una luz vívida dejó ver los colores patrios con sus símbolos y un sol naciente que parecía flamear promisoriamente; en un sentido más espectacular agradó el simulacro de bombardeo realizado por medio de bombas diversas que se multiplicaban en otras numerosas, una vez en el aire, recordando la caída de granadas. Gustaron también las luces de bengala, que caían lentamente en pequeños paracaídas, después de haber sido llevadas por una bomba poderosa, llenando el panorama de brillantes policromías.

Debemos hacer llegar, en este aspecto de la fiesta patria un aplauso para los organizadores.”.

Poco tiempo después, la “Pirámide de Julio” fue demolida para darle lugar a la gran remodelación ejecutada por el ingeniero y arquitecto Francisco Salamone.





En la “Plaza Colón” hubo por muchos años –luego de que fueran retiradas las mal llamadas “Nereidas”-, hubo un basamento que nunca tuvo el busto o estatua planeados. 




La “Pirámide de Julio” fue inaugurada en el centro de la Plaza Colón el 9 de julio de 1925.