Juan Carlos Peralta Reyes, el amigo del pueblo
Por Eduardo
Agüero Mielhuerry
Juan Carlos Peralta Reyes nació el 7 de noviembre de 1908, en el
seno de una familia tradicional de Azul.
Tras cursar el bachillerato en el Colegio
Nacional “Esteban Echeverría”, eligió la carrera de Derecho. Se graduó
en la Universidad Nacional de la Plata en 1935 y desde entonces se
volcó a la profesión con una férrea convicción: ayudar al prójimo.
Al ponerse a disposición de la comunidad azuleña no
lo hizo sólo como letrado, sino con el afán de servir a su pueblo desde otros
ángulos: el cultural, el político, el social, sin limitaciones de círculo.
Como abogado, la atención de su consultorio
jurídico (ubicado en la calle Moreno 521), fue alternada con actividades
públicas afines a la especialidad: Juez en lo Civil y Comercial (desde fines de
1947), miembro de la Cámara de Apelación, Asesor letrado de las municipalidades
de Las Flores y Olavarría, y directivo del Colegio de Abogados Departamental.
Nacional y de Fierro
La Agrupación Artística Maná, el periodismo, el
Centro Tradicionalista Fortín del Azul y el Museo Etnográfico y Archivo
Histórico “Enrique Squirru” (del cual fuera Director), fueron las vías por las
cuales dio escape a sus afanes culturalistas influido por una pasión
irrefrenable hacia todo lo autóctono, con José Hernández y su “Martín
Fierro” como máximos distintivos.
Precisamente, esta pasión por la obra gauchesca lo
llevó a mantener una estrecha vinculación con un “azuleño por adopción”
que descolló atesorando una de las
colecciones más importantes de la República. Juan Carlos supo mantener con
Bartolomé J. Ronco múltiples charlas en las cuales, más allá de algunos repasos
sobre temas jurídicos, lo más interesante resultaba el intercambio de
apreciaciones sobre la obra de Hernández.
En el diario “El Tiempo”, Peralta Reyes publicó
diversos artículos inspirados en temas históricos y sociológicos. Un rasgo
característico de él era, precisamente, la invocación (y memorización fiel) de reflexiones
del “Martín Fierro” en cuanta circunstancia hallara propicia: desde la tribuna,
en el despacho oficial de la Intendencia o en rueda de amigos.
Otra de las instituciones que lo encontró en sus
filas fue el Club Social Azul, cuya presidencia desempeño por dos períodos
(1943-1944).
De Radical a Peronista
Su inclinación por la política lo llevó a acercarse
al grupo de jóvenes radicales que allá por 1934 fundara en nuestra ciudad el
“Centro Acción”, canalizando por esa agrupación y su periódico “Ardeo” las
ideas cívicas que en el orden nacional impulsaran, entre otros, Arturo
Jauretche y Raúl Scalabrini Ortiz a través de FORJA (Fuerza de Orientación
Radical para la Juventud Argentina); nucleamiento cuyo norte era la lucha
franca e implacable contra la dependencia de los intereses monopólicos, la
vocación extranjerizante de los círculos culturales y la venalidad imperante en
las esferas políticas y gubernamentales. Derrocado el conservadorismo (1943) y
nacido el movimiento liderado por el entonces Coronel Juan Domingo Perón, el
Dr. Peralta Reyes se sintió plenamente identificado con esa corriente política
popular.
Se desempeñó como Comisionado Municipal de Azul
desde el 8 de septiembre de 1946 hasta el 31 de octubre de 1947, es decir,
dentro del lapso de dos años que medió entre la elección presidencial del ’46 y
la de Jefes Comunales. El discurso que el Dr. Peralta Reyes pronunció al asumir
como Comisionado fue una estupenda pieza de oratoria y una contribución muy
importante a la sólida unión del Peronismo.
En aquél
breve lapso se asentó, en las cercanías de Azul, el Destacamento Naval
Azopardo, que ha de ser el anticipo del actual Arsenal Naval. Poco después, se
iniciaron los primeros vuelos a Azul de Líneas Aéreas del Estado (LADE),
inaugurándose casi en simultaneo el Aero Club Azul.
Asimismo, el Dr. Peralta Reyes, se encaminó a
desarrollar la mejora de múltiples espacios públicos como el Parque Municipal y
el recientemente creado Balneario Municipal.
Su labor al frente de la Comuna llegó a su fin tras
la posibilidad de ingresar a la Magistratura, en la que actuó hasta el
derrocamiento del Peronismo llevado a cabo en el ‘55, por la autoproclamada “Revolución
Libertadora”.
El Intendente electo
Los vaivenes y avatares políticos, sociales y culturales
que sufrió nuestro país son tristemente célebres. Empero una luz de esperanza
comenzó a vislumbrarse a finales de 1972.
Finalmente, el
11 de marzo de 1973 se realizó un nuevo llamado a elecciones en toda la
Argentina. El peronismo azuleño logró imponer a su candidato, el abogado Juan
Carlos Peralta Reyes, quien consiguió 14.099 votos contra 8.321 del
radical Juan Carlos Di Bernardi. Por su parte, en la provincia triunfó el
peronista azuleño Dr. Oscar Raúl Bidegain, y en la Nación Héctor Cámpora.
La asunción de
las nuevas autoridades se produjo el 25 de mayo de 1973, en un marco de grandes
celebraciones. Aquí en Azul, Francisco Toscano mostró su profunda alegría y
satisfacción al entregarle el poder a un Intendente elegido por el pueblo,
máxime sabiendo que el país en su conjunto retornaba a la senda de la
democracia.
Entre los principales colaboradores que
Peralta Reyes eligió para su gabinete se destacaron el joven abogado César
Alberto Cárdenas quien ocupó la Secretaría de Gobierno y Hacienda, el
Dr. José
Manuel Inza como titular de la Secretaría de Bienestar Social y el Dr. Ernesto
María Malére como Asesor Letrado.
El 20 de junio de 1973 multitudes de
azuleños partieron a Buenos Aires para recibir al General Juan Domingo Perón,
quien volvía para quedarse tras diecisiete años de exilio.
Impensadamente, la tragedia sacudió a
nuestra ciudad. El 19 de enero de 1974 se produjo el audaz asalto de la
guerrilla subversiva, más precisamente el E.R.P., contra
Los atacantes fueron perseguidos y
derrotados. Sin embargo, las consecuencias de este intento de asalto a la
Guarnición Azul, llegarían un poco más lejos todavía.
Perón, que había asumido la Presidencia
apenas tres meses antes, tomó el episodio como un desafío a su gobierno, como
un ataque a las Fuerzas Armadas y como una afrenta personal. Cargó las culpas
sobre el entonces gobernador de Buenos Aires, Oscar Bidegain -vinculado
a Montoneros- y lo obligó a renunciar. La Provincia, intervenida, pasó a manos
de Victorio
Calabró, de la UOM.
Luego, en dos mensajes, uno al pueblo y
otro a los militares de Azul, Perón habló de "aniquilar" y
"exterminar uno a uno" a los guerrilleros a quienes calificó de
psicópatas. Por primera vez un Presidente constitucional usaba esos términos
para definir el combate contra al flagelo guerrillero.
A pesar del viento
en contra
Más allá de
la compleja situación que atravesaba nuestro país, el Dr. Peralta Reyes logró
en Azul realizar algunas obras menores que redundaron en beneficios para la
comunidad. El Presidente del Concejo Deliberante, el señor Miguel Ángel Diab,
presentó como iniciativa la imposición del nombre “Juan Manuel de Rosas” a la
plaza “La Tosquera”. El proyecto fue aprobado, sin embargo, la gente continuó
denominando a la misma tal y como lo dictaba la costumbre.
A través de
un decreto, se le dio un fuerte empuje al Parque Industrial que había sido
proyectado durante la gestión del Intendente designado Francisco Toscano. Además, se organizó la Banda Juvenil de
Música Municipal, de donde surgieron importantes músicos de la ciudad y se
realizaron las primeras “Justas Sanmartinianas”.
Se creó el Centro de Ayuda al Enfermo Cardíaco y
con Marcapasos y, también la Asociación Azuleña de Voleibol.
El 16 de diciembre de 1973 se inauguró una de las
obras más importantes de la década: la Planta Depuradora de Líquidos Cloacales.
Y poco después se inició el servicio de alumbrado público a gas de mercurio.
Por otra parte, se produjo la incorporación de 16
de Julio al sistema eléctrico de Azul, lo cual provocó importantes avances para
el confort de los vecinos de la pequeña localidad que muchas veces se había
visto extremadamente postergada.
El comienzo de la más larga y oscura noche argentina
El gobierno de Peralta Reyes debía
concluir en 1977. La Vicepresidente, Estela Martínez de Perón, había
reemplazado a Juan D. Perón tras su fallecimiento. Sin embargo, la situación se
tornaba cada vez más insostenible.
La quiebra del orden institucional,
ocurrida el 24 de marzo de 1976 con la caída del gobierno de “Isabelita” y el
comienzo del Proceso de Reconstrucción Nacional, se reflejó en Azul con la toma
de
En un acto rígido, de rostros adustos,
sin más saludos que los necesarios, Michero, perteneciente a la Guarnición Azul
del Ejército, asumió las funciones de Comisionado Municipal de nuestro
distrito, que le fueron conferidas en virtud de la operación militar que desalojó
al gobierno justicialista.
El acto se cumplió en el despacho
oficial del intendente, asistiendo sólo dos uniformados: Michero y su
secretario, el suboficial Juan Carlos Catena. Junto al Dr. Peralta Reyes se
hallaban, entre otros funcionarios que venían secundándolo en su gestión, los
señores Guillermo López Maffoni y Juan Carlos Núñez, como así también
el jefe de Despacho, Emilio Maletta.
El primer acto de gobierno del
Comisionado Michero fue firmar el Decreto N° 1 a través del cual disolvió el
Concejo Deliberante. Allí mismo, estaba presente Miguel Ángel Diab, convertido
en ese instante en el ex Presidente del cuerpo deliberativo.
Tal fue el dolor del intendente Juan
Carlos peralta Reyes al entregar el gobierno y ver destruida nuevamente a la
democracia que, durante el acto de traspaso, sufrió una leve descompensación. Pero nada hacía pensar el
lacerante final…
El final…
El 26 de abril de 1976 la ciudad de Azul recibió con dolor la noticia del fallecimiento del Doctor Peralta Reyes. El ex intendente, cuando regresaba de Mar del Plata con su esposa, María L. Orsi, sufrió una descompensación cardíaca que puso fin a su vida.
Un poema a su memoria
El mismo día de
su fallecimiento, la poetisa azuleña, Gladys Edich Barbosa Ehraije escribió:
Adiós, amigo;
entre la
obscura fronda
descansará tu
cuerpo trasnochado
y tus ojos,
transidos
caminantes,
han de velar
tus sueños desvelados…
Tu gente, la ciudad,
y el mismo
Otoño
guardarán tu
decir
y tu donaire
Y alguna vez,
tu risa
contagiosa
ha de volver
prendida con el
aire…
Adiós, amigo.
Los azules días,
se quiebran ya,
en remotas
lontananzas
y absurdas
mariposas amarillas
te mezclarán en
sus rituales danzas…
Adiós, amigo.
Aunque la noche inquieta
te tape al fin,
con su piadoso
manto
en el rumor,
de tu ciudad
que vibra,
siempre
un amigo te estará nombrando…