domingo, 20 de junio de 2021

Los Güemes y el Azul

 

Los Güemes y el Azul

 

 

El pasado jueves 17 se cumplieron 200 años de la muerte del general Martín Miguel de Güemes, el “Protector de los pobres”, el caudillo salteño que sirviera a la defensa del norte de la naciente nación argentina. Su historia también se cruzó con el gran héroe argentino, Manuel Belgrano, de quien hoy se cumplen 201 años de su paso a la inmortalidad.

 

Por Eduardo Agüero Mielhuerry

 

 

            El intendente designado, Francisco Toscano, mediante el Decreto del 14 de junio de 1971 (registrado en el folio 124 del Libro Copiador Años 70/73), estableció: “Impóngase el nombre de General Martín Miguel de Güemes al tramo de la prolongación de la avenida Humberto I, desde el puente sobre el arroyo Azul hasta la calle General Manuel Escalada. (…) Visto que el 17 del corriente se cumple el sesquicentenario del  fallecimiento de General don Martín Miguel de Güemes y teniendo en cuenta que la ciudadanía toda le rinde al homenaje que merecen los héroes de la Patria que con su acción y su ejemplo posibilitaron la figura de Güemes resplandece con perfiles extraordinarios, mereciendo el honor de situarse entre los hombres predilectos de la Nación por sus actos de patriotismo confirmados por el veredicto de la historia…”.

 

Barrio “Gral. Martín Miguel de Güemes”

 

El azuleño Dr. Alfredo Prat fue designado como Presidente del Banco de la Provincia de Buenos Aires, el 8 de noviembre de noviembre de 1963. Durante su gestión la entidad financió y construyó 23.500 unidades habitacionales, incluidas 686 entregadas en Azul, de las cuales 498 fueron consecuencia de planes individuales y 188 de un barrio. Al momento de su inauguración, el 7 de noviembre de 1970, el complejo habitacional fue conocido como “Barrio Banco de la Provincia de Buenos Aires”. Mediante el mismo decreto municipal con que se bautizó a la otrora Avenida Humberto I en junio del ’71, se le impuso el nombre de “General Martín Miguel de Güemes”. Asimismo, la plaza del complejo recibió también el nombre del caudillo salteño. En el centro del irregular paseo se erigió el busto del prócer. La pieza número 601, fue fundida en Buenos Aires, en el Arsenal Esteban De Luca, en el año 1971 y colocada sobre un sencillo basamento en 1972. En mayo del mismo año fue inaugurado en el Barrio, el Jardín de Infantes N° 910, con el nombre del prócer. Y sin formalidades, el espejo de agua conformado en el acceso al barrio fue denominado popularmente “Lago Güemes”.

 

Algunos años antes…

 

Años antes, la Escuela N° 19 había sido creada el 15 de abril 1907, en un local de calle Tandil y España. Luego fue trasladada a España y Sarmiento, conociéndosela como la “escuela de la laguna” (justamente por la que se formaba tras las lluvias), y finalmente en 1944 pasó a su definitivo edificio en Salta N° 772. El 30 de noviembre de 1950 se le impuso el nombre de “Martín Miguel de Güemes” y, en 1957, en el marco del cincuentenario de la institución, el 10 de noviembre, se inauguró en la escuela un busto del prócer salteño, realizado por el artista plástico Francisco Ingrasiotano.

 

Del Norte para toda la Patria…

 

Martín Miguel Juan de la Mata de Güemes Montero Goyechea y la Corte nació el 8 de febrero de 1785, en la ciudad de Salta. Sus padres fueron Gabriel de Güemes Montero (comisario de guerra y tesorero real de la Corona Española), y la jujeña María Magdalena de Goyechea y la Corte.

Estudió en su ciudad natal y luego en Buenos Aires, en el Real Colegio de San Carlos.

Con 14 años de edad, ingresó como cadete en el Regimiento “Fijo” de Infantería de Buenos Aires. Participó en la Reconquista de Buenos Aires frente a las Invasiones Inglesas y al observar que el barco inglés “Justine”, que había encallado, dirigió una carga de caballería y lo abordó. Fue una de las muy pocas veces en la historia que un buque de guerra fue capturado por una partida de caballería.

En 1810, con el grado de Teniente de Granaderos de Fernando VII, Güemes se encontraba licenciado en Salta cuando estalló en Buenos Aires el movimiento emancipador. Aquella ciudad fue la primera que respondió al grito de libertad lanzado desde la Capital. Güemes se incorporó a las fuerzas que la Primera Junta lanzó sobre el Alto Perú. Su participación fue decisiva en la batalla de Suipacha, librada el 7 de noviembre de 1810.

 

La amistad con Belgrano

 

Cuando el general Manuel Belgrano asumió el mando del Ejército del Norte e inició la Segunda expedición auxiliadora al Alto Perú, ordenó el traslado de Güemes a Buenos Aires por indisciplina. En verdad, el Oficio de Belgrano al gobierno era sumamente claro: “Habiéndome informado el alcalde de la ciudad (…) de la escandalosa conducta del teniente coronel graduado, don Martín Güemes, con doña Juana Inguanzo, esposa de don Sebastián Mella, teniente de dragones en el ejército de mi mando, por vivir ambos en aquella ciudad aposentados en una sola mansión, y habiendo adquirido noticias que este oficial ha escandalizado públicamente mucho antes de ahora con esta mujer en la ciudad de Jujuy… Con estos antecedentes indubitables, considerando que cualquier procedimiento judicial sobre la materia sería demasiado escandaloso y acaso ineficaz, he tomado la resolución de mandarle a Güemes… Espero que vuestra excelencia se dignara aprobar estas medidas en que sólo he tenido por objeto la conservación del orden, el respeto a la religión…”.

Lo curioso frente a esta decisión es que, por su parte, el general Manuel Belgrano mantenía un intenso romance con María Josefa Ezcurra, con quien, sin haberse casado –pues ella estaba casada con su primo Juan Esteban de Ezcurra, aunque separados de hecho-, concibieron un hijo que nacería en Santa Fe el 30 de julio de 1813 y se llamaría Pedro Pablo Rosas y Belgrano (habiendo sido adoptado y criado por sus tíos Encarnación Ezcurra y Juan Manuel de Rosas).

En su libro “Belgrano, el gran patriota argentino”, el historiador Daniel Balmaceda reflexiona: “Si tenemos en cuenta la fecha de nacimiento en Santa Fe, podemos establecer que fue concebido, con corto margen de error, en la primera semana de noviembre, es decir, cuando Belgrano se enteró de que Güemes hacía escandalosa vida marital con Juana Inguanzo y lo envió a Buenos Aires. Cabe preguntarse cuál sería la diferencia entre una situación y la otra. ¿La falta de discreción de Güemes? ¿O que Josefa viviera en un estado de separación de hecho?”. Güemes no tuvo más remedio que acatar la decisión de Belgrano y aunque en principio este hecho puso distancia entre ellos, posteriormente se reencontrarían y forjarían una gran amistad. De hecho, en octubre de 1819, cuando se agravó el estado de salud de Belgrano, Güemes envió a su amigo el doctor Joseph Redhead a Tucumán, con instrucciones de velar por él en forma personal.

Con la victoria en la Batalla de Salta (20 de febrero de 1813), el general Manuel Belgrano logró que todo el noroeste quedase libre de los realistas, aunque se dieron esporádicos ataques desde el Alto Perú.

El 7 de diciembre de 1813, Güemes fue destinado nuevamente al Ejército Auxiliar, del cual recibió el mando en jefe el coronel José de San Martín. Éste, que había oído ponderar los servicios del caudillo salteño, aceptó complacido sus servicios y lo nombró comandante de las avanzadas de Salta.

 

El “Protector de los pobres” al frente de la Guerra Gaucha

 

Güemes se presentó en Salta como el “Protector de los pobres” y el más decidido partidario de la revolución. Dio inicio a la “Guerra Gaucha”, que fue una larga serie de enfrentamientos, casi cotidianos, con escaramuzas y apenas cortos tiroteos intempestivos, seguidos de veloces retiradas. Como una brava y heroica salteña, su hermana, María Magdalena “Macacha” Güemes de Tejada, fue una de sus más fervientes y eficaces colaboradores.

El 15 de mayo de 1815, el Cabildo por la aclamación del pueblo, eligió a Güemes como Gobernador Intendente de Salta (cargo que ejerció hasta 1820).

El 9 de junio de 1815, Martín Miguel contrajo matrimonio en la Catedral de Salta con Margarita del Carmen Puch, con quien tuvo tres hijos: Martín, Luis e Ignacio.

Con certeza, San Martín expresó: “Los gauchos de Salta solos están haciendo al enemigo una guerra de recursos tan terrible que lo han obligado a desprenderse de una división con el solo objeto de extraer mulas y ganado”. Güemes y sus gauchos detuvieron seis poderosas invasiones al mando de destacados jefes españoles. Puso a la provincia en pie de guerra y organizó un verdadero ejército popular en partidas de no más de veinte hombres. Imprevistamente, el general Pedro de Olañeta, enemigo acérrimo del salteño, volvió al ataque, pero no pudo pasar más allá de Jujuy. El boicot de la población salteña fue absoluto y las tropas sufrieron permanentes ataques relámpago. El general español comenzó a preocuparse y sus tropas empezaron a desmoralizarse en retirada. Cuando San Martín desembarcó en la costa peruana, Güemes –según lo pactado con el General-, decidió avanzar hacia el Alto Perú logrando mantener “entretenidos” a los realistas y dejándole campo de acción al Libertador, “cuidándole las espaldas”.

           

Los últimos pasos del célebre salteño


El cabildo de Salta, formado por las clases altas de la ciudad, aprovechando la ausencia de Güemes, lo acusó de “tirano” y lo destituyó. Muchos de sus miembros se habían puesto de acuerdo con el general Olañeta para entregarle la ciudad. El caudillo regresó, recobró la ciudad y perdonó a los revolucionarios. Pero no todo había terminado. El coronel salteño a las órdenes del ejército español, José María “Barbarucho” Valdéz, avanzó con sus hombres y ocupó Salta contando con el apoyo de los terratenientes salteños, a los que les garantizó el respeto de sus propiedades. Al salir a combatirlo, Güemes fue alcanzado por un disparo, aunque logró huir.

Martín Miguel de Güemes, hemofílico, murió el 17 de junio de 1821, a los 36 años de edad, en la Cañada de la Horqueta, cerca de la ciudad de Salta.

            Sus hombres, sus “Infernales”, unas semanas después vencieron y expulsaron de Salta a los españoles, siendo aquella la última invasión realista al norte argentino.

 

Los nietos de Güemes y Belgrano en el Azul


            Aunque no es posible afirmar que tuvieran contacto entre ellos, si se puede asegurar que Pedro Servando Rosas y Belgrano, nieto del general Manuel Belgrano, y Domingo y Luis Güemes, nietos del caudillo salteño, ligados los tres a las milicias, estuvieron en el Azul en la segunda mitad del siglo XIX.



Martín Miguel de Güemes