El escultor de “Don Hipólito”
El
27 de diciembre de 1945 asumió como comisionado municipal de Azul, Silverio
Carbone, quien ejercería en tal función hasta el 8 de septiembre del año
siguiente. A pesar de su breve mandato, inició una serie de obras que
finalizarían renovando considerablemente el aspecto de la ciudad. De hecho, el
12 de enero de 1946, en conferencia de prensa presentó el proyecto de ensanche
de la calle Colón desde la portada del Parque Municipal hasta el Balneario
Municipal. A dicha obra hoy la conocemos como Avenida Carlos
Pellegrini. Pocos días después, el 29 del mismo mes, anunció la
construcción de una plazoleta frente al Balneario, en calles Colón y avenida
Intendente Urioste, existiendo la posibilidad de que la citada esquina sea
adquirida por el señor Héctor Urioste con el fin de donarla en memoria de su
padre a la Comuna. Y así se hizo, siendo dicho espacio la actual Plaza
Almirante Guillermo Brown.
Antes
de terminar el mes de enero se iniciaron los trabajos de ensanche de la calle
Colón, de acuerdo al proyecto presentado. Ese mismo día, Carbone también
solicitó a la provincia que dos calles de nuestra ciudad se denominen en lo
sucesivo Leandro N. Alem (la entonces la calle
Centenario, actual Av. Cáneva) y Dr. Ángel Pintos (la
Guaminí). Sin embargo, el pedido no fue respondido favorablemente.
Por
otra parte, el 5 de febrero de 1946, el Comisionado dictó un decreto por el
cual estableció: “Visto que se le impuso el nombre de
Presidente Hipólito Yrigoyen a la calle Adolfo Alsina, y considerando que es
oportuno la erección de un busto del eminente republicano, se decreta: art. 1)
Eríjase un busto del ex presidente de la Nación don Hipólito Yrigoyen, en la
intersección de las calles Presidente Hipólito Yrigoyen y Avenida 25 de Mayo;
art. 2) Encomiéndase la confección del mismo al escultor don Pascual
Buigues, domiciliado en la localidad de Temperley, por el que se abonará
ochocientos cincuenta pesos Moneda Nacional”.
El escultor
Pascual Buigues nació
en la localidad de Teulada, provincia de Alicante, España,
el 16 de septiembre de 1897.
En
1904 ingresó al Colegio de niños huérfanos San Vicente Ferrer de Valencia,
España. Siete años más tarde, al egresar, se incorporó a un taller de imágenes
religiosas. Y en 1912 su maestro lo hizo inscribirse en la Real Academia de
Bellas Artes San Carlos en Valencia. Allí se destacó prontamente.
En
1917 obtuvo la segunda medalla en la Exposición de la Juventud Artística de
Valencia. A los 25 años de edad, buscando nuevos horizontes, dejando atrás
Barcelona en el Vapor Santa Isabel de Borbón, llegó a la ciudad de Buenos
Aires.
Con
pasión se dedicó al retrato en bajorrelieve alcanzando de inmediato el éxito. En
1924 realizó el busto del Dr. Manuel Carlés y los retratos de Leandro N. Alem e
Hipólito Yrigoyen. Ese mismo año participó del XIV Salón Nacional de
Artes Plásticas con la obra Joven Latina, un busto de Carlés y
Bravura, una cabeza de carácter.
Proyectándose
artísticamente, en 1925, montó su taller en la fundición Trivium y
participó en la decimoquinta edición del Salón Nacional y en el Salón de
Rosario. Le fueron encomendadas las estatuas e imágenes del frontispicio que
finalmente fueron colocadas en la fachada de la Iglesia Corazón
de María frente a Plaza Constitución.
En febrero de 1926, año que
sería importante en su vida amorosa, inauguró en la ciudad de San Fernando, en
un lugar público, un busto de Leandro N. Alem de su autoría. Al mismo tiempo,
trabajaba en una estatua del General Martín Miguel de Güemes para una plaza de
Salta.
El 21
de agosto de aquel año contrajo matrimonio con Laudina
Carbonell, nacida en Valencia en 1905. Y tras participar en el XVI
Salón Nacional partió a España con su flamante esposa.
En
Valencia, el 10 de septiembre de 1928, nació el primer hijo de la pareja, Héctor.
Y ese mismo año obtuvo el segundo premio en la Exposición de Arte de Levante.
En
su tierra natal, en 1929, donde continuaba con su incansable labor creadora,
obtuvo el segundo premio en la exposición realizada por el Patronato
de Turismo de España y, asimismo, expuso en el Círculo
de Bellas Artes de Valencia.
Al
año siguiente retornó a Buenos Aires y en 1932 nació su segundo hijo en la
Capital argentina, Rubén. Por entonces realizó el retrato
del Cónsul de España en Buenos Aires, José de Buigas Dalmau.
En
lo sucesivo participó en las diferentes ediciones del Salón Nacional,
alcanzando en 1938 el Premio a Extranjeros en el XXVIII Salón Nacional de Artes Plásticas con
su obra Triunfo.
Al año siguiente, su
obra Iberia fue adquirida por la
municipalidad de Buenos Aires para el museo de Artes Plásticas “Eduardo
Sívori”. También realizó el retrato de Francisco Piana.
En
1940 presentó en el trigésimo Salón Nacional sus reconocidas obras Fábula
y Renata; al año siguiente obtuvo el segundo Premio
escultura en el Salón de San Fernando.
Para
el Pabellón de Infecciosos de la vecina localidad de Tapalqué realizó
el retrato de Pascual Campodónico en 1942.
Junto
al reconocido escultor italiano Juan Bautista Finocchiaro,
en 1943, realizó la reproducción de una escena faraónica del Templo de Luxor en
Egipto en bajorrelieve para el Hall del Cine Luxor de la ciudad de Buenos
Aires.
El
17 de marzo de1950, en Temperley, nació su tercer hijo, Jorge
Eduardo.
Hacia 1951, colaborando con el
escultor autodidacta argentino, Juan Grillo, Buigues
concretó el Monumento al Gaucho el cual fuera emplazado en
la ciudad de Mar del Plata e inaugurado el 5 de abril
de 1960 tras varios traspiés burocráticos.
También en 1951 obtuvo el
primer premio en el concurso para la medalla y logotipo del Consejo del
Escritor, designado por la Subsecretaría de Cultura. Al año siguiente
fue designado miembro del Jurado de escultura en el 2° Salón de Córdoba de
Artes Plásticas.
En
febrero de 1953, inauguró en Las Cuevas, Mendoza, un busto de su autoría del
general Carlos Ibáñez del Campo, presidente de Chile. Y el
26 de marzo del mismo año, en la Estación de trenes de Retiro de
la Capital Federal inauguró el busto del ministro de Economía, Miguel
Miranda.
En
los años sucesivos recibió el encargo de múltiples retratos, destacándose los
de Juan Álvarez, Carlos Alberto Pueyrredón y Ricardo Levene, académicos de
número, el almirante Guillermo Brown, el general San Martín, Ricardo Levene,
del Presidente italiano Giovanni Gronchi (encargado por la Asociación Dante
Alighieri), del brigadier general Juan Manuel de Rosas, de Carlos Pellegrini y
de Bernardo A. Houssay, Premio Nobel.
Entre las obras de Pascual Buigues también se
destacan los bustos de Leandro N. Alem, Eva Duarte de Perón y Enrique Santos
Discépolo, emplazados en distintos lugares del país.
Asimismo,
le fueron encomendadas, entretanto, otras obras como la medalla del Presidente
de Francia Charles de Gaulle en su visita a la Argentina; Medalla de San Martin
y Bolívar, al Mérito; busto del Sr. Newton Shelton, Presidente de Aerolíneas
Peruanas, para Estados Unidos de América; busto de Eva Duarte de
Perón; busto y monumento a Timoteo Vandor, ex secretario General de la
Unión Obrera Metalúrgica, emplazado en el Cementerio de la Chacarita.
El
7 de junio de 1973 falleció su esposa.
Tras
algún tiempo de luto, ensimismado en su obra puertas adentro de su taller, en
1975 realizó, por encargue de la Asociación Numismática Argentina, una medalla
en homenaje a Carlos de la Cárcova.
Poco después presentó los bustos
de José Ignacio Rucci, secretario general de la CGT, y del ingeniero Cesar M.
Polledo, fundador y presidente de la Cámara Argentina de la Construcción
durante cuatro décadas (actualmente ubicado en la plaza del mismo nombre en Av.
Paseo Colón e Independencia, de la Capital Federal).
Sus
últimos trabajos conocidos fueron el retrato del Gral. José de San Martín para
la Academia Nacional de la Historia y su propia medalla, encargada por la Casa
Piana para homenajearlo por su extensa labor medallística en el país.
En
su taller de Temperley, Pascual trabajó hasta una edad avanzada. Realizó
algunos monumentos e infinidad de medallas y placas con retratos en homenaje a
próceres y personalidades argentinas, pero su verdadero espíritu artístico lo
encontramos en sus pequeñas piezas escultóricas, de un delicado modelado y una
intensa sensibilidad expresiva. Creó maternidades, niños graciosos, bustos,
torsos, cabezas y sutiles desnudos que resultan lo mejor de su producción, que
lamentablemente el artista expuso en pocas ocasiones.
Pascual
Buigues falleció el 15 de octubre de 1980.
Al piso…
El 4
de junio de 1946, el Comisionado Municipal Silverio Carbone,
dejó inaugurando el busto del líder de la Unión Cívica Radical y ex Presidente
de la Nación en la rambla central de la avenida 25 de Mayo en su intersección
con la renombrada arteria. Y desde entonces comenzaron los incidentes…
El diario “El Tiempo” en su edición
del miércoles 16 de marzo de 1955 publicaba:
“SALPICONES DE MADRUGADA.- Que falta de respeto! Una caída más ha tenido el bronce de Hipólito Yrigoyen erigido en la calle del mismo nombre y su intersección con la Avenida 25 de Mayo.
Automotores
guiados por gente inexperta lo han derribado ya varias veces, sin que ningún
contratiempo hayan tenido después esos conductores. Para gran parte del pueblo
eso no reviste importancia. Es lo mismo que si hubieran derribado una columna o
un poste. Y claro. ¿Qué temor puede inspirar llevarse por delante un pedazo de
bronce que representa la figura de un humilde ciudadano que apenas si llegó a
ser Presidente de la República y caudillo de una causa enraizada en la sagrada
libertad del individuo?
Tantas
veces lo derrumbarán y otras tantas habrá de ser puesto en su lugar por los
obreros municipales, como si se tratara de la reposición de un árbol, es decir
la cosa más simple.
Ayer
no estaba el busto de Yrigoyen. Alguien dijo que lo llevaron a los Talleres de
la Comuna para construirle un pedestal más sólido
Qué
ironía! Yrigoyen necesita un pedestal más sólido!
El
fervor cívico de la ciudadanía, la gratitud que el pueblo le debe al patriota
que tanto hizo por Argentina, no sirve para pedestal! Es muy inconsistente el
material... Se escurre por los dedos...”.
En el políticamente convulsionado año
1955, comenzó a barajarse una opción para ubicar el busto del ex Presidente que
“El
Tiempo” acompañó con una aguda publicación el 17 de marzo:
“¿YRIGOYEN AL PARQUE?- Después de los varios derrumbes sufridos por el busto de Hipólito Yrigoyen, las autoridades municipales han resuelto ubicar el bronce lejos del alcance de los descontrolados conductores de vehículos, especialmente automotores. Según una información que obra en nuestro poder, será instalado en un lugar de preferencia dentro del Parque Municipal.
Sugerimos
sea colocado frente a la estatua del Dr. Ángel Pintos para que el viejo
caudillo conservador, con su diestra tendida en severo gesto, nos indique a
toda hora:
-Ese
fue un hombre que supo iluminar a los argentinos él camino del progreso, de la
libertad y de la soberanía de la Patria!”.
Efectivamente el busto fue retirado de la rambla (y años más tarde ésta también desapareció de la arteria), sin embargo, no fue trasladado al Parque sino muy cerca. El busto que realizara el escultor Pascual Buigues para nuestra ciudad culminó en el frente de la Escuela Nº 28 que lleva justamente el nombre de Hipólito Yrigoyen.
La gran paradoja
Sin
embargo, hubo un detalle que Carbone no tuvo en cuenta o no quiso remediar. El
6 de septiembre de 1932, cuando se cumplió el segundo aniversario del derrocamiento
del gobierno constitucional de Hipólito Yrigoyen, el intendente Dante
Bernaudo decidió renombrar la calle Buenos Aires como Teniente
General José Félix Uriburu, quien fuera precisamente el que derrocó al
gobierno de la U.C.R. Así, golpista y derrocado se cruzaban en una esquina
azuleña…
Pero
a las vueltas del destino azuleño les faltaba otro giro. A través de la Ordenanza 2283/04,
del 17 de diciembre de 2004, el intendente Omar Arnaldo Duclós dispuso
el cambio del nombre de la calle Uriburu por el de Intendente
Profesor Rubén César De Paula.