Pionero en otras tierras…
Por Eduardo Agüero Mielhuerry
Anselmo
Evangelista Dupuy nació en Azul, el 21 de
abril de 1891. Fue bautizado el 28 de mayo del mismo año, en la Iglesia
“Nuestra Señora del Rosario” (actual
Catedral). Sus padres fueron Juan Evangelista Dupuy y Aurora
Cruz. Tuvo trece hermanos:
-
Guillermo Januario
(1892);
-
Policarpo
(1894);
-
Abel (1895);
-
Cecilio
(1897);
-
Armelino Pascual
(1899);
-
Aníbal Victoriano
(1901);
-
Zulema
(1903);
-
Raquel
(1905);
-
Sulinda
(1906);
-
Felipe Arturo
(1907);
-
Aurora Petronila
(1909);
-
Ismael Rafael
(1911);
-
Carlos Hipólito Francisco
(1918).
Por cercanía
al hogar familiar (Maipú y Lamadrid) y contemporaneidad, es altamente probable
que Anselmo
-y varios de sus hermanos-, haya realizado sus estudios primarios en la ya
desaparecida Escuela Nº 12 “José
Victorino Lastarria”, inaugurada el 1 de agosto de 1889, en Av. Comercio
(hoy Av. Mitre) Nº 218, entre Patagones (hoy 1º de Mayo) y Maipú.
Desde muy
joven, hacia la década del ’20, Anselmo estuvo instalado en Plaza
Huincul y Zapala, a donde fue en busca de una cura para su incipiente
problema ciático en las cada vez más renombradas aguas termales de la zona.
Alrededor de
1930, en una partida de truco, le ganó al terrateniente Marcelino Pavía (que a
principios de siglo, ad honorem,
había desempeñado el cargo de comisario de tablada de Zapala), el “Hotel
Copahue”, que por entonces llevaba dos o tres temporadas de
funcionamiento. Las instalaciones eran precarias, construidas con chapas de
zinc galvanizado. Anselmo y su familia, le dieron una impronta singular al
lugar, sumándole sucesivas ampliaciones y mejoras significativas al hotel que
así promocionaban:
“Hotel
‘Copahue’.
El 25 de
diciembre inició la temporada de 1935. Instalado en casillas desarmables y
revestidas de cemento armado en las mismas Termas ‘Copahue’; carece de lujo en
absoluto, pero ofrece la máxima comodidad que es dable en aquel paraje.
Las Termas de
‘Copahue’ devuelven la salud a los desahuciados por los médicos.
Sus aguas
maravillosamente medicinales están sorprendiendo a la ciencia con sus
curaciones estupendas: Reuma, Herpes, Eccema, Artritismo, Enfermedad del
Estómago y Especificas, curan radicalmente en estas prodigiosas termas.
Soliciten
hospedaje con anticipación.
El corredor de
esta empresa se encargará de conducir valijas y demás equipajes de la Estación
al Hotel de hospedaje en Zapala.
Orden por
correspondencia a:
ANSELMO E.
DUPUY Zapala F.C.S. (Terr. Neuquén)”
En un
principio, para atender la hostería ayudaban a Anselmo sus hermanos Guillermo
Januario y Felipe Arturo. Abrían solamente en el verano, porque en el
invierno todo quedaba cubierto por la nieve. La presencia del hospedaje cobraba
relevancia en aquellos lares justamente porque las termas de Copahue resultaban
altamente recomendables para tratamientos por diversas enfermedades. Un relato
de la época resalta:
“En cuanto al alojamiento, los que se dirigen allí se hospedan en las termas mismas, pero por el simple hecho de que estas se encuentran alejadas de la civilización, perdidas en medio de las montañas. Por lo tanto, cuando nosotros fuimos también nos instalamos en el hotel que lleva el nombre de las termas, que en aquel entonces era el único; y, que quizá hoy no tanto, pero tiempo atrás era muy pero muy precario. El Hotel Copahue (…) estaba lejos de ser un resort cinco estrellas, como mucho quizá llegaba a la media. Tampoco se trataba de un hotel de ciudad, pues lejos estaba, asimismo, de tener un televisor en el cuarto; ni hablar del resto de las instalaciones. Allí, como nos había dicho el doctor antes de partir, debíamos arreglárnoslas como pudiéramos pues la estadía sería lisa y llanamente medicinal; de manera que debíamos prepararnos con todo, lo cual nos pareció hasta divertido.”.
Aquí en Azul, en el domicilio familiar de la calle Maipú Nº 76, casi esquina Lamadrid, frente a la por entonces Plaza “La Tosquera” (hoy oficialmente “Juan Manuel de Rosas”), se aprovisionaban o preparaban diversos elementos que llevaban en un colectivo que les pertenecía para la temporada veraniega.
Asimismo, Anselmo
trabajaba en la imprenta de su hermano Cecilio -quien antes había sido
tipógrafo del diario “El Ciudadano”-,
en calle Yrigoyen, al lado de “Casa
Bogliolo” y frente a la emblemática librería, juguetería y casa de
fotografía “La Mascota”. La firma
originalmente fue “Placente y Dupuy”
(fundada en 1918, ocupaba el local en calle Alsina –hoy
Yrigoyen- N° 515 –, recordada por la cantidad y calidad de sus trabajos), luego
pasó a denominarse “Dupuy Hnos.”.
Desde entonces, la familia a través del tiempo quedó siempre ligada al rubro en
nuestra ciudad. Cecilio, además, estuvo estrechamente vinculado a la actividad
deportiva, formando parte de la Comisión Directiva del Club Boca Juniors de Azul e integró la primera comisión directiva
del Centro Tradicionalista “Fortín del
Azul” (constituida el 3 de diciembre de 1949). Por su parte, Aníbal
Victoriano, empleado municipal, el 9 de abril de 1947 se convirtió en
Secretario General del primer Sindicato
de Empleados Municipales de Azul, trazando una intachable trayectoria. Y Abel
integró la Comisión Directiva del Club
Social.
Soltero y sin
hijos, Anselmo Evangelista Dupuy falleció repentinamente, según
diagnóstico médico de anemia aguda, en Zapala, el 19 de octubre de 1942.
Sus restos fueron trasladados a su ciudad natal, siendo sepultado en el
Cementerio Central (hoy Cementerio Único).
Su madre Aurora
y su hermana Zulema (docente, Doctora en Ciencias de la Educación, y que
fuera de la temporada veraniega residía en City Bell, provincia de Buenos
Aires), con la ayuda del menor de los hermanos, Carlos, quedaron al
frente del Hotel. Ambos hermanos solteros, a mediados de la década del ’60, le
vendieron la hospedería a Arturo Fernández, quien la rebautizó
como “Hotel
Santa Mónica”, en homenaje a su pequeña hija.
En la
actualidad, la calle en la que se halla ubicado el Hotel lleva el apellido Dupuy
(entre Manuel Olascoaga y Cacique Cheuquel).
Muchas gracias
a Ismael
Dupuy por la información y fotos familiares y a Natalia Sayavedra por
datos específicos.
Las demás fotografías fueron facilitadas por Juan C. Caminatta, del Museo Copahue, ante cuya solicitud armé la historia. Muchas gracias!!!