Tiro Federal de Azul
Por Eduardo Agüero Mielhuerry
El país transitó distintos procesos
políticos y en nuestra ciudad, al igual que en varias localidades del interior,
a finales del siglo XIX, los inmigrantes suizos fueron los
primeros en mostrar un gran interés por la práctica deportiva del tiro al
blanco.
Algunos de los iniciadores de la
actividad estaban definitivamente convencidos que, si todos los ciudadanos cumplían
una práctica constante de tiro al blanco, sería más fácil consolidar
Hacia los comienzos de la década del
’90, la comunidad se movilizó para tener su propio polígono de tiro, a imagen y
semejanza del que ya poseía el Club Recreativo Suizo -dedicado
tanto a actividades deportivas como de defensa-, ubicado en la esquina Este de
las calles San Martín y Bahía Blanca (actual Intendente Manuel Castellár).
Los impulsores consideraban fundamental
que esta nueva institución se rija con prescindencia completa y absoluta de
toda cuestión política y electoral, y que tenga como único fin la instrucción
de tiro con armas de guerra y de uso civil para preparar a la milicia y la
ciudadanía, para la defensa de los supremos intereses de
El periódico local “El Pueblo”, dio cuenta
de las innumerables adhesiones que recibió el día 11 de diciembre de 1890
el señor Manuel Chans, reconociéndosele su interés para instalar una
sociedad de tiro al blanco en terrenos cedidos por un hacendado de la zona en
las cercanías de Azul. Así inició tibiamente sus actividades la incipiente “Liga
Patriótica Azuleña”.
Todos al Centro…
En la sesión de Comisión Directiva del
28 de febrero de 1895 se nombró a los generales Francisco Leyría y Zacarías
Suspisiche como representantes del Centro ante las autoridades
militares para gestionar armas e instructores, además de un terreno apropiado
para “el establecimiento de un polígono
de tiro para la instrucción de
Antes de finalizar el año, asumió la
presidencia del Tiro Federal Argentino de Buenos Aires (que había sido fundado
el 28 de septiembre de 1891), el general Luis María Campos, quien solicitó al
Ministerio de Guerra la autorización correspondiente para enviar fusiles Máuser
a las sociedades de tiro del interior, para el cumplimiento de los fines
institucionales. Así se hizo y la institución azuleña recibió su primer
equipamiento.
Tiempos turbulentos
Consecuencia del clima emergente de tal
situación, como así de las sugerencias del gobierno nacional, fue que
reapareció en escena, recobrando protagonismo, la “Liga Patriótica Azuleña”,
desarrollando actividades concordantes y concurrentes a un mismo fin: “Defender
Con dicho objetivo,
El periódico “El Pueblo”, que había
fundado y dirigía el señor Manuel Chans, contaba en sus publicaciones de 1898
quienes erigieron el proyecto de polígono. El 13 de marzo de dicho año, publicó
un llamado a la reflexión: “Queda algo
por llenar que corresponde a la iniciativa popular, a todos los habitantes de
este país: es la instrucción general y particular en las armas de guerra que
proporcionan las sociedades de tiro, instrucciones que deben merecer nuestra
especial preocupación”.
Chans promovió entonces remozar el “Centro de Instrucción Militar y Tiro al
Blanco”, que había quedado prácticamente abandonado. De inmediato, un
importante conjunto de vecinos se sumó a la “Liga Patriótica Azuleña”,
conviniendo como primera resolución ordenar aceleradamente los trabajos de
construcción del polígono. Hicieron donaciones de importancia los señores Alejandro
Brid, Ángel Pintos, Francisco Leyría, los hermanos Federico
y Héctor Urioste, Antonio Aztiria, Manuel
Patiño, Carlos Ángel Boll, Francisco M. Rodríguez, Isidoro
Sayús, Belisario Zapata, Guillermo Purvis, Luis
Dhers, Rosa Ávila y Pablo Laclau, entre otros.
El fruto del esfuerzo
“El Pueblo” publicaba habitualmente los
nombres de los donantes de dinero, materiales y mano de obra, intentando así su
Director demostrar el enorme agradecimiento que sentía hacia la comunidad que
de alguna u otra manera lo ayudaba a concretar un anhelo tan suyo como de los
vecinos. Además, hacía referencia a las cartas y telegramas de apoyo que
recibía de las autoridades provinciales y nacionales, entre las que vale la
pena destacar la nota del Ministro de Obras Públicas de
Como corolario,
El 19 de septiembre de 1898 se iniciaron
los trabajos de construcción con la cooperación voluntaria y entusiasta de la
juventud azuleña entre los que se destacaron: Pedro Castex, Mariano Ludueña,
Miguel Tablar, Bernardo Naulé, Manuel Elizagaray, Luis Landerretche, Horacio
Traversi, Francisco López, Eduardo Berdiñas y Luis Riviére.
Asimismo, los domingos prestó su asistencia
Cerveza, caña y un nuevo objetivo
Para llevar a cabo los festejos
inaugurales se hicieron detonar un buen número de bombas, hecho éste que alertó
a la población, atrayéndolos al lugar del polígono. Cuentan las crónicas de
aquellos días que para la ocasión se brindó con cerveza de fabricación azuleña
de los hermanos Piazza y también con caña doble “
El coronel Pablo Riccheri, siendo
ministro del presidente Julio A. Roca tuvo que interrumpir la misión que estaba
cumpliendo en Europa para hacerse cargo del Ministerio de Guerra. La situación
de tirantez creada por aquella época entre
Pese a las celebraciones suscitadas y a la
intensa actividad desplegada en las instalaciones del flamante polígono, las
obras de perfeccionamiento se prosiguieron sin pausa y recién en 1902 se
procedió a la inauguración oficial de las mismas.
Divergencias entre los miembros de la
flamante institución hicieron que, curiosamente, se conformaran dos
comisiones directivas. Ambas presididas por el Dr. Enrique Ocampo y el
Sr. José R. Paleari, respectivamente, estaban integradas por los siguientes
caballeros: Eduardo Plot, Rosa V. Ávila, Ceferino Peñalva, Juan Beheretche,
Pastor Tiola, Silvano Bonnet, Eugenio Dupleix, Marcial Portarrieux, Pedro L.
Ramírez, Isidoro Sayús, Antonio Samigliana y Manuel E. Toscano. El señor Miguel
Bossola fue designado Comisario de Tiro, secundado por los señores Luis
Riviere, Siverio Cabone, José R. Motti, Juan N. Navas, Gregorio Motti, F.
Eduardo Berdiñas y Horacio Clair.
El ministro Pablo Riccheri en Azul
El
proyecto del edificio primitivo, que tenía la apariencia de una fortificación
pétrea y almenada, fue realizado ad
honorem por el ingeniero Ignacio Aztiria. Antes de comenzar
la construcción, los planos fueron expuestos en el almacén, ferretería y puesto
“El
Progreso”, ubicado en la esquina Este de Belgrano y Buenos Aires (luego
Gral. Uriburu, actual Intendente Prof. Rubén C. De Paula). Los trabajos de
delineación del terreno también los hizo ad
honorem el agrimensor Antonio Regueral y la construcción
de la obra fue adjudicada al Sr. Esteban Wagnat. Los trabajos
comenzaron en febrero de 1902 y fueron inaugurados con una importante
celebración el 9 de julio de ese mismo año.
El ministro de guerra de
Cabe destacar que en la oportunidad el
Coronel fue nombrado como “Padrino del polígono de Azul”.
No menos de cuatro mil personas
asistieron a la inauguración, iniciándose de inmediato el primer concurso de
tiro que finalizó con el triunfo del joven José B. Iturburu.
Un nuevo edificio…
A
comienzos de 1915 se inició una transformación total del polígono. El actual
edificio, más amplio y confortable, fue construido a pocos metros de la calle.
El proyecto fue realizado por los arquitectos Héctor Pourtalé y Victorio
Lavarello.
La
construcción fue adjudicada por licitación a José H. Brumana, quien,
al ser socio de la “Liga Patriótica Azuleña” (de la que más tarde fue
Presidente), gentilmente como donación hizo una rebaja del 10%, quedando el
costo total de la obra establecido en $ 13.081 moneda nacional. Finalmente,
quien dirigió las obras del polígono de tiro resultó el ingeniero Corti.
Las
obras, que incluían la construcción de nuevos fosos y la demolición del edificio original
que, al estar ubicado en el centro del terreno, reducía el campo de tiro,
comenzaron en agosto de 1915 y fueron concluidas en enero del año siguiente.
Poco
después se terminaron los espaldones, para cuya construcción colaboró el
Batallón 2 de Ingenieros. La conclusión definitiva de las obras se realizó el
14 de mayo.
Con
una interesante concurrencia de tiradores –profesionales y amateurs- y público
en general, el 9 de julio de 1916, en concordancia con los actos celebratorios
del Centenario
de
Fue durante la presidencia de Juan
N. Navas que se construyó el actual edificio del polígono, merced a la
generosa contribución del pueblo en general. Por su corredor de tiro desfiló en
el tiempo un vasto sector de la juventud azuleña, que gustaba de practicar un
deporte forjador de virtudes esenciales para la lucha por la vida: carácter,
tenacidad, serenidad, espíritu de lucha y sentido caballeresco de la militancia
deportiva.
El edificio emula una especie de fortaleza
medieval con la combinación arquitectónica de elementos característicos
ingleses
y normandos. Su corriente ecléctica fue muy desarrollada en nuestro
país hacia finales del siglo XIX y comienzos del XX, teniendo siempre como
punto de referencia a “la vieja Europa”. En el ámbito local, a la multiplicidad
estilística se sumó la interpretación de los arquitectos azuleños (Lavarello y
Pourtalé).
Todo el frente está realizado en
combinación de muros revocados y ladrillos vistos. Las cornisas salientes
muestran modillones aislados debajo de las mismas y el coronamiento de la
mampostería cuenta con ornatos esféricos -imitando balas de
cañón- y almenas. Una almena (o merlón), es un elemento
típico de la arquitectura militar medieval. Se trata de cada uno de los
salientes verticales y rectangulares dispuestos a intervalos regulares que
coronan los muros perimetrales de castillos, torres defensivas, etc. Los
espacios abiertos que se encuentran entre las almenas se denominan usualmente
cañoneras, ya que por ellos asomaban las bocas de los cañones.
Todos esos detalles se combinan con
algunos elementos del pintoresquismo vernaculista inglés,
como los “pans de bois” (que son los
listones de madera que se ven en las partes altas del edificio).
Posteriormente, el perímetro de la
fachada fue rodeado por un piso de lajas donado por el ingeniero Mario
L. Negri (30 toneladas obsequiadas a la institución en 1948) y zócalos
imitando los relieves de esta piedra.
En el frente, sobre el arco de acceso,
se pintó, al igual que en la gran mayoría de los polígonos de tiro diseminados
por el país, el lema “AQUÍ SE APRENDE A DEFENDER
El final de la “Liga
Patriótica Azuleña”
En enero de 1921, durante la presidencia
de José
H. Brumana (1919-1921), con el acuerdo de su Comisión Directiva, la
institución dejó su nombre de “Liga Patriótica Azuleña” para pasar
a convertirse oficialmente en “Tiro Federal de Azul”. De esta
manera,
Cabe aclarar que
La entidad contó en todo tiempo con
dirigentes capaces que fueron sumando esfuerzos y fomentando con concursos
asiduos en las temporadas de tiro el entusiasmo de la juventud. Fue así como en
1935 surgió la figura extraordinaria de un gran tirador que, rebasando las
posibilidades de Argentina y de América, se consagró en 1947, en Estocolmo,
Suecia, Campeón mundial de tiro al blanco con pistola en equipo: el Dr.
Oscar
Raúl Bidegain, que no solo brindaba tan amplias satisfacciones a sus
muchos admiradores en el deporte, sino que, sumando a ello su alta capacidad
dirigente, imprimió a la entidad un interesante ritmo de progreso. El
desarrollo deportivo de Bidegain estuvo ligado estrechamente al Tiro Federal de
Azul -al cual presidirá-, transitando un rico camino que se fue llenando de
diversos premios y reconocimientos nacionales e internacionales…
Hacia 1936, el Tiro Federal de Azul
contaba con un local de Tiro Reducido, el cual era único
en su tipo en el país, pensándose por entonces en instalar uno de similares
características en la ciudad de Buenos Aires.
En 1942, en el Torneo de Tiro, la
institución local recibió el Diploma de Honor y el Dr. Oscar Bidegain obtuvo el
Primer puesto entre setenta participantes, con 538 puntos.
Vientos de cambio…
Después de un largo paréntesis durante
el último gobierno de facto, en que los polígonos permanecieron totalmente cerrados,
un número considerable de aficionados se abocaron a la restauración del
edificio y el campo de tiro, logrando así volver a poner en funcionamiento a la
institución dedicada al noble deporte. Como presidente de esta nueva etapa fue
designado el ingeniero agrónomo Luis Lázaro, quien aportó todos sus
conocimientos para sacar a flote a la entidad, contando con el apoyo
valiosísimo de varios colaboradores. Luego lo sucedieron en la dirección los
señores Domingo Dante Fesler, Carlos Pagliaro, Carlos
Stornini, Andrés Oscar Arla, Walter Gallese, Daniel M. Arrastúa,
entre otros.