lunes, 30 de agosto de 2021

Sobre pájaros, trenes, televisión y radio...

     Sobre pájaros, trenes, televisión y radio…

  

Por Eduardo Agüero Mielhuerry

 

“Minuto Odol en el aire”, decía el conductor, Jorge “Cacho” Fontana tras lo cual se escuchaba el ruido del segundero de un supuesto reloj invisible. El concursante tenía entonces unos pocos segundos para contestar su pregunta; si lo hacía correctamente, el conductor agregaba con énfasis: “¡Con seguridad!”.

“Odol Pregunta” había comenzado en 1956 y fue el primer programa local de preguntas y respuestas. Se presentó en Canal 7, aunque luego pasó a Canal 13 y más tarde a Canal 11.

En sus inicios lo condujo Carlos D’Agostino, y luego pasaron Nicolás “Pipo” Mancera, Silvio Soldán, Antonio Carrizo y Héctor Larrea. Sin embargo, el programa quedó asociado para siempre a la presencia, y sobre todo la voz, de Fontana, quien estuvo al frente de la emisión entre 1963 y 1973.

La publicidad vendía al programa como “el único que premia su saber”, y desafiaba a “expertos en física cuántica o el reino animal”, como ejemplos de la amplitud de las temáticas a concursar. El participante solicitaba responder sobre un tema. Un equipo de producción seleccionaba las temáticas hasta que aceptaba la solicitud. Luego, y para reducir el margen de error causado por los nervios, había una serie de cinco exámenes previos hasta la presentación televisada.

De acuerdo a un informe de A.P.T.R.A. (Asociación de Periodistas de la Televisión y la Radiofonía Argentinas), durante las 24 temporadas del programa, se abordaron 158 temas, tuvo 442 participantes y 66 ganadores, entre ellos el querido y recordado Mario Miguel Marateo.

Plumas…

Desde pequeño, Mario Miguel había tenido una frenética pasión por los pájaros y a través de los años fue profundizando su estudio, sin tutores ni maestros, simplemente guiado por su espíritu curioso y taurino. A partir de 1960 comenzó a mandar cartas al programa televisivo “Odol pregunta”, para concursar, e incluso su hermana "Mecha" lo anotó personalmente en 1965, pero no obtuvo respuesta hasta dos años después. Marateo fue citado para un examen previo, a cargo del doctor León Benarós, evaluación que aprobó satisfactoriamente y con muy buenos elogios.

Todo estaba listo. El miércoles 5 de julio de 1967, a las 22 horas, todos los azuleños sintonizaron Canal 13 para ver al hijo pródigo de la comunidad contestando sobre “Pájaros de la provincia de Buenos Aires”.

            El concurso se desarrolló durante dos meses, con niveles impensados de televidentes, llegando a alcanzar picos de audiencia de 39 puntos la noche del 30 de agosto, cuando Mario Miguel Marateo contestó correctamente la pregunta Odol por un millón de pesos.

            Ese día, como cada año hasta el presente, se celebraba el Día de los Ferrocarriles Argentinos, ya que en 1857 se había inaugurado la primera línea ferroviaria del país (cuyo recorrido inaugural fue desde la Plaza del Parque hasta la estación Floresta de Buenos Aires). Justamente, Mario Miguel era un querido peón ferroviario al que algún periodista “culpó” por “pintar de ‘azul’ el mapa de la República”, ganándose para siempre el apodo de “El hombre de los pájaros”.

 

La humildad de un grande


Mario Miguel Marateo nació el 2 de mayo de 1928. Sus padres fueron Antonio Marateo y Mercedes Angélica Álvarez. Tuvo una hermana mayor: María de las Mercedes.

Cursó parte de sus estudios primarios en la Escuela N° 1 y luego estuvo en el Asilo San Antonio durante dos años, terminando el 6° grado de la mano del maestro Alfonso Cataldo.

Pronto comenzó a vender diarios y luego trabajó en el Mercado Municipal (ubicado en la esquina este de 25 de Mayo y San Martín); fue cadete de la Farmacia Mola y vendedor en la Zapatería Astral de Gabriel Villanueva. Ingresó en la Marina y después de cuatro meses de reclutamiento pasó a la Fragata Sarmiento, de donde, por “problemas de conducta”, lo dieron de baja. En consecuencia, volvió a su querida ciudad donde trabajó en Casa Etam y más tarde volvió a trabajar en la Zapatería Astral.

            Cuando los ferrocarriles pasaron a manos del Estado argentino, Mario Miguel se anotó junto a otros postulantes. En las oficinas del Ferrocarril Roca, en Plaza Constitución de Buenos Aires, le hicieron un examen físico, le tomaron un dictado y las cuatro operaciones matemáticas básicas. Finalmente ingresó como peón de cargas el 5 de octubre de 1947 y a los pocos días le asignaron como destino la Estación Coronel Rodolfo Bunge. Sin embargo, más allá de este paso trascendental en su vida laboral, ya que finalmente se jubilaría como peón de cargas años más tarde, había conocido a una joven que cambiaría realmente su vida. Tras unos años de noviazgo, Teresa Ida Bonora, se convirtió en su esposa el 17 de enero de 1953.

            Durante algunos años, el matrimonio vivió en el desvío ferroviario del kilómetro 243 (entre Parish y Cacharí), donde Mario Miguel había sido nombrado como efectivo. Cuando la situación económica mejoró un poco para la pareja, volvieron a vivir en la ciudad, en la casa de los padres de Mario. Y finalmente, en 1962, por medio de un crédito del Banco Hipotecario, pudieron comprar el que sería su hogar definitivo en la calle General Ignacio Rivas N° 874, sencilla casita a la que como muestra de cariño Mario Miguel bautizó, tal como rezaba un cartel en el frente: “Teresita”.

  

Después del primer millón…

              

            Tras una numerosísima recepción en la Estación de Trenes de Azul y múltiples entrevistas radiales y periodísticas, Mario Miguel editó su primer libro “Pájaros argentinos”, del cual se agotó la tirada de 30.000 ejemplares.

En 1972 volvió a concursar en “Odol pregunta. Ronda de ganadores”. Allí compitió por dos millones de pesos, sin embargo, tras tres empates consecutivos con Claudio Domínguez (quien contestaba sobre mitología griega), se decidió desde la producción del programa repartir el premio en partes iguales, siendo ambos ganadores. 

Todas las publicaciones y diarios del país se ocuparon de la historia del humilde ferroviario que había ganado el prestigioso “Odol Pregunta”. Hasta Mirtha Legrand lo tuvo en su mesa en seis oportunidades. El anonimato pasó a ser parte del pasado, sin embargo, para Mario Miguel no había mejores momentos que los que pasaba con sus padres, su adorada Teresita y su familia.

Más tarde publicó el libro “El aficionado a los pájaros”.

Escribió múltiples artículos para los diarios “El Tiempo” y “Diario del Pueblo”, abrió su propio local comercial, participó de diversas charlas y disertaciones y volvió a la televisión en reiteradas oportunidades, pero la popularidad nunca lo mareó, porque jamás perdió su humildad y carisma.


Al aire


En octubre de 2002 su amigo Félix Campodónico le propuso hacer juntos un programa radial todos los domingos por la mañana. Así comenzó por FM del Pueblo “En familia y sin Re-Fu-Po” (En Familia y sin religión, fútbol ni política).

Un tiempo después, Teresita pasó a ocupar el lugar de Campodónico y realmente la emisión radial quedó “en familia”, alegrando con música antigua, pero por sobre todo, abrigando con calidez a mucha gente, lo cual los hizo merecedores del Premio CADUCEO 2006.

La audiencia siempre fue sumamente nutrida e inclusive, a través de Internet el programa era escuchado por azuleños en las Islas Canarias, Sydney Australia, La Plata y Bahía Blanca.

El matrimonio desplegaba toda su ternura y simpatía, amenizando las mañanas con rancheras, valses, tarantelas, tangos y todo tipo de música. Como buen admirador de Carlos Gardel y del tango en general, Mario Miguel conservaba una importante colección musical con unas ocho mil canciones diferentes, grabadas en cassettes y discos compactos, superando ampliamente las veinte mil versiones. Cada canción era acompañada por comentarios referidos a la historia del autor, del intérprete o alguna curiosidad vinculada.

En alguna efeméride, Mario Miguel y Teresita hicieron referencia a “Los Locos de la Azotea”, como fueran conocidos a lo largo de la historia Enrique Susini, César Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica, quienes el 27 de agosto de 1920 dieron inicio a la radiofonía argentina cuando transmitieron la ópera Parsifal desde la terraza del Teatro Coliseo. Esa fue la primera transmisión radiofónica, integral y completa, de un programa de radio, realizada justamente hace 100 años, conmemorándose desde entonces el Día de la Radiofonía Argentina (a pesar de que el Día Mundial de la Radio se celebra cada 13 de febrero).

 Despedida

      Mario Miguel Marateo fue declarado Ciudadano Ilustre del Partido de Azul, pero el reconocimiento más grande que tuvo fue el cariño y el afecto de la gente.

En julio de 2017, gracias a la ayuda de Alberto Sarramone, Editorial Biblos Azul reeditó “El aficionado a los pájaros”, tal como reza la contratapa “…en homenaje a este gran estudioso autodidacta de nuestra naturaleza, en el 50° aniversario de aquel famoso programa”.

En enero de 2018, pocos días después de cumplir 65 años de matrimonio, falleció Teresita. Y desde entonces la salud de “El hombre de los pájaros” comenzó a deteriorarse añorando la compañía de su amada.

Mario Miguel Marateo falleció el viernes 14 de diciembre de 2018.



Mario Miguel Marateo y “Teresita” Bonora fueron una pareja sin igual.