La mano verde de Ángel Sala
Por Eduardo Agüero Mielhuerry
Ángel Sala (bautizado como
Angelo Francesco Giovanni Sala), nació el 27 de octubre de 1877 en Gerenzano,
Provincia de Varese, Italia. Sus padres fueron Carlos Sala y Carolina Beretta.
Aproximadamente
cuando contaba con tres años de edad, vino a
Años
más tarde, junto a su hermano, Ángel fundó una empresa de pintura de obra, la
que se hizo popularmente conocida en aquella localidad y en toda la zona rural.
Más aún, los Sala comenzaron a ser contratados en otros lugares del interior
bonaerense como por ejemplo Azul.
Dada
la abundancia de trabajo, hacia 1900, los hermanos decidieron instalarse
definitivamente en nuestra ciudad.
Ángel
se casó con Angélica Planes, con quien tuvo seis hijos. Sin embargo,
enviudó a temprana edad. Poco tiempo después, en segundas nupcias se unió a Magdalena
Iturregui, con quien tuvo tres hijos más, a los que se sumaron los ocho
hijos de ésta con su primer esposo de quien también había enviudado muy joven.
La
empresa de pintura de Ángel y Juan Sala, conocida como “Sala Hermanos”, fue la
más importante de la ciudad. Gracias a la calidad de sus trabajos se ganaron
una excelente reputación y un brillante prestigio. Pintaron grandes casonas y
cascos de estancias, como así también edificios públicos y de culto. Entre
ellos: las casonas de Squirru, Piazza, Pourtalé; el Asilo Buen Pastor, la
iglesia de San Antonio,
El alquimista…
Ángel se integró a
Teniendo en cuenta que toda la extensión del Parque Municipal fue lograda a
partir de las diversas donaciones efectuadas por vecinos de Azul, resulta
complejo puntualizar con precisión quién donó éste o aquél terreno sin recurrir
estrictamente a los planos catastrales. Sin embargo, sí podemos afirmar que con
un excelente criterio, el señor Ángel Sala (modesto ideólogo y realizador,
muchas veces olvidado), se ocupó hasta del más mínimo detalle para alcanzar la
amalgama perfecta de los espacios en el bellísimo paseo que pergeñó.
El diseño general del paseo se debe a su inventiva, como así también muchos
de los elementos decorativos que se pueden hallar en él (los bancos imitación
tronco, el puente de
El Parque Municipal finalmente fue inaugurado el 10 de octubre de 1918,
ocasión en la cual le fuera entregada a Ángel una medalla de oro como
reconocimiento y agradecimiento por su infatigable labor.
En 1926 fue nombrado Director
de Parques y Paseos por el intendente Juan José Mujica.
Proyectos y más proyectos
Sala y Antonio Aztiria
proyectaron los jardines del Club de Remo.
En 1936 Sala fue convocado
por el intendente Agustín J. Carús para confeccionar un nuevo diseño de la Plaza
Colón (actual San Martín), el cual, a pesar de su aprobación, fue
descartado para darle paso al plan de obras del ingeniero y arquitecto Francisco
Salamone.
En 1937, Carús lo nombró Director
Técnico de Ramblas y Paseos Municipales.
Tiempo
antes de su trabajo en la Plaza de la Estación de Trenes, había proyectado dos
plazoletas: una en Adolfo Alsina (actual Yrigoyen) y Leyría y otra en Córdoba y
Gral. Uriburu (actuales Malére y De Paula). También se ocupó de las plazas de
Chillar (1944) y Cacharí.
Plaza “De
la Estación”
Posiblemente
el registro más antiguo del que se dispone sobre
El
23 de agosto de 1938 se realizó un convenio con
Ángel Sala, proyectó y
realizó en 1939 el ya desaparecido diseño original de la Plaza “De
La
Costanera
Durante la intendencia del
comisionado Alfredo Ferro, en 1940, Ángel Sala proyectó la Costanera
Cacique Cipriano Catriel, que entre sus principales atractivos contó con una
isla a la altura de la calle 9 de Julio la cual fue lograda mediante la
apertura de un canal en la margen oeste del Arroyo Azul. Sala se ocupó asimismo
de hermosear la zona plantando castaños y eucaliptus y erigiendo dos puentes de
piedra que llevaban a
Por otro lado, en 1942, siendo
intendente José María Peluffo, el inquieto Sala proyectó los jardines de
Plaza “La Tosquera”
A mediados del siglo XIX, la zona
conocida como “La Tosquera” no era más que una sucesión de cavas de donde se
extraían tosca y arenilla para levantar el nivel de las calles del “radio
céntrico” y la Plaza Mayor (hoy Gral. San Martín).
Las
dos manzanas comprendidas por las actuales calles Alvear, Tandil, Maipú y
General Lamadrid, fueron las cavas más importantes del sector y las que le
dieron nombre al barrio. Pocos años antes del comienzo del siglo XX, y notando
la necesidad de dar fin al problema de seguridad que constituían aquellos
grandes agujeros a cielo abierto que se llenaban con las lluvias, se decidió
rellenarlos. De esta manera la basura del sector y del resto de la ciudad
comenzó a llegar al lugar. Pronto la capacidad quedó colmada y los dos lotes se
convirtieron en un amplio descampado que daría lugar a un vivero municipal.
En
1932, el intendente Dante Bernaudo, en un repaso sobre su administración (“Breve reseña de la labor realizada por el
ex Intendente Municipal Don Dante Bernaudo. 28 de febrero al 30 de julio de
1932”), contaba: “Transformación de
un “vivero municipal” en plaza pública. Encontré al hacerme cargo de la
administración comunal, que la Municipalidad había iniciado la formación de un
vivero en un terreno de su pertenencia, ubicado en el barrio conocido por “La
Tosquera”. Ni la calidad de la tierra, ni el lugar elegido, eran los más
apropiados, a mi juicio, para tal objeto. Hago esta manifestación sin el más
leve propósito de crítica. Consideré más conveniente para el adelanto de aquel
barrio, densamente poblado, transformar el embrionario vivero en plaza pública
y, en ese sentido, dispuse la realización de los trabajos tendientes a
convertirlo en paseo para solaz y esparcimiento de aquel vecindario, trabajos
que se estaban llevando a cabo con el personal obrero de la Municipalidad. A
esta obra de positivo beneficio colectivo, cooperó desinteresadamente y,
eficazmente el vecino Juan P. Sarthou, que donó para el arbolado de la futura
plaza, 400 plantas, de dos años, de la variedad “Acer negundo”, las que se
estaban colocando cuando renuncié al cargo de Intendente. Creo que al propender
el embellecimiento de aquel populoso barrio de la ciudad, dotándolo de la plaza
que necesita, se fomenta su impulso y en tal sentido es de esperar que las
nuevas autoridades del municipio prosigan la tarea iniciada”.
Como
contaba Bernaudo, el señor Sarthou (dueño de los famosos “Montes de Sarthou” ubicados en la Ruta Nacional N°3), donó un
importante número de árboles, acer
negundo (Arce americano o de hojas de fresno), pero nunca llegaron a ser
plantados en su totalidad.
Para
paliar la situación económica de muchos vecinos, en 1943, Roque Goñi le propuso
al comisionado Saúl Pardo, asignarle a los vecinos carenciados, una parcela de
aquellos terrenos que habían sido basural, donde quedaban autorizados a
realizar excavaciones y sacar vidrio y metales para vender. Así la plaza vio
demorada por algún tiempo su concreción.
Los
terrenos volvieron a ser rellenados, habiendo sobrevivido varios de los árboles
que había donado Juan Sarthou. La tierra había quedado limpia y finalmente se
constituyó en un lugar realmente apto para el crecimiento de otras plantas.
En
1945, bajo la administración del comisionado Dr. Alfredo Ferro, se le encomendó
a Ángel
Sala la remodelación de la Plaza. El paisajista azuleño trazó caminos y
diseñó hermosos canteros y así el espacio comenzó su pleno desarrollo.
Últimos trazos…
Sala fue un gran artista, pintor y
dibujante, autodidacta y muy refinado en sus gustos. Supo construirse a sí
mismo desde la sencillez, dejando un noble ejemplo para la comunidad y por
sobre todo un bellísimo legado paisajístico que aún hoy, a pesar del paso del
tiempo, puede apreciarse en muchos espacios que supieron de su pasión
irrefrenable.
Ángel Sala, falleció en Azul, el 8 de
junio de 1952.
Después… belleza y naturaleza…
Aunque
Ángel Sala desapareció físicamente y ya sus trabajos se desdibujaron con el
correr de los años, es interesante pensar que de alguna u otra forma su
espíritu continúa en los espacios verdes que supo moldear con creatividad y
sutileza.
El
23 de diciembre de 1956, traído desde
Cuando
Acofar Cooperativa Farmacéutica Ltda. cumplió cincuenta años de existencia,
junto al Colegio de Farmacéuticos de Saladillo, realizó un sentido regalo a la
ciudad. Tal como reza la placa colocada en un lateral del basamento del
monumento a Ameghino: “Para la ciudad de Azul, en esta hermosa plaza,
plantamos un ejemplar de Ginkgo biloba L. (conocido como el árbol portador de
la esperanza) por cada década de existencia de Acofar, para que los niños
jueguen bajo sus sombras y los pájaros aniden en sus ramas.”. El acto fue
realizado el 21 de julio de 2011 contando con la presencia del intendente
Municipal, Dr. Omar A. Duclós, miembros del Concejo Deliberante, funcionarios y
miembros de Acofar.
Por
otra parte, durante la administración del intendente Juan Carlos Peralta Reyes
(1973 - 1976), siendo Presidente del Concejo Deliberante el señor Miguel
Ángel Diab, éste último presentó como iniciativa la imposición del
nombre “Juan Manuel de Rosas” a la plaza conocida como “La
Tosquera”. El proyecto fue aprobado, sin embargo, la gente continuó
denominando a la misma tal y como lo dictaba la costumbre.
El 2 de
septiembre de 2007, durante la gestión del intendente Omar Duclós, se
inauguró una profunda remodelación que se dio sobre las dos manzanas del
espacio verde que no había conservado ningún rasgo de los diseños de Sala. Cabe
destacar que los añejos árboles fueron respetados en su totalidad y se
constituyeron en el punto de partida para trazar nuevos senderos peatonales.
Algunos años antes se había construido una pista de atletismo que fue
preservada y en uno de sus laterales se construyó un anfiteatro. En oposición a
ese sector se armó un amplio lugar de juegos para chicos y se coronaron las esquinas
de la Plaza con pérgolas. Y como merecido homenaje al fundador ideológico de
Azul, se colocó el busto de Juan Manuel de Rosas, realizado por
Sandra Domé.