Vega Belgrano, la “Casa de López” y “Don Quijote”
Muchas historias falsas se tejieron y repitieron a lo
largo del tiempo sobre la antigua casona ubicada en cercanías del Arroyo Azul,
donde el artista Miguel Rep pintara un imponente mural. La verdad es menos
extravagante, pero más “deliciosa” y cara a nuestra identidad…
Por Eduardo Agüero Mielhuerry
y Eduardo Luis Farina
Por decreto del 9 de
marzo de 1869, la gobernación de la Provincia le otorgó a Manuel
Vega Belgrano (sobrino nieto y yerno del general Manuel Belgrano) la
escritura de los tres solares de terrenos de “cuarenta y tres metros y tres decímetros de frente con igual fondo”
que tenía en “posesión a título de
dominio”, junto al Arroyo Azul, “los que
le correspondían por adjudicación que de ellos le hizo el Juez de Primera
Instancia en lo Civil, el doctor don Jorge Echeverría, en pago de la deuda que
reconocía a su favor la casa comercial de esta ciudad, bajo la firma ‘Carneiro
y Compañía’”. Años más tarde, esos terrenos y lo edificado pasarían a
conocerse con el apellido “López”, por la numerosa familia que
los habitó al cumplirse la voluntad legataria de Manuel.
Los López
Juan López nació en la ciudad de Buenos Aires el 7 de
julio de 1840. Sus padres fueron el español Juan López y la argentina
Natividad
Silva. Tuvo al menos dos hermanos: Joaquín y Manuel de los Dolores.
Juan se convirtió en el mayordomo de los
establecimientos rurales de Manuel Vega Belgrano en Azul y la
zona, es decir, el encargado de controlar todas las tareas del campo, los
trabajos de rutina y el buen manejo del personal, la hacienda y los cultivos.
Vivía en el pueblo, en la calle XIII (luego Entre Ríos; actual Alfredo Prat,
salvo justamente esa cuadra rebautizada: Pasaje Lumbier) Nº 2, junto al Arroyo
Azul.
Su hermano, Joaquín –también nacido en Buenos
Aires, el 14 de julio de 1842-, vivía a corta distancia, sobre la calle
XII o Calle Ancha (posteriormente Comercio; hoy Avenida Mitre), Nº 4, también
muy cerca de la vera del curso de agua. Colaboraba con las tareas de su
hermano, ambos bajo las precisas órdenes de Manuel Vega Belgrano quien no
dudaba en trabajar rudamente con la hacienda o en las yerras a pesar de ser
esencialmente un avezado comerciante.
Los López tenían como vecino inmediato a Benjamín
Olivera (Calle XII Nº 49), reconocido comerciante local, cuyo negocio
-conocido como “Casa de Olivera”-,
fuera adquirido en algún momento también por Manuel Vega Belgrano.
En su testamento, a través del escribano Pascual
A. Ramírez, Manuel Vega Belgrano declaró:
“A Juan López, el
mayordomo de sus estancias en Azul, le lega la casa que está situada sobre la
costa del Arroyo del Azul, donde dicho legatario vive.”.
Y más adelante sigue: “A
su protegido don Joaquín López le lega las utilidades de las mil trescientas
ovejas que le dio en habilitación según contrato y le lega también para él las
vacas y yeguas que le dio de igual modo, y todos los caballos que tiene
‘extraviados’ que pudiera encontrar.”.
La propiedad mencionada estaba
ubicada en los tres solares unificados de terrenos de “cuarenta y tres metros y tres decímetros de frente con igual fondo” que
Manuel poseía por “adjudicación que de
ellos le hizo el Juez de Primera Instancia en lo Civil, el doctor don Jorge
Echeverría, en pago de la deuda que reconocía a su favor la casa comercial de
esta ciudad, bajo la firma ‘Carneiro y Compañía’”.
Juan habitó la destacada vivienda con su numerosa
familia. Conformó su hogar con Fermina Maldonado (hija de los
argentinos Gabriel Maldonado y Fermina Gerónima Duarte), con quien
tuvo al menos doce hijos: Candelaria Mercedes (2 de febrero de
1871); Gabriel (23 de enero de 1873); Juana Laura (4 de julio de 1875); Francisco
(30 de abril de 1880); Lucía (6 de julio de 1882); Alfredo
(6 de agosto de 1885); Rosa (26 de agosto de 1886); Alberto
(27 de agosto de 1888); Josefa Ester (19 de marzo de 1891); Fermín
Bernabé (24 de julio de 1893); Carlos Horacio (28 de noviembre de
1895) y Celina Fermina (4 de abril de 1898). Varios pequeños fueron
apadrinados por Joaquín López, mientras que Lucía fue ahijada del general Francisco
Leyría.
En 1886, en la Guía Comercial que editó Juan Forns
Artigas, Juan López aparece como propietario de un campo ubicado en el
Cuartel VI sección 2.
Por otro lado, Joaquín López, cívico nacional,
actuó como presidente del Concejo Deliberante durante 1895. En dicho año, el 19
de abril, se aceptó la donación que él le había hecho a la Municipalidad de dos
manzanas ubicadas entre las calles Santa Fe (actual Int. Amado Diab), Alvear,
Sarmiento y Maipú. La escrituración de los terrenos a favor de la Comuna se
realizó en diciembre y pocos meses después se comenzaron a construir los primeros
pabellones de lo que hoy conocemos como Hospital Municipal “Dr. Ángel Pintos”.
A principios de febrero de 1896, el intendente Narciso
S. Mallea tomó licencia de su cargo, quedando López al frente del
Municipio. Tras su retorno del Brasil, Mallea decidió renunciar
definitivamente, siendo su última actuación pública como intendente su
participación en el acto del 9 de Julio. López continuó conduciendo la Comuna
hasta 1897, cuando fue reemplazado por el nuevo intendente, Carlos Clou.
Posteriormente, continuó participando de forma activa en la vida política de la
ciudad aunque no desempeñó cargos de mayor relevancia.
Su principal fuente de ingresos la constituyó su
actividad como rentista.
En 1897 integró la comisión “Pro Templo” de la actual
Catedral, siendo desde entonces un importante colaborador con la obra. Al año
siguiente, por decreto del gobierno provincial del 24 de marzo, fue nombrado
Comandante militar del Partido de Azul.
En febrero de 1912, se inició la construcción de la torre
del templo de Nuestra Señora del Rosario gracias a los $10.000 m/n que Joaquín
donó.
Con varios hijos, aunque soltero, Joaquín López falleció en Azul, en
su por entonces domicilio de calle Las Flores esquina Córdoba (actual Int.
Malére), a los 72 años de edad, el 26 de abril de 1913. Sus restos
fueron depositados en la bóveda familiar del Cementerio Municipal.
Pasado el tiempo…
Casi un siglo después, con la presencia del alcalde de
Alcalá, Bartolomé González, del embajador de la Argentina en España, Carlos
Bettini, y un importante marco de autoridades y público en general, el 13 de
julio de 2011, en una de las fachadas de la Casa Tapón, en la Plaza
de los Santos Niños de Alcalá de Henares, España, se inauguró un imponente
mural realizado por el ilustrador argentino Miguel Rep. La obra
–consecuencia del hermanamiento entre Alcalá de Henares y Azul-, fue concebida
como “la mitad” de otro gran mural realizado en nuestra ciudad.
El jueves 3 de noviembre de aquél mismo año,
durante el desarrollo del “V Festival Cervantino”, se presentó
en sociedad el trabajo del reconocido artista. El sitio elegido para pintar el
mural azuleño fue en una pared lateral restaurada de la deteriorada y
deshabitada “Casa de López”, ubicada en la Costanera Cacique Cipriano
Catriel esquina Alfredo Prat, justo por detrás de la plaza “Don Quijote de la Mancha” (obra en chatarra del fallecido artista Carlos
Regazzoni).
Casualmente, los solares y la antigua propiedad
que pertenecieran a Manuel Vega Belgrano y, posteriormente, a Juan y Joaquín
López, son una parte esencial de “Azul, Ciudad Cervantina de la Argentina”.
Asomados al
patio…
Vistas desde el exterior, entre
las plantas de la “Casa de López”, se
destacan dos especies de follaje siempre verde (casuarina y encina) y
una caducifolia (espinillo).
La casuarina (Casuarina cunninghamiana) está representada por tres
ejemplares (dos bien desarrollados). Es originaria de Australia, tiene aspecto
de Conífera y en nuestra zona es relativamente abundante, utilizándose para cortinas atajavientos.
Como curiosidad, en el muro que
da al Pasaje Lumbier, se ha observado la presencia de una plántula regenerada
naturalmente por semilla, proceso muy poco frecuente en la región.
La encina (Quercus ilex) está
presente con un ejemplar. Proviene de la cuenca del Mar Mediterráneo y
pertenece a la Familia del roble, siendo una especie rara en Azul, donde sólo
se han registrado otros tres ejemplares
bien desarrollados.
La especie es una de las más
típicas del paisaje español y si bien aún no se ha declarado formalmente, en
2007 fue propuesta como árbol Nacional de España; es la más citada por
Cervantes en “Don Quijote de La Mancha”
(37 referencias), está presente en la bandera, escudo y en un fragmento del
himno de Extremadura, y en los escudos de Aragón y del municipio de Zaragoza
(Aragón).
Sus frutos llamados bellotas son muy apreciados para alimentar a los cerdos de
raza ibérica que dan los famosos jamones ibéricos, llamados Jamón de Bellota, también son consumidas
por el hombre tanto crudas como asadas, en forma similar a la que se preparan
las castañas.
El espinillo (Acacia caven), también representada por un ejemplar, es una especie
espinosa autóctona de la Argentina, que se distribuye en las provincias de Buenos Aires, Catamarca, Chaco,
Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Mendoza y
Misiones. Pertenece a la Familia de las Leguminosas y, al igual
que la anterior, es una especie rara en Azul registrándose solamente otros dos
ejemplares bien desarrollados. También es llamado
aromo criollo o aromito por
sus flores primaverales de color amarillo-anaranjado y churqui (nombre
quichua en Catamarca, Jujuy y Tucumán).
EL DATO: