domingo, 14 de marzo de 2021

"Ningún hombre es más que otro si no hace más que otro"

            “Ningún hombre es más que otro si no hace más que otro”


Bien pueden servir las palabras que Don Quijote le dice a su escudero Sancho Panza en la obra del célebre Miguel de Cervantes Saavedra, para describir la trayectoria de un hombre cuya vida debería ser tomada como ejemplo por toda la comunidad azuleña.

 

 

Por Eduardo Agüero Mielhuerry

 

 

            Pedro Armando López nació en Azul el 11 de marzo de 1915. Sus padres fueron Pedro López Bustamante y Clotilde Valentina Cuello.

            Pedro era casi un adolescente cuando la crisis pegó fuerte en el ámbito familiar. Su padre, dueño del campo La Medialuna (200 hectáreas), ubicado cerca de Cacharí, tuvo que venderlo para poder subsistir.

            Ante esa situación, aprovechando la existencia de una máquina de coser en su casa, Pedro comenzó a dar las primeras puntadas para contribuir a la economía familiar, acercándose por primera vez a lo que sería su pasión por el resto de su vida. Siendo discípulo de Roquino Toscano, a comienzos de la década del ’30 comenzó a aprender formalmente el oficio de sastre.

Al mismo tiempo, guiado por su pasión futbolera, con la camiseta albinegra debutó en primera -como marcador central derecho- cuando don Felipe Ricci era presidente del Club Alumni Azuleño. Años más tarde, las vueltas de la vida hicieron que Pedro Armando López llegase a ser presidente de Alumni; luego estuvo al frente de la Liga de Fútbol de Azul por más de una década y, al mismo tiempo, fue también vocal del Consejo Federal de Fútbol Argentino.

         El 21 de agosto de 1943, Pedro Armando contrajo matrimonio con María Antonia Moschini, de 22 años de edad, hija de Guillermo Moschini y Raimunda Balsamello. La joven pareja tuvo cinco hijos: Virginia, Guillermo, Cristina, Analia y Adriana.

  

Política para la comunidad

 

Desde muy temprana edad, Pedro Armando comenzó a militar en la Unión Cívica Radical.

Junto a otros distinguidos ciudadanos de Azul, en 1955, tras el Golpe de Estado de la autoproclamada “Revolución Libertadora”, como “castigo” por los ideales cívicos que sustentaba, fue privado de su libertad en la Comisaría de Azul, luego en el Departamento de Policía de la ciudad de La Plata y luego en el Penal de Sierra Chica durante 18 días. Sin embargo, no dejó jamás de enarbolar las banderas de la libertad, aferrándose más aún a su convicción política.

Muchas veces con el Partido como respaldo, Pedro Armando desarrolló una ardua y fructífera tarea en beneficio de la comunidad. Asimismo, desempeñó en la U.C.R. cargos de relevancia, siendo secretario de la Comisión Directiva de la Convención Provincial y uno de los ejecutores de la idea de fundar la Casa Radical de calle Burgos 711.

 

Manos a la obra…

 

Todo lo que se pueda decir en adelante de Pedro Armando López puede sonar a una mera enumeración de funciones, sin embargo, no es más que la prueba cabal de los intereses que poseía, inmiscuyéndose en cuanto espacio le fuese posible para lograr, como se dijo, el desarrollo social de los azuleños.

Fue Intendente zonal de Vialidad de la Provincia, que abarcaba doce distritos; presidente y vocal del Centro de Educación Cívica Mariano Moreno; miembro de la Comisión de Honor del Sesquicentenario de Azul; miembro e inclusive presidente de la Comisión de la calle Yrigoyen; vocal de la Comisión de Turismo de la Ciudad; vicepresidente de la Comisión de la Provincia de Buenos Aires, presidente y vocal de la Comisión de Carnaval.

Fue vocal de la Federación de Cooperadoras Escolares de la Provincia de Buenos Aires; Representante legal del Jardín de Infantes Bichito de Luz; Tesorero del Comedor Escolar de la Cooperadora de la Escuela N° 13; vocal de la Comisión de la Escuela 45; vocal de la Cooperadora de la Escuela N° 2; Presidente de la Comisión de Deportes del Consejo Escolar de Azul; Secretario del Sindicato de Cortadores y Sastres...

Además fue vicepresidente de la Unión Obrera de Azul; interventor de la Confederación General del Trabajo, donde reorganizó y dio autoridades a 34 gremios y compró la casa gremial de Azul. También participó en la creación del Sindicato de Empleados de Casa de Familia; fue miembro zonal de la Cooperativa Eléctrica de Azul; presidente de la Primera Comisión de Básquet de Alumni Azuleño; vicepresidente de la Liga Independiente de Azul; presidente de la Liga de Fútbol de Azul durante 11 años y vocal del Consejo Federal Argentino, donde ejerció la representación de 74 Ligas de la Provincia de Buenos Aires. Presidió: la Comisión de la Sociedad Argentina de Socorros Mutuos, la Comisión Centro de la Provincia de Buenos Aires-Mutual, la Federación Mutualista de la Provincia de Buenos Aires y la Confederación Argentina de Mutualistas.

Como corolario, fue el Presidente del IV Congreso Nacional de Mutualismo Argentino y  Director del Instituto Nacional de Acción Mutual en representación  del Poder Ejecutivo Nacional.

            Y aunque jamás descuidó a su familia, su vocación de servicio lo llevó a desempeñarse en muchas otras instituciones intermedias, donde logró, gracias a su arduo trabajo, revertir la compleja situación de muchos chicos carenciados y/o con capacidades diferentes. Entre tantas obras se destacan el trabajo que, junto a otros colaboradores, realizó en CADRAL (Centro Azuleño de Recreación y Ayuda al Discapacitado), de la misma manera que lo hizo en la Junta Coordinadora Escolar y en el Jardín Bichito de Luz.

 

 Momentos álgidos…

            

         Poco antes de las elecciones de 1962, el Presidente electo Arturo Frondizi declaró que, frente a un triunfo peronista, no les entregaría el poder y ante algunos éxitos electorales eligió correr el riesgo de enfrentar al peronismo en elecciones abiertas. El 18 de marzo los candidatos justicialistas ganaron ampliamente en las principales provincias y municipios.

         En nuestra ciudad, Juan Carlos Pourtalé se presentó como candidato al frente de la Unión Popular, partido en el cual se encolumnó el Justicialismo. La elección, aunque le dio el triunfo, fue bastante reñida: Pourtalé obtuvo 7.776 votos, mientras que el radical Juan Iturralde lograba 6.450 sufragios.

         Lo ocurrido en Azul se repitió en casi todo el país y fue un claro ejemplo de que el peronismo conservaba aún su fuerza.  Ante dicha situación Frondizi decidió intervenir las provincias en las que el peronismo había ganado, cambió todo su gabinete y encargó a Aramburu una mediación con los Partidos políticos, quienes se mostraron indiferentes ante los problemas del Presidente. Esta fue la señal que los militares esperaban, y el 28 de marzo de 1962 depusieron a Frondizi, quien organizó su reemplazo por el Presidente del Senado, José María Guido, intentando así salvar la democracia.

         Apenas tres meses después, los militares, que habían asumido por completo su función tutelar, impusieron un nuevo gabinete totalmente antiperonista. Pero aún las condiciones para subsanar los conflictos no estaban dadas. Y ellos contemplaban el panorama esperando volver a “golpear”.

         Desde el Gobierno Nacional se convocó a elecciones para el 7 de  julio de 1963. En el plano nacional Arturo Umberto Illia, candidato por la Unión Cívica Radical del Pueblo, obtuvo un pobre triunfo con apenas el 21% de los votos (buena parte del peronismo votó en blanco),  y en nuestra ciudad ganó el señor Pedro Armando López, perteneciente a las filas de Illia, también con un pobre margen de sufragios.

 

Un verdadero Intendente del Pueblo

  

         El comisionado Enrique Carlos Squirru le entregó el poder al flamante Intendente electo la mañana del 12 de octubre de 1963, iniciándose un nuevo período constitucional que redundó en numerosos beneficios para todos los azuleños.

         Pedro Armando López, que ya había actuado desde el Concejo Deliberante como presidente de la bancada radical, logró hallar el respaldo de buena parte de la comunidad que veía en él a un hombre honesto, formado desde la humildad de un sastre que todo lo había conseguido trabajando. López era del pueblo. Basta con mencionar su infatigable accionar desde la presidencia de la Junta Coordinadora Escolar y su comedor centralizado que acogía a más de quinientos niños en situación de vulnerabilidad.

         En 1964 se inauguró el servicio de redes cloacales, beneficiando la calidad de vida de la comunidad a través de esta importante mejora sanitaria.

         Con el apoyo del Poder Ejecutivo Municipal, comenzaron sus actividades la Industria Papelera Azuleña (IPA), el Frigorífico Azul para Frutos del País y Sudamtex S.A., que se dedicaba a la producción de hilados plásticos. A su vez, también comenzaron a trabajar el Frigorífico Regional Azul y la Curtiduría Azul.

            Con financiamiento provincial y municipal, se proyectó y construyó el puente emplazado en la Avenida Mitre y Costanera Cacique Catriel, el cual sería fundamental para el desarrollo del Barrio Banco Provincia (actual “Gral. Martín Miguel de Güemes”).

         A fines del mes de diciembre de 1964 concluyó la existencia del tradicional Segundo Grupo de Artillería Montada acantonado en Azul desde 1936, presidiendo la ceremonia de disolución de la Unidad su último jefe, comenzando a la vez el historial del nuevo Grupo de Artillería Blindado Uno, dotado del más moderno armamento de la época.

         Por otra parte, la agencia ROAS, que había entrado en una etapa comercialmente compleja, realizó un ofrecimiento a través del cual se le otorgarían al Municipio por un precio mínimo los talleres y oficinas, ubicados en la avenida Bartolomé Mitre entre Moreno y Uriburu (hoy De Paula), para construir allí la Estación Terminal de Ómnibus.

         Quizás por consejos de su Partido (ya que el ofrecimiento se hacía por parte de gente identificada al Partido Conservador), o por decisión del mismo López, se rechazó la oferta. Idéntico ofrecimiento se le efectuó años después al intendente designado Francisco Toscano, quien tampoco aceptó la oferta por razones técnicas.

         Hacía años que la Avenida Piazza, el principal acceso a nuestra ciudad desde la Ruta Nacional N° 3, había entrado en un proceso de desgaste tal que prácticamente era imposible transitarla, dando un aspecto deplorable a los visitantes y un dolor de cabeza a los vecinos azuleños. Sin embargo, gracias a la insistente gestión de López, la avenida fue inaugurada en 1965 totalmente repavimentada, incluyendo su ensanche, iluminación y entubamiento hidráulico. Y más destacable aún resulta el hecho de que los vecinos no debieron abonar ni un centavo. Poco después, la Avenida Carlos Pellegrini fue también pavimentada repitiéndose la misma metodología de “costo cero” para la comunidad.    

         Desde el gobierno comunal se llevó adelante una intensa labor de recuperación y mejora de los paseos fundamentales de nuestra ciudad, realizándose diversos trabajos en varias plazas y fundamentalmente en el Parque Municipal “Domingo F. Sarmiento” y el Balneario Municipal “Almirante Guillermo Brown”.

         Asimismo, al momento de la concreción de obras también tuvo en cuenta -como hacía mucho tiempo no sucedía en el Partido de Azul-, a las diversas localidades, realizándose innumerables mejoras en espacios educativos, hospitalarios y recreativos en Cacharí, Chillar, 16 de Julio, Ariel y Parish.

         López no solo concretó muchas obras sino que dejó proyectadas otras tantas, siendo tal vez las más destacadas las que planteaban la construcción del Centro Cívico sobre la plazoleta “Adolfo Alsina” (obra incluida y con partida asignada en el presupuesto provincial de 1966) y la pavimentación de la prolongación de la Avenida 25 de Mayo desde la Avenida Mujica hasta su cruce con la Ruta Nacional N° 3 (obra que de haberse concretado hubiera significado un importante desarrollo urbanístico para nuestra ciudad).          

         Pese al escaso respaldo que López había alcanzado en las urnas, su brillante gestión logró conquistar a la comunidad azuleña, dándole una legitimidad más que amplia, inclusive siendo respaldado y respetado por aquellos que participaban de la oposición. Sin embargo, pese a su labor, lo que sucedía a nivel nacional terminó repercutiendo en nuestros pagos.

            A las 7 de la mañana del 28 de junio de 1966, fue a su despacho en la Municipalidad como cada día. Un llamado telefónico durante la madrugada le había advertido con qué escenario se encontraría. En su escritorio se hallaba el teniente coronel Augusto Benjamín Rattenbach que era su amigo y, antes de relevarlo del cargo, le dijo: “Quédese tranquilo Don López. Esto sabe que debo hacerlo porque cumplo órdenes, pero usted tenga la seguridad que lo estimo porque sé cómo ha trabajado y también conozco el cariño que le ha tenido al pueblo”.

            Aquél día, las Fuerzas Armadas habían depuesto al Presidente electo Arturo U. Illia y le habían entregado la presidencia al general Juan Carlos Onganía.

         Don Pedro Armando López abandonó el Palacio Municipal tras intercambiar unas palabras con Rattenbach quien, minutos más tarde, puso en funciones al comisionado coronel (RE) Pedro Cremona.

         Los amigos de López y los partidarios de la Unión Cívica Radical del Pueblo que concurrieron al acto, entonaron las estrofas del Himno Nacional a los pies del monumento al General José de San Martín en la Plaza. Luego se dispersaron con la profunda amargura de saber que otra vez el futuro de los argentinos se ennegrecía.

            El 30 de junio quedó disuelto el Concejo Deliberante. Luego, el 3 de julio, se prohibieron las actividades políticas en todo el país, ordenándose, desde el Gobierno Nacional, la venta de los bienes de los partidos políticos y la intervención de las Universidades en todo el país. Así se hizo también en Azul.


 Puntadas finales

 

            Su trayectoria fue multifacética y con actividades superpuestas, que el demandaban mucho tiempo. Sin embargo, a pesar de tanto, nunca se permitió abandonar su vocación como sastre y continuó vistiendo a miles de hombres desde la tradicional “Casa Toscano” (que pasó a ser de su propiedad y de Juan Carlos Pérez). Mantuvo esa pasión mientras la salud se lo permitió…

            En 1998, por resolución del Concejo Deliberante, fue declarado Ciudadano Ilustre del Partido de Azul. Tres años más tarde, en 2001, el Colegio de Graduados en Ciencias Económicas de Azul, lo distinguió con el premio Estribo de Plata “Dra. Celia Tau de Zandoná”.

Tras una larga dolencia, el 10 de julio de 2005, Pedro Armando López falleció en Azul a los 90 años de edad. Así se apagó, tras una extensa carrera, la llama de un hombre que todo entregó por su gente.

            Aquellos dos reconocimientos apenas logran sintetizar una parte de su dilatada trayectoria como sastre, deportista, político y dirigente que, por sobre todas las cosas, amó a su pueblo.