domingo, 28 de marzo de 2021

Música, fotos y moral...

                    Música, fotos y moral…


La otrora Plaza Colón, hoy San Martín, supo ser escenario de múltiples sucesos de la historia azuleña. La música amenizaba las tardes y algún fotógrafo capturó mágicos momentos. Pero también en ella, como cuenta alguna crónica de la época, se actuaba de forma poco habitual…


Por Eduardo Agüero Mielhuerry

 

 

El sábado 8 de febrero de 1902,  desde la redacción de “El Imparcial” se planteaba una simpática observación y se hacía un requerimiento que tiempo después se tomaría como una costumbre:

En la Plaza-. Anteanoche no fue tan numerosa como era de esperar la concurrencia que asistió al Paseo Colón.

A propósito de la plaza debemos hacer una observación a la banda de música, y es que no debe tocar casi siempre las mismas piezas.

También sería bueno que el director de la banda hiciera conocer del público cada domingo y jueves las piezas que se tocarán en la noche.”

Poco más tarde, en los periódicos de la época se tornaría habitual que se dieran a conocer los programas completos que se ejecutarían por las noches en las retretas, aunque los temas se siguieron repitiendo…

 

El primer fotógrafo

 

El siempre inquieto periódico “El Imparcial”, en una nota del 20 de octubre de 1903, pintó en pocas palabras una tarde de domingo... Pero una en la que particularmente Domingo Di Ferrante había salido con su cámara a “preservar en el tiempo” simplemente momentos...

            Di Ferrante se había afincado en el Azul en marzo de 1883. Considerado “el primer fotógrafo”, por muchas décadas se dedicó a retratar la vida social azuleña y sus lugares:

“Con toda la animación que era de esperarse y favorecido por una hermosísima tarde primaveral tuvo lugar el domingo el acostumbrado paseo de la plaza Colón.

Un considerable número de damas de nuestra alta sociedad hizo acto de presencia en ella, contribuyendo eficazmente a darle mayor animación y brillo, la banda de música municipal que dirige el profesor señor Bertolini.

El conocido fotógrafo Sr. Di Ferrante tomó algunas vistas desde los altos del Teatro Español. Igualmente fueron tomadas algunas instantáneas de interesantes grupos de niñas y caballeros por los ‘dilectanti’ de la revista ilustrada “La Lectura”, haciéndonos presumir que el número próximo de la misma saldrá muy interesante.

Vimos en dicho paseo a las familias de Olmos, Arana, Garay, Bellocchio, Somigliana, Uzos, Bertolini, De Marzo, Blasco, Montes, Giménez, Dindart, Martínez, Reger, Lufrano, Castellár, Gallardo, Lavat, Arrastia (F.), Basterra, Loustau, Funicelli, Crespi, Donadio, Gómez, de la Torre, Clou, Fredes, Bayle, Dhers, Arrastia (M.), Parmigiani, Milleiro, Daugá, López Segovia, Pouyssegur, Trotta, Mainini, Paillé, Piazza (L.) (…).

 

Valorando un gran tesoro

 

El 29 de enero de 1909, el periódico “El Imparcial” de los hermanos Darhanpé realizaba un simpático comentario sobre la plaza:

 

            La Plaza Colón-. El Azul puede enorgullecerse y con razón de poseer una de las más hermosas plazas de las ciudades de la provincia.

El director de paseos públicos de la Capital Federal señor Thays fue quien hizo el plano de nuestra plaza, allá por el año 1902, y quien trajo al excelente y hábil jardinero que hasta la fecha es el encargado de la conservación y arreglo de la plaza, don Pedro Amada, el cual llena su cometido a satisfacción de todos.

Ayer uno de nuestros redactores, en plenas funciones reporteriles, pasó por la plaza y ya sea por el hermoso día, por el aspecto “de nuevo” que presentaban las plantas lavadas por las recientes lluvias, ó por su romanticismo, decidió subir al salón de baile de la municipalidad y de allí absorberse contemplando el hermoso conjunto de la inmensa variedad de plantas y de los senderos limpios, blancos…

La plaza tal cual está hoy es como la ideó el señor Thays, un verdadero jardín, pero un jardín artístico. (…)”.

 

Una rara costumbre azuleña

 

El 17 de febrero de 1914, “El Orden” publicaba una nota singular en la cual se daba cuenta de la extraña costumbre de los jóvenes azuleños al caminar por la Plaza Colón, haciéndolo los varones en una dirección y las jovencitas en otra opuesta. Un lector, bajo el pseudónimo de “Un Forastero” le plantea a la dirección del periódico la confección de una encuesta entre los lectores para conocer las razones de aquella acción:

 

-Para las niñas-

Hemos recibido ayer la siguiente carta, la que transcribimos en obsequio a las niñas azuleñas, dado que a ellas interesa directamente y son las llamadas a responder del porqué de ese hábito.

Azul, Marzo 22 de 1914.

Señor Director de El Orden:

¿Por qué en las reuniones que se realizan en la Plaza Colón los jueves y los domingos las señoritas dan vuelta en una dirección y los hombre en otra, como impulsados por fuerzas contrarias?

En una ciudad progresista y de cultura social evidente, es esa una nota discordante.

Abra una encuesta entre sus gentiles lectoras con el objeto de conocer la opinión de cada una respecto del asunto que provoca mi crítica y espere los resultados.

Con seguridad que casi todas las lindas azuleñas, si responden a la consulta sinceramente, le dirán que sería mucho más agradable reunirse en la plaza con los representantes del sexo feo cada noche de moda para conversar con ellos, en vez de tenerlos como ahora condenados a contemplarlas y admirarlas a la distancia.

Las contestaciones favorables o adversas, con sus fundamentos, resultarían de interés y podría publicarse en la sección “Día Social” de “El Orden”.

Anuncie la admisión de respuestas firmadas con pseudónimos y bien pronto quedará convencido del éxito de dicha encuesta.

Saluda al señor director muy atentamente. UN FORASTERO.

 

N. de la R. – En un todo de acuerdo con la carta transcripta queda abierta una encuesta hasta el primero de Abril próximo, de la que podrán participar todas las señoras y niñas azuleñas, enviándonos su opinión antes de la fecha indicada.

Las respuestas pueden venir firmadas, o con pseudónimo, prometiendo reserva a quienes así lo solicite.

 

Las respuestas no se hicieron esperar. Entre todas sobresale una, que vale la pena rescatar y que fuera publicada el 29 de marzo:

 

-Encuesta-

Azul, Marzo 26 de 1914.

Señor Director de El Orden:

También yo voy a molestar la atención de sus amables lectores, emitiendo mi opinión con motivo de la encuesta abierta en su diario. (…). Yo no soy señorita, soy madre con hijas casaderas (con dote) ¡ojo!, pero eso no me inhabilita para manifestar mi opinión, opinión que no ha de diferir en mucho de las que hasta la fecha he visto en “El Orden”.

Todas estamos convencidas que la culpa del aislamiento entre ambos sexos es del hombre y no de la mujer.

El “forastero” que firma la encuesta ha notado, como todos los que vienen de afuera, el feo papel que hace nuestra juventud.

En el Azul, debido a la falta de mayor sociabilidad, se quedan muchas niñas, lindas, educadas y con dote, sin unir su existencia a la de un hombre que las haga dichosas, pues no es justo que ellas salgan en busca de él.

¿Cuántas bellas azuleñas han pasado de la edad de la ilusión, y que, contando en su abono las más preciosas cualidades, no han conseguido formar el amoroso nido a que las leyes humanas nos empujan!...

Todas las familias azuleñas comentamos favorablemente la iniciativa de su diario “El Orden”, y mucho esperamos que ha de influir para modificar el feo hábito de de unión que hoy impera entre ambos sexos.

El peor castigo que se les inflinge a los azuleños, es que viene un forastero y escoge para esposa la mejor flor del jardín azuleño y los azuleños, para no dar lugar a habladurías, los jóvenes no conocían a sus futuras compañeras en la vida, y viceversa, únicamente lo que el interesado quería dejar traslucir; las uniones que eran la resultante de ese estado de cosas daban lugar en el menage ya formado a muchas sorpresas.

Sin ir más lejos, en este tema escabroso, yo creo que la moralidad y la civilización bien entendidas ganarían mucho en dejar a la juventud más libertad tomando ejemplo de la simple naturaleza que la mezcla todo sin dar lugar a inmoralidad.

Nuestra plaza se presta admirablemente a un ensayo decoroso.

Que cosa más natural y práctica ver en ella las parejas mezclarse según sus gustos, atracciones y simpatías, estudiando mutuamente los caracteres para poder, antes de unirse en indisolubles lazos, conocerse mutuamente completándose entre ambos y poder afrontar juntos la lucha por la vida.

Lo reputo, a mi juicio, el primer paso, es un progreso. Hagamos lo posible para ampliarlo echando al suelo los prejuicios imbéciles que se oponen a que la humanidad sea algo más dichosa. FEMINISTA.




La Plaza Colón, hoy San Martín, fue remodelada por el paisajista Carlos Thays y tuvo en su centro un grupo escultórico mal llamado “Nereidas” siendo en verdad “Náyades”.