Dándole pelea a la vida
Por Eduardo
Agüero Mielhuerry
Gregorio
Manuel Peralta nació el 8 de
mayo de 1935 en la localidad de Villa Concepción (distrito
actualmente absorbido por el departamento Capital), provincia de San
Juan. Sus padres fueron Pastor Peralta y Manuela
Miranda.
Tuvo,
al menos, once hermanos: Valerio “Mino” Balbino, Víctor Segundo, Carlos
Narciso, Jesús Domingo, Alberto Pastor, Néstor Nicolás, Abel Francisco, Ramón
Avenamar, Teodora Ercilia, Elvira Nelly y Dolores Elsa.
Luego
del terremoto que azotó a San Juan el 15 de enero de 1944, los Peralta -que
vivían en un callejón llamado Alaniz-, quedaron prácticamente en
la miseria y de alguna u otra manera todos los hermanos debieron salir a
trabajar, desde coser hasta vender diarios o lustrar zapatos. Sin embargo,
ninguno de los varones dejó de practicar el único deporte que les permitía su
padre policía: boxeo.
A
los 16 años, Gregorio ingresó en la Escuela de suboficiales de la Marina de Guerra,
teniendo como destino la isla Martín García. Tiempo después fue trasladado al Arsenal
Naval Azopardo, unidad asentada en Azul.
Residiendo
en nuestra ciudad reinició sus prácticas boxísticas en el cuadrilátero
levantado en el Club Defensores de Barracas, ubicado en la esquina de las
calles San Martín y Castellár, comenzando su presentación en la zona donde
empezó a ser conocido como “el marinerito de Azul”, combatiendo
en la región con resultados generalmente satisfactorios.
Debut en Azul
“Goyo” debutó a los 19 años de edad
como pugilista en nuestra ciudad, dirigido por Ricardo Maríngola, quien
había sido, algunos años antes, uno de los mejores boxeadores lugareños.
En
Defensores de Barracas fue presentado por el vecino y sastre Francisco
Sansineto, quien a Peralta lo conoció en el Hotel Igarza (sobre calle
San Martín frente a la estación de trenes), donde habitualmente paraba gente
del Arsenal
En
las primeras tres presentaciones, que tuvieron lugar en Olavarría y Azul, el 4
de diciembre de 1953 y el 16 y el 29 de enero de 1954, actuó como semifondista,
venciendo por puntos a Néstor Di Palma y Ernesto Leide, empatando a su vez
también con éste último. A partir del cuarto combate se desempeñó como
fondista, batiendo a José Molina por nocaut en la segunda vuelta.
Como
aficionado sostuvo 48 peleas de las cuales ganó 44, empató 2 y perdió 2 por
puntos. Los únicos que le ganaron (en la Capital Federal), fueron J. Arraigada
y E. Díaz, el 30 de octubre de 1954 y el 18 de septiembre de 1956.
La
derrota frente a Arraigada –a quien le había ganado en Azul por puntos el 13 de
noviembre de 1954-, fue en la final del Campeonato de Novicios Guantes de Oro.
El
30 de octubre de 1956 se clasificó campeón invicto latinoamericano; el 12 de
abril de 1957 campeón argentino y el 29 de mayo del mismo año otra vez campeón
latinoamericano.
De
las 44 peleas ganadas, 34 fueron por puntos, 7 por nocaut, 2 por abandono y 1
por walk-over, es decir la no presentación del rival. De los 48 encuentros, 22
los libró en Azul, 9 en Capital Federal, 4 en Montevideo, 3 en Chile, 3 en
Olavarría, 3 en Necochea, 2 en Mar del Plata, 1 en Tapalqué y 1 en General
Alvear.
Pasiones y
boxeo…
“Goyo”
fue el mayor de una familia de boxeadores que también incluyó a sus hermanos
Avenamar (fue campeón argentino medio pesado), Néstor y Alberto, con quienes
alguna vez compartió cartel en una reunión especial de cuatro peleas organizada
en el Luna Park como “La noche de los Peralta”.
Joven,
exitoso y “pintón”, se decía que tuvo mil romances, hasta con la famosa vedette
de la época Ámbar La Fox (cuyo nombre real era Amanda Lasausse y fuera
más tarde la madre de Reina Reech). Sin embargo, su esposa y gran amor fue la
azuleña Nilda
Noemí “Mimí” Canevello (hija de Andrés Canevello y Filomena
Pereira), con quien contrajo matrimonio el 19 de septiembre de 1957 en la Parroquia
San Antonio de Padua. Con ella tuvo cuatro hijos: Andrés Gregorio (nacido
en Uruguay), Andrea, Juan Domingo (ahijado del General
Perón) y Manuel Martín (nacido en España).
Sus
presentaciones en los combates de fondo en el Club Barracas concentraban gran
cantidad de público, que lo seguía no sólo por sus éxitos deportivos, sino
también por su personalidad, siempre dispuesta a cosechar amigos.
El 5 de
abril de 1958 hizo su debut en el boxeo profesional, noqueando a su
rival René Pereyra en el mítico Luna
Park de la Capital Federal.
El 31 de marzo
de 1959, Peralta sufrió su primera derrota como profesional, una derrota de
diez asaltos por decisión al entonces reinante campeón de peso semipesado de
América del Sur, Luis Ignacio en Sao Paulo, Brasil, en un combate no titular.
Peralta tuvo una derrota y dos empates en sus siguientes tres peleas, pero
luego volvió a ganar, cuando él se vengó de su derrota contra Ignacio por
noquearlo en tres rondas, el 23 de agosto en Brasil.
En
1960 alternó sus presentaciones en el Luna Park, con las que se realizaban en
el gimnasio de Alumni Azuleño.
Entre
1961 y 1962 realizó peleas en Azul, Buenos Aires, Tapalqué, Mar del Plata,
conquistando en esta ciudad balnearia el título de campeón argentino de peso
máximo y el 17 de julio de 1963 fue proclamado Campeón sudamericano de peso
pesado.
Varias
de las peleas en las que actuó “Goyo” fueron realizadas en nuestra ciudad
gracias a su iniciativa -y a la de su representante-, dando muestras de la
importancia que le daba a Azul.
A pelear por
el mundo
En
épocas en que sólo existían las ocho categorías clásicas, Peralta, cuyo peso
natural de pelea rondaba los ochenta y cinco kilos, resultaba demasiado pesado
para la categoría de los semicompletos (límite 79,400) y demasiado liviano para
la de los completos. Con esa contra debió cargar en el transcurso de toda su
carrera para imponer su estilo de alta técnica que desarrolló guiado por el
maestro Alfredo Porzio.
El
título argentino de los pesados se lo arrebató en 1961 al necochenseJosé
“Kid Tutara” Giorgetti, a quien le concedió trece kilos de ventaja.
A
partir de 1963, desarrolló una importante campaña internacional -siempre a las
órdenes de Porzio-, que incluyó una victoria sobre el campeón mundial medio
pesado, el estadounidense Willie Pastrano, en Miami, el 20 de
septiembre de ese año.
La próxima pelea
de Peralta, el 15 de noviembre, fue también su primera pelea en el Madison
Square Garden de Nueva York. Venció a Wayne
Thornton, a quien volvería a derrotar
prontamente.
Así
fue que le llegó otra oportunidad frente a Pastrano, en abril de 1964, en Nueva
Orleans, pero una herida en una ceja le significó la derrota, en el sexto
round.
En
el Luna Park, uno de los combates que más se recuerda fue frente al medio
pesado peruano Mauro Mina, a quien venció en una auténtica exhibición, con una
sola mano útil, por haberse lesionado tempranamente la otra.
“Goyo” versus
“Ringo”
Junto
a Oscar
“Ringo” Bonavena, “Goyo” Peralta protagonizó en el Luna Park, el 4 de
septiembre de 1965, una de las peleas más célebres del boxeo nacional, un verdadero
hito en la historia pugilística argentina.
Se
acabaron las localidades varios días antes. Fue un récord de asistencia con 25.236
espectadores que dejaron en boleterías más de 13 millones de pesos
moneda nacional (unos 55.000 dólares).
La
expectativa del encuentro era extraordinaria, se esperaba un triunfo del
sanjuanino que defendía su título y era el ídolo de la afición, el desafiante
de 22 años -Bonavena- como era su costumbre, había recorrido los canales de
televisión haciendo gala de su guapeza y asegurando que a “Goyo” “lo iba a matar”. En el famoso programa
conducido por José “Pipo” Mancera, “Sábados Circulares”, se presentó
varias veces repitiendo las mismas amenazas. Esto hizo que el popular conductor
mandara varias cámaras a las inmediaciones del Luna Park para palpar el evento
desde afuera, porque no fue televisado.
El
réferi fue Víctor Avendaño. El primero al entrar al cuadrilátero fue Ringo,
que se llevó la mayor silbatina que haya recibido un argentino en ese lugar. A
causa de su particular forma de ser que contrastaba con la del campeón, que se
caracterizaba principalmente por su bajo perfil. Contra todos los pronósticos y
para la desazón de la concurrencia, Bonavena ganó la pelea por puntos, luego de
haberlo volteado en el 5º round.
Para
Goyo fue un golpe terrible. Pero tuvo su revancha cuatro años más tarde, en
el “Cilindro”
de Montevideo, cuando alcanzó un empate, aunque para muchos de los
observadores el verdadero ganador había sido Peralta.
Poco
después, “Goyo” se vería distanciado del Luna Park, por diferencias entre la
empresa y su manager, Héctor Nesci.
Por el
General…
De
nuevo en los Estados Unidos, llegó a pelear dos veces con el joven George
Foreman - más tarde sería campeón mundial y quien dirá que “Goyo” fue
uno de sus rivales más duros-, un típico noqueador que sin embargo y pese a los
trece años de diferencia, no logró infligirle la cuenta de diez segundos: lo
superó primero por puntos y luego, por técnico en el décimo y último round. El
16 de febrero de 1970 fue el primer encuentro en el Madison Square Garden, en
una pelea que fue televisada a nivel nacional en los Estados Unidos.
“Goyo”
era un hombre correcto en sus modales, con un hablar pausado y pensante,
marcado por su humildad y caracterizado por su trato siempre afable.
Cuando
ya se lo consideraba al borde del retiro prolongó su carrera en España,
donde estuvo radicado desde comienzos de los años ’70 y donde venció al
publicitado noqueador vasco José Manuel “Urtain” Ibar.
“Goyo”
siempre fue un reconocido seguidor del ex presidente argentino, Juan
Domingo Perón, a quien visitaba asiduamente e incluso era padrino de su
tercer hijo. Tanto admiraba al General que solía usar en sus peleas una bata
celeste y blanca con una inscripción en la espalda: “Argentino y peronista”.
Antes del combate, concurrió a visitar a su amigo y líder que se encontraba
exiliado en Madrid y este le recomendó que no se arriesgara. Pero él peleó
igual para demostrarse a sí mismo que todavía seguía vigente. Y ganó, por él y
por el General.
Con la excepción
de una victoria sobre Gerhard Zacarías -el 3 de diciembre
de 1971-, en Alemania, Peralta luchó nueve de sus próximos diez combates en
España. Estos incluyen una victoria sobre LeroyCaldwell por un nocaut en la
cuarta ronda el 2 de febrero de 1972.
A
los 38
años de edad decidió retirarse del boxeo y a la melancolía que le
provocaba recordar viejos tiempos debió sumarle la desintegración de su familia,
de la cual se alejó progresivamente.
La última
pelea…
A
mediado de los ’80 volvió solo a nuestro país y se radicó en Rosario,
Santa Fe. Ya no volvería a ver a sus hijos -que se quedaron instalados
en Alicante-,
sin embargo, alguna vez tuvo algún contacto telefónico esporádico por el que
supo que se había convertido en “abuelo”…
Por
intermedio de un conocido empresario consiguió trabajo en la Dirección
Provincial de Viviendas de la ciudad y se instaló en una casita en un
barrio humilde de la periferia.
Vivió los
últimos años de su vida junto a María Sara Echeverría, hija del
recordado médico de Tapalqué, Dr. Lorenzo “Lolo” Echeverría, a quien conocía
desde muchos años antes y se había convertido en su compañera.
Era
frecuente verlos pasear por la peatonal, luciendo él en su pecho un escudo del
Partido Peronista, o yendo a misa en la Catedral rosarina.
Gregorio
Manuel “Goyo” Peralta murió en la
ciudad santafesina, a los 66 años, como consecuencia de una miocardiopatía, el
miércoles 3 de octubre de 2001, en el Hospital Italiano.
Sus
restos fueron inhumados en el cementerio rosarino “El Salvador”, y aunque
pronto surgió la intención de trasladarlos a Azul, la idea no prosperó.
Gregorio Manuel Peralta, "Goyo"
INFO EXTRA:
El concejal
que no fue
Poco antes de las elecciones de 1962,
el presidente electo Arturo Frondizi declaró que, frente a un triunfo
peronista, no les entregaría el poder y ante algunos éxitos electorales eligió
correr el riesgo de enfrentar al peronismo en elecciones abiertas. El 18 de
marzo los candidatos justicialistas ganaron ampliamente en las principales
provincias y municipios.
En nuestra ciudad, Juan Carlos
Pourtalé se presentó como candidato al frente de la Unión Popular, partido en
el cual se encolumnó el Justicialismo, cuyos candidatos a nivel provincial fueron
Andrés Framini y Marcos Anglada. La elección, aunque le dio el triunfo, fue
bastante reñida: Pourtalé obtuvo 7.776 votos, mientras que el radical Juan
Iturralde lograba 6.450 sufragios.
En la lista de Pourtalé se destacaba
el nombre de Gregorio Manuel Peralta para integrar el Concejo Deliberante.
Lo ocurrido en
Azul se repitió en casi todo el país y fue un claro ejemplo de que el peronismo
conservaba aún su fuerza. Ante dicha situación Frondizi decidió intervenir las
provincias en las que el peronismo había ganado, cambió todo su gabinete y
encargó a Aramburu una mediación con los Partidos políticos, quienes se
mostraron indiferentes ante los problemas del Presidente. Esta fue la señal que
los militares esperaban, y el 28 de marzo de 1962 depusieron a Frondizi.
Golpe a golpe…
En
su larga carrera en la categoría peso pesado disputó 112 peleas oficiales. Ganó
61 por K.O y 33 por puntos. Obtuvo 9 empates y apenas 9 derrotas.