El gran sueño de Monseñor Cáneva
Por Eduardo Agüero Mielhuerry
Desde la
creación de la Diócesis
en 1933 y tras
su consagración episcopal, uno de los sueños más grandes de César Antonio
Cáneva era construir un Seminario. Precisamente, recibió el
encargo nada menos que de Su Santidad, el papa Pío XII, cuando en 1939 hizo su
visita Ad limina apostolorum –la visita que realizan cada cinco años
los obispos y que significa “llegar a la sede de los Apóstoles”-.
El Papa le encomendó la creación de un seminario menor como parte de un
programa pastoral, para la instrucción y formación de futuros sacerdotes. Sin
embargo, la tarea no sería sencilla…
El Obispo
designó una comisión “Pro Seminario
Diocesano”, que estuvo encabezada por Irene Domecq de Lourtet, con el
objetivo de recolectar los recursos económicos necesarios para concretar los
planes.
Casi
inmediatamente, se consiguió comprar una chacra de 21 hectáreas , llamada “Santa
Elena”, ubicada al cruzar el puente San Benito, en la vera Oeste del
Arroyo Azul. Poco más tarde, gracias a la generosidad de la comunidad azuleña y
de los demás pueblos de la
Diócesis de Azul, se habían logrado reunir los fondos
necesarios para dar comienzo a los anhelados trabajos de construcción.
Carta Pastoral sobre el Seminario
En el mes de septiembre,
monseñor Cáneva escribió una carta para informarle a la comunidad sobre
distintos avances y necesidades para concretar la obra del futuro Seminario:
“Venerables Sacerdotes y muy amados fieles de la Diócesis :
En el próximo día 12 de Octubre,
fecha gloriosa para la América ,
aprovechando la visita del Excmo. Sr. Gobernador Dr. Manuel A. Fresco, a esta
Ciudad Episcopal, tendremos la satisfacción, largo tiempo esperada, de bendecir
y colocar la primera piedra del nuevo y primer Seminario Diocesano de Azul, que
bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario y Santa Teresita del Niño
Jesús, será erigido en el hermoso y amplio terreno adquirido al efecto en esta
ciudad.
Será una redundancia volver a
insistir a nuestro amado clero y feligreses de la Diócesis , sobre la grave
necesidad de tener su Seminario propio, en el que se han de formar los nuevos
sacerdotes que la Diócesis
reclama urgentemente, según las necesidades del presente y del porvenir. Pero,
la feliz oportunidad de bendecir y colocar la primera piedra, nos obliga a
renovar el llamado a la cooperación de todos los fieles y sacerdotes de nuestra
Diócesis en la seguridad que sabrán responder con su reconocida generosidad.
Preocupación constante ha sido para
nosotros desde el principio de nuestro ministerio pastoral tener, muy cerca de
nosotros, el deseado seminario, por ahora en sus primero cinco años, para que
el Obispo obligado por los cánones, pueda conocer íntimamente y seleccionar los
candidatos a la carrera sacerdotal; lo cual, ahora, nos es doblemente
obligatorio, después de nuestra primera visita Ad Limina Apostolorum, ya que
del Vaticano y en especial del Santo Padre, S.S. Pío XII, felizmente reinante,
traemos la orden de convertir en realidad lo que tanto anhelábamos.
Gozábamos lo indecible, al oír de
labios del Santo Padre, y de los dirigentes de la Congregación de
Seminarios y Universidades, que el seminario no es solamente la fuente perenne
que nos ha de dar los futuros sacerdotes, que nos han de sustituir en el
ministerio, sino que es al mismo tiempo, un centro importante de cultura
eclesiástica, para la
Diócesis , capaz de elevar y enaltecer el prestigio espiritual
y científico de los Sacerdotes, que hoy tanto necesitan para conseguir el éxito
de su noble misión.
Nosotros, amados sacerdotes, a
quienes nos dirigimos de un modo especial, participaréis de nuestro consuelo al
recibir la noticia de la colocación de la primera piedra y su bendición, lo
cual os dispondrá a prestar vuestra valiosa cooperación, difundiendo entre los
fieles el conocimiento de la urgente obra, y se realice así nuestro ideal, con
el concurso que cada uno puede dar.
No nos alcanza lo que hemos
recolectado hasta el presente a pesar de haber sido la mayor de nuestras
preocupaciones en nuestros afanes ministeriales. Seguiremos golpeando a las
puertas de los corazones del Venerable Clero y de los amados feligreses,
confiados de la reconocida generosidad de todos.
Nos alienta sobremanera las
invocaciones que hemos podido hacer en los devotos Santuarios visitados con
todo el ardor de nuestras almas: a Ntra. Sra. De Lourdes, de Pompeya, a San
Francisco de Asís, y tantos otros, pero especialmente allá en esa misión
privilegiada a Lisieux, interesando a Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz , y a sus dos
hermanas carnales, una de las cuales es la Superiora , para que Aquella intercediera ante
Dios, y estas con sus oraciones y sacrificios nos pudieran obtener lo que tanto
deseábamos: el Seminario. Consoladora fue esta nuestra visita y contestación
que hemos oído de labios de las hermanas de Santa Teresita: ‘Vuelva tranquilo y
seguro a la Diócesis
porque Santa Teresita y nosotras os aseguramos su intervención.’.
Aprovechando nuestro viaje a Roma hemos visitado varios seminarios para ver
su construcción y sobre todo su funcionamiento espiritual e intelectual. El que
más ha llamado nuestra atención ha sido el Seminario Mayor de Milán no solo por
la suntuosidad de la obra sino además por un funcionamiento admirable en la
formación de los candidatos del santuario de acuerdo a las necesidades de la
época actual. Su erección ha costado varios millones de liras y el Clero de
aquella Diócesis no fue el último en generosidad. No ignoráis lo que se ha
hecho en una de las Diócesis de nuestra Patria. Clero y fieles han cooperado
con tanta generosidad y con la mayor satisfacción y alegría que el Sr. Obispo
ha podido tener de inmediato su gran Seminario, orgullo de la Iglesia en la Argentina. Estos
ejemplos deben mover los corazones de nuestro amado Clero y fieles para que
respondan con la generosidad que les reconocemos.
Hemos sabido con verdadero placer que nuestro Vicario General, Encargado de
la Diócesis
durante nuestra ausencia ha pedido a todos los Sacerdotes. Comunidades
Religiosas, Instituciones Católicos y fieles de la Diócesis , que ofrecieran
sus oraciones y sacrificios por el éxito del Seminario y que todos han
respondido con admirable fervor. Este es realmente el principal fundamento de
toda obra de Dios; consuelo grande que debemos agradecer con todo el afecto del
alma. Esperamos amados Sacerdotes y fieles de la Diócesis que después de
las oraciones, sabréis mover las voluntades de todos para que, en la medida de
sus posibilidades acudan presurosos a solucionarnos el problema de nuestro
Seminario.
A fin de facilitar esto, se
organizarán en todas las Parroquias y Capillas Públicas, jornadas
Pro-Seminario, en las que Sacerdotes especialmente designados, explicarán a los
fieles la importancia y necesidad de esta obra.
Para mejor organización de los
trabajos de propaganda y cooperación de la obra, constituimos una Comisión
Honoraria, formada por todos los Sres. Curas Párrocos y Capellanes Vicarios,
bajo la presidencia de nuestro Vicario General Mons. Dr. Santiago A. Rava.
En nuestra ciudad Episcopal,
nombramos una Junta Ejecutiva con la cooperación generosa de los siguientes
Señores y Señoritas y bajo la dirección de nuestro Vicario General. Presidenta:
Sra. Irene Domecq de Lourtet. Vice: Sra. María Luisa Lafontaine de Saloy.
Secretaria: Srta. Elena A. de Elizagaray. Pro: Srta. María Luisa Mujica.
Tesorera: Sra. María de las Nieves Giménez de Ronco. Pro: Sra. Josefina Maschio de Piazza. Vocales: Sra.
Avelina Amaré de Ducasse y Sra. Elena Rezzonico de Álvarez.
Esta Pastoral será leída en todas
las Iglesias Públicas y Semipúblicas, el domingo inmediato después de su
recepción en todas Misas.
Os bendecimos con el corazón en la
mano, en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
César
A. Cáneva, Obispo de Azul.
Azul,
20 de septiembre de 1939” .
La “Semana de Azul”
En
su edición del miércoles 11 de octubre de 1939, el “Diario
del Pueblo”, bajo el título “Entran en su faz principal los festejos.
Contarán con extraordinaria adhesión popular los actos que presidirán los Dres.
Castillo y Fresco”, daba a conocer las actividades previstas para la
jornada siguiente:
“Mañana
se traduce la parte más relevante de las fiestas organizadas en nuestra ciudad
por la Liga Comercial
e Industrial, denominándolas como Semana de Azul, y que ha producido la más
intensa expectativa de nuestros círculos y de familias residentes en
localidades vecinas. Con ello empalma la inauguración oficial de las obras
públicas y otra serie de actos importantes para la vida social y material de la
ciudad, que es lo especialmente tenido en cuenta en la emergencia, lo único que
ha tenido en consideración nuestro orden social y, además, el ente
representativo de las fuerzas vivas locales. Por tal motivo, pues, se justifica
ampliamente la adhesión que han tenido las distintas ceremonias traducidas a la
fecha, aunque mayormente simples todas ellas, y pónese una tonalidad de
evidente expectación que se traducirá en grandes concurrencias para los días
venideros. Azul estará de fiesta y con ello se justificará el denominativo de
las fiestas. Sera la semana de la ciudad. (…)
RECEPCIÓN
A LOS GOBERNANTES
A
las 9 se concentrarán en la estación del F.C. Sud los dirigentes de la Liga Comercial ,
representantes de instituciones, miembros de la Comisión Honorífica
de Recepción, autoridades municipales, con el doctor Carús a la cabeza, y gran
cantidad de público, para esperar el tren en que arribarán el vicepresidente de
la Nación ,
doctor Ramón S. Castillo, y el gobernador de la provincia, doctor Manuel A.
Fresco, acompañados por numerosa comitiva, entre la que se distinguen el
vicegobernador de la provincia, doctor Amoedo, el director General de Correos y
Telégrafos, doctor Adrián Escobar, y otros calificados colaboradores de los
gobiernos nacional y provincial.
La
recepción alcanzará tonalidades de especial significación, dado el verdadero
acontecimiento que significa para Azul contar con la presencia de las altas
autoridades del país, en un día de gratas repercusiones patrióticas.
EN LA CATEDRAL
La
larga comitiva se trasladará luego hasta la Iglesia Catedral ,
donde esperará el Obispo Diocesano, Monseñor César A. Cáneva, y representantes
de todos los pueblos de la
Diócesis , para proceder a la inauguración de las obras
realizadas en la misma, y su respectiva consagración, lo que constituirá la traducción
de los más caros anhelos de Monseñor Cáneva. Se oficiará un solemnísimo
Te-Deum. (…)
EL
BANQUETE EN EL JOCKEY
Una
de las instituciones más representativas de nuestra ciudad, el Jockey Club, ha
decidido recibir en su seno, como huéspedes de honor a los distinguidos
visitantes y sus respectivas esposas, como así a la comitiva que les acompaña.
Se
formalizará una reunión de extraordinario relieve, de una significación social
trascendentalísima y que quedará grabada en la vida de la progresista entidad.
A
las 15:30 se colocará la piedra fundamental del Seminario Diocesano, en cuya
ceremonia se harán presentes delegaciones de todas las ciudades comprendidas en
la jurisdicción del Obispado, como así asistirán los gobernantes, sus
respectivas esposas y grandes núcleos de familias. Según se ha informado, el
terreno respectivo es el situado frente a la curva primera del camino que
conduce a Hinojo.
Inmediatamente,
los visitantes se trasladarán hasta el Hipódromo donde se llevará a cabo la
extraordinaria reunión hípica dispuesta por el Jockey Club, con un programa
cuyo comentario se hace en lugar aparte, y que decidirá la formalización de un
ambiente social definido. (…)”.
Piedra
Fundamental
El
jueves 12 de octubre de 1939 Azul vivió una verdadera fiesta. Todos
los medios de la ciudad cubrieron los actos y las diversas actividades de los
visitantes y la comunidad en general. El “Diario del Pueblo”, el viernes 13,
detalló con exquisita precisión lo acontecido:
“Los actos programados para ayer alcanzaron una
enorme resonancia. Puede
decirse que toda la población se hizo presente a los distintos números de la Semana de Azul, en una
magnífica conjunción de autoridades y pueblo. Nuestra ciudad ha tenido el gusto
de recibir en su seno altas y significativas representaciones del Ejército y de
los poderes centrales-.
Un
día realmente primaveral, con sol tibio y brisa perfumada, tanto más bello
cuanto más se hizo desear; tanto más luminoso cuanto más gris y triste fuera en
los días anteriores, pareció querer asociarse al júbilo de los azuleños, con
motivo de la celebración del Día de la
Raza y de la llegada a nuestra ciudad del vicepresidente de la Nación Dr. Castillo,
del Gobernador de la
Provincia , Dr. Fresco y sus respectivas comitivas oficiales.
Desde
temprano el sol puso más azul y más nieve en las franjas de nuestra enseña
patria, que agitada por la suave brisa flameaba en todos los rincones de la
ciudad.
Una
gran cantidad de público, sin distinción de clases sociales, se lanzó a las
calles ávido de presenciar y dar mayor brillantes a los distintos actos, con
que se celebraría en nuestra ciudad, el magno acontecimiento histórico de aquel
lejano 12 de octubre de 1492, que diera por resultado el advenimiento de un
nuevo mundo, al cual tenemos la dicha de pertenecer.
Las
calles céntricas se vieron desde las primeras horas atestadas de público, que
en grandes columnas se trasladaba hasta la estación del F.C. Sud, donde se
produciría el arribo a Azul de los ilustres huéspedes que venían a prestigiar
con su presencia los distintos actos a realizarse.
El
andén y adyacencias de la estación se vieron prestamente colmados de una
muchedumbre rumorosa.
Ya
se hallaban detenidos en un desvío los coches dormitorios en que viajaban los
mandatarios, sus familias y acompañantes. Alrededor de las 9:30, se colocaron
los vagones en el andén principal, mientras el público pugnaba por acercarse a
las portezuelas, contenido por la policía.
Instantes
después, el señor Vicepresidente de la República Dr. Ramón S. Castillo, el Gobernador de
la Provincia ,
Dr. Manuel A. Fresco, y su gentil esposa, Dr. Adrián Escobar, Dr. Obregón y
demás miembros que integraban las respectivas comitivas oficiales, fueron
saludados por el intendente municipal de Azul, Dr. Agustín J. Carús, obispo
Monseñor César A. Cáneva, Teniente Coronel Julio I. Moreno y otras altas
personalidades lugareñas, mientras la muchedumbre prorrumpía en largos y
sostenidos aplausos.
En
forma dificultosa, dado la gran cantidad de personas allí congregadas, se formó
la columna, que lentamente comenzó a avanzar hacia el centro de la ciudad, por
la calle San Martín.
En
las aceras gran cantidad de vecinos de ambos sexos saludaban el paso de los
distinguidos visitantes, arrojándoles flores y aplaudiendo, exteriorización de
simpatías que se fuera haciendo más intensa a medida que la columna se acercaba
a la plaza donde era más compacta la aglomeración de público
EL TE
DEUM
Eran
las 10:30 horas, cuando el obispo diocesano Monseñor César A. Cáneva, dio
comienzo al solemne Te Deum, hallándose las naves del templo, repletas de
público que siguió con unción los ritos religiosos, los cuales terminaron a las
11.
(…)
Previamente
habían formado los Granaderos a Caballo en la calle San Martín dando frente al
monumento, mientras su fanfarria había formado a la derecha de éste, como así
llenaban el cuadro la
Escuela Normal , el Colegio Nacional y la Escuela de Artes y
Oficios.
El
intendente municipal, Dr. Agustín J. Carús, tuvo a su cargo el discurso de
circunstancias, haciéndolo con el acierto y la brillantez que le es
característica, mientras el público allí asistente premiaba con largos aplausos
su palabra.
Terminada
su disertación, el Dr. Carús invitó al Dr. Castillo para que descubriera la
estatua del Libertador, lo que hizo, en medio de una delirante ovación.
En
esos instantes, poniendo una nota más de emoción y de sincero patriotismo,
sentimiento exaltado por la brillante exposición del Dr. Carús, tres aviones de
la armada nacional, evolucionaron sobre la ciudad, rindiendo así el homenaje
con que la marina se asociaba al que el pueblo de Azul rendía en esos momentos
al general José de San Martín, mientras la fanfarria de los Granaderos atacaba
con las notas marciales del Himno Nacional.
Acto
seguido, subió a la tribuna, Monseñor Calcagno, quien dijo que también la
iglesia se asociaba al pueblo para rendir el homenaje debido al que fuera
libertador de medio continente americano. La palabra del sagrado orador fue
escuchada con unción y agrado por la concurrencia, que exteriorizó su complacencia
por medio de largos y sostenidos aplausos.
De
inmediato el comandante del Regimiento de Granaderos Teniente Coronel Irotz, en
representación del Excmo. Ministro de Guerra hizo una brillante reseña
histórica de la vida del Gran Capitán.
(…)
Ante
una extraordinaria concurrencia, fue bendecida ayer por la tarde, a las 16:30
horas, la piedra fundamental del Seminario, de la cual era madrina honorífica
la señora del Gobernador de la
Provincia , Doña Raquel Monasterio de Fresco.
Primeramente
firmaron el acta, Monseñor César A. Cáneva y la señora Raquel Monasterio de
Fresco, para luego, después de palabras alusivas al acto a cargo del obispo,
procederse a la bendición de la piedra fundamental.
Las
palabras formuladas por Monseñor Cáneva fueron seguidas con sumo interés, por
el público que lo premió con un elocuente aplauso.
Después
de bendecida, la señora “Santa” Giménez de Ronco, presidenta de la Comisión de Damas hizo
llegar a la distinguida huésped, un rosario bendecido por S. S. Pío XII, traído
por Monseñor Cáneva en su viaje a Roma.
La
señora Giménez de Ronco hizo resaltar la personalidad de la obsequiada, quien
agradeció con breves palabras y una emotiva sonrisa.
Luego
el Doctor Ramón S. Castillo, vicepresidente de la Nación ; Adrián C. Escobar,
Director de Correos y Telégrafos, Agustín J. Carús, intendente Municipal, y
altas personalidades civiles y militares fueron estampando su firma. (…) ”.
Un importante pergamino (que hoy se
luce enmarcado en el primer piso del Seminario), preserva las firmas de varias
decenas de asistentes a los pies de la siguiente frase:
“EN
LA CIUDAD EPISCOPAL
DE AZUL, Provincia de Buenos Aires, República Argentina, a doce días del mes de
Octubre del año del Señor de mil novecientos treinta y nueve, siendo Sumo
Pontífice Su Santidad, el Papa Pío XII, Presidente de la Nación Su Excia. el Dr.
Roberto M. Ortiz, Gobernador de la Provincia Su Excia. el Dr. Manuel A. Fresco,
Obispo Diocesano Su Excia. Revma. Don César A. Cáneva, Intendente Municipal el
Diputado Nacional Dr. Agustín J. Carús, el Excmo. y Revmo. Sr. Obispo Diocesano
bendijo solemnemente esta piedra fundamental del futuro Seminario “Nuestra
Señora del Rosario y Santa Teresita del Niño Jesús” de la Diócesis de Azul,
actuando como Padrinos de Honor el Excmo. y Sr. Vicepresidente de la Nación Dr. Ramón S.
Castillo y su distinguida esposa Doña Delia Luzuriaga de Castillo y el Excmo.
Sr. Gobernador de la
Provincia Dr. Manuel A. Fresco y su distinguida esposa Doña Raquel de
Monasterio de Fresco. Y en representación de las Parroquias, apadrinaron la
ceremonia todos los Sres. Curas Párrocos y Capellanes Vicarios con las respectivas
Delegaciones.”
También apadrinó la ceremonia la Junta Ejecutiva
Pro-Seminario.
La
celebración fue magnífica. Sin embargo, todo aquello fue en sí un mal presagio
para la obra tan soñada por el padre Cáneva. Prácticamente al mismo tiempo,
desde diversos sectores de la comunidad y con el apoyo de la propia
municipalidad, surgió la idea de crear en el Paraje San Benito un balneario…
Indudablemente,
el padre
Cáneva fue plenamente consciente de los contratiempos que implicaban
para su obra la iniciativa impulsada por el intendente Luis Hugo Mauri y
numerosos vecinos.
La
chacra “Santa Elena” era un sector privilegiado de Azul, alejado lo
suficiente del casco urbano como para que allí reine la paz y la armonía
necesaria para quienes fuesen a estudiar al futuro seminario. Sin embargo, la
instalación de un balneario perturbaba cualquier proyecto. En consecuencia, y
buscando terminar de antemano con los posibles conflictos –como los fogoneados
desde los medios periodísticos-, Cáneva decidió buscar otro lugar como
alternativa para su magnánimo proyecto.
Monseñor César Antonio Cáneva
El Seminario Diocesano de Azul fue inaugurado el 15 de marzo de 1945. Su construcción total se concluyó casi tres años después.
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