viernes, 17 de abril de 2020

Dándole pelea a la vida

Dándole pelea a la vida


Por Eduardo Agüero Mielhuerry

Gregorio Manuel Peralta nació el 8 de mayo de 1935 en la localidad de Villa Concepción (distrito actualmente absorbido por el departamento Capital), provincia de San Juan. Sus padres fueron Pastor Peralta y Manuela Miranda.
Tuvo, al menos, once hermanos: Valerio “Mino” Balbino, Víctor Segundo, Carlos Narciso, Jesús Domingo, Alberto Pastor, Néstor Nicolás, Abel Francisco, Ramón Avenamar, Teodora Ercilia, Elvira Nelly y Dolores Elsa.
Luego del terremoto que azotó a San Juan el 15 de enero de 1944, los Peralta -que vivían en un callejón llamado Alaniz-, quedaron prácticamente en la miseria y de alguna u otra manera todos los hermanos debieron salir a trabajar, desde coser hasta vender diarios o lustrar zapatos. Sin embargo, ninguno de los varones dejó de practicar el único deporte que les permitía su padre policía: boxeo.
A los 16 años, Gregorio ingresó en la Escuela de suboficiales de la Marina de Guerra, teniendo como destino la isla Martín García. Tiempo después fue trasladado al Arsenal Naval Azopardo, unidad asentada en Azul.
Residiendo en nuestra ciudad reinició sus prácticas boxísticas en el cuadrilátero levantado en el Club Defensores de Barracas, ubicado en la esquina de las calles San Martín y Castellár, comenzando su presentación en la zona donde empezó a ser conocido como “el marinerito de Azul”, combatiendo en la región con resultados generalmente satisfactorios.


Debut en Azul


            “Goyo” debutó a los 19 años de edad como pugilista en nuestra ciudad, dirigido por Ricardo Maríngola, quien había sido, algunos años antes, uno de los mejores boxeadores lugareños.
En Defensores de Barracas fue presentado por el vecino y sastre Francisco Sansineto, quien a Peralta lo conoció en el Hotel Igarza (sobre calle San Martín frente a la estación de trenes), donde habitualmente paraba gente del Arsenal
En las primeras tres presentaciones, que tuvieron lugar en Olavarría y Azul, el 4 de diciembre de 1953 y el 16 y el 29 de enero de 1954, actuó como semifondista, venciendo por puntos a Néstor Di Palma y Ernesto Leide, empatando a su vez también con éste último. A partir del cuarto combate se desempeñó como fondista, batiendo a José Molina por nocaut en la segunda vuelta.
Como aficionado sostuvo 48 peleas de las cuales ganó 44, empató 2 y perdió 2 por puntos. Los únicos que le ganaron (en la Capital Federal), fueron J. Arraigada y E. Díaz, el 30 de octubre de 1954 y el 18 de septiembre de 1956.
La derrota frente a Arraigada –a quien le había ganado en Azul por puntos el 13 de noviembre de 1954-, fue en la final del Campeonato de Novicios Guantes de Oro.
El 30 de octubre de 1956 se clasificó campeón invicto latinoamericano; el 12 de abril de 1957 campeón argentino y el 29 de mayo del mismo año otra vez campeón latinoamericano.
De las 44 peleas ganadas, 34 fueron por puntos, 7 por nocaut, 2 por abandono y 1 por walk-over, es decir la no presentación del rival. De los 48 encuentros, 22 los libró en Azul, 9 en Capital Federal, 4 en Montevideo, 3 en Chile, 3 en Olavarría, 3 en Necochea, 2 en Mar del Plata, 1 en Tapalqué y 1 en General Alvear.


Pasiones y boxeo…


“Goyo” fue el mayor de una familia de boxeadores que también incluyó a sus hermanos Avenamar (fue campeón argentino medio pesado), Néstor y Alberto, con quienes alguna vez compartió cartel en una reunión especial de cuatro peleas organizada en el Luna Park como “La noche de los Peralta”.
Joven, exitoso y “pintón”, se decía que tuvo mil romances, hasta con la famosa vedette de la época Ámbar La Fox (cuyo nombre real era Amanda Lasausse y fuera más tarde la madre de Reina Reech). Sin embargo, su esposa y gran amor fue la azuleña Nilda Noemí “Mimí” Canevello (hija de Andrés Canevello y Filomena Pereira), con quien contrajo matrimonio el 19 de septiembre de 1957 en la Parroquia San Antonio de Padua. Con ella tuvo cuatro hijos: Andrés Gregorio (nacido en Uruguay), Andrea, Juan Domingo (ahijado del General Perón) y Manuel Martín (nacido en España).
Sus presentaciones en los combates de fondo en el Club Barracas concentraban gran cantidad de público, que lo seguía no sólo por sus éxitos deportivos, sino también por su personalidad, siempre dispuesta a cosechar amigos.
El 5 de abril de 1958 hizo su debut en el boxeo profesional, noqueando a su rival René Pereyra en el mítico Luna Park de la Capital Federal.
El 31 de marzo de 1959, Peralta sufrió su primera derrota como profesional, una derrota de diez asaltos por decisión al entonces reinante campeón de peso semipesado de América del Sur, Luis Ignacio en Sao Paulo, Brasil, en un combate no titular. Peralta tuvo una derrota y dos empates en sus siguientes tres peleas, pero luego volvió a ganar, cuando él se vengó de su derrota contra Ignacio por noquearlo en tres rondas, el 23 de agosto en Brasil.
En 1960 alternó sus presentaciones en el Luna Park, con las que se realizaban en el gimnasio de Alumni Azuleño.
Entre 1961 y 1962 realizó peleas en Azul, Buenos Aires, Tapalqué, Mar del Plata, conquistando en esta ciudad balnearia el título de campeón argentino de peso máximo y el 17 de julio de 1963 fue proclamado Campeón sudamericano de peso pesado.
Varias de las peleas en las que actuó “Goyo” fueron realizadas en nuestra ciudad gracias a su iniciativa -y a la de su representante-, dando muestras de la importancia que le daba a Azul.


A pelear por el mundo


En épocas en que sólo existían las ocho categorías clásicas, Peralta, cuyo peso natural de pelea rondaba los ochenta y cinco kilos, resultaba demasiado pesado para la categoría de los semicompletos (límite 79,400) y demasiado liviano para la de los completos. Con esa contra debió cargar en el transcurso de toda su carrera para imponer su estilo de alta técnica que desarrolló guiado por el maestro Alfredo Porzio.
El título argentino de los pesados se lo arrebató en 1961 al necochenseJosé “Kid Tutara” Giorgetti, a quien le concedió trece kilos de ventaja.
A partir de 1963, desarrolló una importante campaña internacional -siempre a las órdenes de Porzio-, que incluyó una victoria sobre el campeón mundial medio pesado, el estadounidense Willie Pastrano, en Miami, el 20 de septiembre de ese año.
La próxima pelea de Peralta, el 15 de noviembre, fue también su primera pelea en el Madison Square Garden de Nueva York. Venció a Wayne Thornton, a quien volvería a derrotar prontamente.
Así fue que le llegó otra oportunidad frente a Pastrano, en abril de 1964, en Nueva Orleans, pero una herida en una ceja le significó la derrota, en el sexto round.
En el Luna Park, uno de los combates que más se recuerda fue frente al medio pesado peruano Mauro Mina, a quien venció en una auténtica exhibición, con una sola mano útil, por haberse lesionado tempranamente la otra.


“Goyo” versus “Ringo”


Junto a Oscar “Ringo” Bonavena, “Goyo” Peralta protagonizó en el Luna Park, el 4 de septiembre de 1965, una de las peleas más célebres del boxeo nacional, un verdadero hito en la historia pugilística argentina.
Se acabaron las localidades varios días antes. Fue un récord de asistencia con 25.236 espectadores que dejaron en boleterías más de 13 millones de pesos moneda nacional (unos 55.000 dólares).
La expectativa del encuentro era extraordinaria, se esperaba un triunfo del sanjuanino que defendía su título y era el ídolo de la afición, el desafiante de 22 años -Bonavena- como era su costumbre, había recorrido los canales de televisión haciendo gala de su guapeza y asegurando que a “Goyo” “lo iba a matar”. En el famoso programa conducido por José “Pipo” Mancera, “Sábados Circulares”, se presentó varias veces repitiendo las mismas amenazas. Esto hizo que el popular conductor mandara varias cámaras a las inmediaciones del Luna Park para palpar el evento desde afuera, porque no fue televisado.
El réferi fue Víctor Avendaño. El primero al entrar al cuadrilátero fue Ringo, que se llevó la mayor silbatina que haya recibido un argentino en ese lugar. A causa de su particular forma de ser que contrastaba con la del campeón, que se caracterizaba principalmente por su bajo perfil. Contra todos los pronósticos y para la desazón de la concurrencia, Bonavena ganó la pelea por puntos, luego de haberlo volteado en el 5º round.
Para Goyo fue un golpe terrible. Pero tuvo su revancha cuatro años más tarde, en el “Cilindro” de Montevideo, cuando alcanzó un empate, aunque para muchos de los observadores el verdadero ganador había sido Peralta.
Poco después, “Goyo” se vería distanciado del Luna Park, por diferencias entre la empresa y su manager, Héctor Nesci.


Por el General…


De nuevo en los Estados Unidos, llegó a pelear dos veces con el joven George Foreman - más tarde sería campeón mundial y quien dirá que “Goyo” fue uno de sus rivales más duros-, un típico noqueador que sin embargo y pese a los trece años de diferencia, no logró infligirle la cuenta de diez segundos: lo superó primero por puntos y luego, por técnico en el décimo y último round. El 16 de febrero de 1970 fue el primer encuentro en el Madison Square Garden, en una pelea que fue televisada a nivel nacional en los Estados Unidos.
“Goyo” era un hombre correcto en sus modales, con un hablar pausado y pensante, marcado por su humildad y caracterizado por su trato siempre afable.
Cuando ya se lo consideraba al borde del retiro prolongó su carrera en España, donde estuvo radicado desde comienzos de los años ’70 y donde venció al publicitado noqueador vasco José Manuel “Urtain” Ibar.
“Goyo” siempre fue un reconocido seguidor del ex presidente argentino, Juan Domingo Perón, a quien visitaba asiduamente e incluso era padrino de su tercer hijo. Tanto admiraba al General que solía usar en sus peleas una bata celeste y blanca con una inscripción en la espalda: “Argentino y peronista”. Antes del combate, concurrió a visitar a su amigo y líder que se encontraba exiliado en Madrid y este le recomendó que no se arriesgara. Pero él peleó igual para demostrarse a sí mismo que todavía seguía vigente. Y ganó, por él y por el General.
Con la excepción de una victoria sobre Gerhard Zacarías -el 3 de diciembre de 1971-, en Alemania, Peralta luchó nueve de sus próximos diez combates en España. Estos incluyen una victoria sobre LeroyCaldwell por un nocaut en la cuarta ronda el 2 de febrero de 1972.
A los 38 años de edad decidió retirarse del boxeo y a la melancolía que le provocaba recordar viejos tiempos debió sumarle la desintegración de su familia, de la cual se alejó progresivamente.


La última pelea…


A mediado de los ’80 volvió solo a nuestro país y se radicó en Rosario, Santa Fe. Ya no volvería a ver a sus hijos -que se quedaron instalados en Alicante-, sin embargo, alguna vez tuvo algún contacto telefónico esporádico por el que supo que se había convertido en “abuelo”…
Por intermedio de un conocido empresario consiguió trabajo en la Dirección Provincial de Viviendas de la ciudad y se instaló en una casita en un barrio humilde de la periferia.
Vivió los últimos años de su vida junto a María Sara Echeverría, hija del recordado médico de Tapalqué, Dr. Lorenzo “Lolo” Echeverría, a quien conocía desde muchos años antes y se había convertido en su compañera.
Era frecuente verlos pasear por la peatonal, luciendo él en su pecho un escudo del Partido Peronista, o yendo a misa en la Catedral rosarina.
Gregorio Manuel “Goyo” Peralta murió en la ciudad santafesina, a los 66 años, como consecuencia de una miocardiopatía, el miércoles 3 de octubre de 2001, en el Hospital Italiano.
Sus restos fueron inhumados en el cementerio rosarino “El Salvador”, y aunque pronto surgió la intención de trasladarlos a Azul, la idea no prosperó.



Gregorio Manuel Peralta, "Goyo"

INFO EXTRA:

El concejal que no fue


            Poco antes de las elecciones de 1962, el presidente electo Arturo Frondizi declaró que, frente a un triunfo peronista, no les entregaría el poder y ante algunos éxitos electorales eligió correr el riesgo de enfrentar al peronismo en elecciones abiertas. El 18 de marzo los candidatos justicialistas ganaron ampliamente en las principales provincias y municipios.
            En nuestra ciudad, Juan Carlos Pourtalé se presentó como candidato al frente de la Unión Popular, partido en el cual se encolumnó el Justicialismo, cuyos candidatos a nivel provincial fueron Andrés Framini y Marcos Anglada. La elección, aunque le dio el triunfo, fue bastante reñida: Pourtalé obtuvo 7.776 votos, mientras que el radical Juan Iturralde lograba 6.450 sufragios.
            En la lista de Pourtalé se destacaba el nombre de Gregorio Manuel Peralta para integrar el Concejo Deliberante.
Lo ocurrido en Azul se repitió en casi todo el país y fue un claro ejemplo de que el peronismo conservaba aún su fuerza. Ante dicha situación Frondizi decidió intervenir las provincias en las que el peronismo había ganado, cambió todo su gabinete y encargó a Aramburu una mediación con los Partidos políticos, quienes se mostraron indiferentes ante los problemas del Presidente. Esta fue la señal que los militares esperaban, y el 28 de marzo de 1962 depusieron a Frondizi.


Golpe a golpe…


En su larga carrera en la categoría peso pesado disputó 112 peleas oficiales. Ganó 61 por K.O y 33 por puntos. Obtuvo 9 empates y apenas 9 derrotas.

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