Las escuelas gemelas
La Escuela N° 17 comenzó a
funcionar el 1 de junio de 1891, en una modesta casita en la entonces avenida
Tapalqué N° 290 entre avenida La Plata y las vías del ferrocarril, es decir, en
la actual Avenida Perón entre avenida Monseñor Cáneva y las vías, ya que la
calle Alberdi no se encontraba trazada por entonces.
Contaba con 52 alumnos con dos
secciones de grado 1° inferior y 1° superior, siendo su primera directora Casimira
Aramburu de Arias.
Posteriormente se mudó a la esquina de Av. La Plata y
Adolfo Alsina, es decir, Av Cáneva e Yrigoyen (al mismo edificio que luego
ocupara de 1915 a 1928 el Colegio Nacional, y años más tarde el desaparecido
Hotel Roma, y por la década de 1980 el Supermercado La Tapa).
De allí se trasladó a su sede propia
en Av.
Mitre N° 826 esquina España. El proceso de construcción, según relata
el arquitecto Augusto Rocca en su libro “Historia de la arquitectura de Azul”
fue:
“En 1906,
durante la administración del Gobernador Marcelino Ugarte, se promulgó la ‘Ley
de Edificación Escolar’, que impulsaba la construcción de escuelas en las
distintas poblaciones de la provincia. El plan estuvo a cargo de la Dirección
de Escuelas y del Consejo General de Educación de la Provincia de Buenos Aires,
el cual se ocupaba del aspecto técnico mediante la Oficina de Construcciones.
El programa incluía en una primera etapa la construcción de 410 escuelas, de
las cuales 98 serían de mampostería y 312 de madera y chapa; en una segunda
etapa se llegaría a las 600.
Fue dentro
del programa que se realizó en Azul la Escuela N° 17, proyectada por el
arquitecto Carlos Vidal Cárrega, quien también fue el autor de la mayorías de
las escuelas realizadas en este plan.
En enero de 1911
visitó nuestra ciudad el Inspector de Escuelas de la provincia, Dr. Espil, con
el objeto de estudiar el terreno elegido y otros pormenores para llevar a cabo
la obra. Meses después se hizo el llamado a licitación para construir el
edificio, cuyo costo estaba calculado en $150.000 m/n, resultando adjudicada la
empresa “Zone y Brumana”. La escuela se terminó en 1913 y fue oficialmente
inaugurada en un acto multitudinario, el 25 de mayo de 1914.
La obra,
como otras tantas proyectadas por Vidal Cárrega, es de estilo modernista, una
de las variantes del antiacademicismo. El edificio se desarrolla en dos plantas
y tiene una capacidad que originalmente se calculaba en 500 alumnos.”
Cuatro hermanas Alonso se desempeñaron
como docentes, Manuela (directora),
Paula Dámasa maestra de 4° grado, Adela de 3° y Pilar de 2°, siendo ellas tan
destacadas en la vida escolar del establecimiento que al mismo se lo conocía
como “la
escuela de las Alonso”.
A la directora Manuela Alonso la sucedieron en los
primeros tiempos de la institución: Casimira A. de Arias, Severina Suárez, Rosa
Frontini, Manuela Alonso, Paula Alonso, Elena Liceaga, Dusolina C. de Chiezza,
Isabel P. de Schwarz, Amalia P. de Maldonado, José A. Lizárraga, Josefa B. de
Santistevan, Elina K. de Vignale, Mayda V. de Mirande, Angéliza Z. de Pitrelli
y María Irma B. de Cánepa.
Durante la dirección del
establecimiento desarrollada por Ernestina Darhanpé de Malére, en buena medida
por su iniciativa y empuje, desde el 28 de octubre de 1934, la escuela
fue bautizada con el nombre de “Bartolomé Mitre”, en el acto se descubrió una
placa de bronce sobre un mármol negro que fue donada por los padres de los alumnos
y por el diario “La Nación”, propiedad de descendientes del prócer.
Cuatro años más tarde, el 24 mayo de
1938, fue inaugurado el mástil que se encuentra en la vereda de la escuela.
Bartolomé Mitre
“ahorcado” en Azul
El monumento a Bartolomé
Mitre que se había emplazado en el cruce de las avenidas Mitre y 25 de Mayo, había
sido inaugurado el martes 9 de julio de 1940 (originalmente
iba a ser descubierto el 26 de junio, en el 119 aniversario del natalicio del
ex Presidente). El acto popular había sido organizado por la “Comisión
de Fomento de la Avenida Mitre”, que, presidida por el Sr. Luis
Laurencena, concretó la adquisición de la estatua que había sido
proyectada a mediados de 1921 y por diversas razones se había demorado.
Años más tarde, el martes
21
de mayo de 1974, el personal de la Intendencia Municipal procedió al
traslado de la estatua a la vereda del establecimiento que lleva el nombre del
prócer.
Así se dio cumplimiento
al 5° artículo de la Ordenanza de Tránsito y Estacionamiento, originada en el
bloque del FREJULI, que el Concejo Deliberante sancionó (con la oposición de la
UCR) y que el intendente Juan Carlos Peralta Reyes promulgó. El referido
artículo establecía que el monumento debía ser “trasladado al veredón de la
Escuela 17 con la ceremonia y honores que correspondan”.
Sin embargo, no hubo ni ceremonia ni honores, pues el
personal municipal, con el apoyo de pesada maquinaria, cumplió con la tarea. La
estatua fue enganchada a la grúa con sogas cruzadas a la altura del torso y en
torno al cuello, de ahí que al quedar pendiendo del brazo de la máquina daba la
patética sensación de un ahorcado. El traslado, que fuera seguido por
múltiples vecinos, resultó un espectáculo agraviante sin igual a la imagen del
ilustre argentino… Pero hubo más. Como el basamento en su nueva ubicación no
había fraguado, la estatua del General Bartolomé Mitre fue dejada en el suelo y
atada con una soga a un árbol hasta el día siguiente.
Poco después, el 26 de junio se realizó un acto
homenaje por el 153 aniversario del natalicio del patricio.
En junio de 1991 se llevó a cabo la
celebración del Centenario del Establecimiento con la presencia de familiares
de Bartolomé Mitre.
El emblemático edificio se vio seriamente afectado por un lamentable
incendio desatado el 17 de noviembre de 2005.
El empeño puesto por el cura párroco de la Parroquia San
Antonio, Mauricio Scoltore, el empuje de la Cooperadora del establecimiento y
la ayuda económica del gobierno municipal del intendente doctor José Manuel
Inza -ya que desde el gobierno bonaerense encabezado por Daniel Scioli los
fondos necesarios nunca llegaban en tiempo y forma en sus ocho años de gestión-,
hizo finalmente posible que la institución pudiera reabrir sus puertas en su
propia sede. Recién
se volvieron a dictar clases en las aulas de “La 17”, el 3 de abril de 2014. Luego de los casi ocho
años que demoró la reconstrucción del edificio, tiempo durante el cual sus
alumnos estuvieron distribuidos por varias escuelas de la ciudad, la comunidad
educativa de la emblemática institución volvió satisfecha a su “segundo hogar”.
La querida Escuela N° 18
Por otra parte, no menos importante es la historia de la Escuela
N° 18, creada el mismo día 1 de junio de 1891. En sus comienzos ocupó un local
alquilado por el Consejo Escolar en la calle Entre Ríos (actual Dr. Alfredo
Prat) y Bahía Blanca (actual Int. Manuel Castellár) cerca de las vías del
entonces Ferrocarril del Sud. Contaba con 57 alumnos distribuidos en dos grados
a cargo de un único docente. Su
primera directora fue Clementina Ferrer.
Al carecer de edificio propio, la institución
sufrió varios traslados, hasta que en 1898 fue clausurada.
El 1 de septiembre de 1906 se dispuso
su reapertura (siendo su directora Martina
M. de Vivar) funcionando varios años como escuela rural.
En 1926 pasó a ocupar el edificio de la calle
Falucho N° 939 entre Bahía Blanca y Lavalle, (actual sede del Jardín 908 “Manuel Belgrano”), después de desarrollar su
actividad durante algún tiempo, en una finca del mismo barrio.
Entre sus primeros directores se cuentan a: Josefa Moreno,
Juana Gicolini de Clérici, Rosario Coronel, Isaura Del Buono, Ángel Torchia, Emma
Ferrari, María E. Dulbecco de Ruybal Arriaga, Ricardo Vigna, René Matteo, María
J. Lecot de Castro, María Irma Belsito de Cánepa, Alfonso Cataldo, Juana Evelia
Lardapide de Meléndez y María R. Messineo de Corro.
Por resolución del 8 de junio de 1945, se le
dio a la Escuela 18 el nombre del destacado prócer “Juan Bautista Alberdi”.
El acto de bautismo se efectuó el mismo año, siendo director Salvador Scabuzzo,
bendiciéndose en la ocasión el busto del prócer realizado por el docente y
escultor azuleño Roberto Santoro.
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