René Favaloro, el corazón de la Argentina
El
pasado 9 de mayo se cumplió un nuevo aniversario de la primera cirugía conocida
como bypass coronario, desarrollada en 1967 por el doctor René Favaloro. El
destacado profesional visitó nuestra ciudad en 1978 brindando dos
extraordinarias charlas.
Por Eduardo
Agüero Mielhuerry
René
Gerónimo Favaloro nació en el barrio “El Mondongo” de la ciudad de
Realizó la primaria en
A los pocos meses lo llamaron para
confirmarlo en el puesto. Le pidieron que completara una tarjeta con sus datos;
pero en el último renglón debía afirmar que aceptaba la doctrina del gobierno
del entonces presidente Juan Domingo Perón. Sin embargo, ese
requisito resultaba humillante para alguien que, como él, había formado parte
de movimientos universitarios que luchaban por mantener en nuestro país una
línea democrática, de libertad y justicia, razón por la cual incluso había
tenido que soportar la cárcel en alguna oportunidad. Dispuesto a no traicionar
sus principios, contestó que lo pensaría, pero en realidad ya sabía cuál iba a
ser la respuesta.
Por pedido de un tío suyo, René se
fue a vivir a Jacinto Aráuz, un pequeño pueblo de 3.500 habitantes en la
provincia de La Pampa, para reemplazar temporalmente al doctor de la localidad
que se hallaba enfermo. Llegó a
Aráuz en 1950 y los que iban a ser unos meses se convirtieron en años tras el
fallecimiento del médico pueblerino. Al poco
tiempo su hermano, Juan José Favaloro, médico también, empezó a trabajar con él. Durante
los años que ambos permanecieron en Jacinto Aráuz fundaron un centro
asistencial. El
centro asistencial creció y cobró notoriedad en la zona.
Aprendizaje y
desarrollo en los Estados Unidos
En uno
de sus viajes a La Plata, viendo sus dotes médicos y su enorme sed de
conocimiento, el profesor José María Mainetti le aconsejó capacitarse
en Estados Unidos, en
A
comienzos de 1967, Favaloro estudió la posibilidad de utilizar la vena safena
en la cirugía coronaria, haciendo prácticas con sus ideas en mayo de ese año.
La estandarización de esta técnica, llamada del bypass o cirugía de
revascularización miocárdica, fue el principal trabajo de su carrera, lo que le
dio prestigio internacional, ya que el procedimiento cambió radicalmente la
historia de la enfermedad coronaria. En 1970 editó un libro llamado “Surgical treatment on coronary
arteriosclerosis”, que fue también editado en español con el nombre “Tratamiento quirúrgico de la
arteriosclerosis coronaria”.
Un sueño para
la Argentina
Asimismo, Favaloro traía un sueño
más importante entre sus objetivos. Quería desarrollar en la Argentina un
centro de excelencia similar al de la Cleveland Clinic, que combinara la
atención médica, la investigación y la educación, tal como lo dijo en su carta
de renuncia a Effler: “Una vez más el destino ha puesto sobre mis hombros
una tarea difícil. Voy a dedicar el último tercio de mi vida a levantar un
Departamento de Cirugía Torácica y Cardiovascular en Buenos Aires. En este
momento en particular, las circunstancias indican que soy el único con la
posibilidad de hacerlo. Ese Departamento estará dedicado, además de a la
asistencia médica, a la educación de posgrado con residentes y fellows, a
cursos de posgrado en Buenos Aires y en las ciudades más importantes del país, y
a la investigación clínica. Como usted puede ver, seguiremos los principios de
la Cleveland Clinic.”.
En
1975, Favaloro fundó con ese propósito junto a otros colaboradores
La primera visita
de René Favaloro a Azul
En su edición del 13 de
octubre de 1978, “El Tiempo” informaba en su primera plana la visita
del Dr. René Favaloro de la siguiente manera:
“Durante
hoy y mañana será distinguido huésped de nuestra ciudad el cardiocirujano Dr.
René Favaloro.
Invitado
por el Dr. Eduardo Arazi y con el auspicio del Círculo Médico de Azul y de
Boehringer Alemana, esta noche a partir de las 20:30, el Dr. Favaloro dará una
conferencia a nivel médico en la sala de actos del Instituto Maimónides, calle
Rauch 630.
Mañana
sábado, a partir de las 10:30, en la sala mayor de la Escuela Bernardino
Rivadavia, ofrecerá una charla apta para todo público sobre “Prevención de
enfermedades cardiovasculares”. Este acto es auspiciado por el Rotary Club
Pedro Burgos, su Rueda Femenina y la Asociación de ex alumnos de la Escuela N°
17 “Bartolomé Mitre”.
Conocida
es la descollante trayectoria y también el prestigio internacional del Dr.
Favaloro, quien residió durante algunos años en los Estados Unidos de
Norteamérica donde el año 1968 fue iniciador, en la Clínica Cleveland, de la
intervención de “by-pass” coronario, especie de puente que se hace entre el
nacimiento de la aorta y el árbol coronario utilizando una vena sacada de la
pierna del paciente. Inclusive en nuestra ciudad viven personas que han sido
sometidas a dicha operación”.
Como la nota mencionada destacaba,
finalmente en la mañana del 14 de octubre, el doctor ofreció su charla en el
salón de actos de la Escuela Normal.
Las palabras de apertura estuvieron
a cargo del presidente del Rotary, Dr. Lindor Burgos, quien agradeció
la presencia de Favaloro y la colaboración recibida para hacer posibles aquella
visita a Azul. La presentación del orador estuvo a cargo del Dr.
Eduardo Cohen Arazi quien exaltó la personalidad del distinguido
huésped, especialmente sus valores humanos.
Favaloro inició su charla a las
10:50, finalizándola a las 11:40, con una imprevista interrupción cuando en la
sala una señora sufrió un principio de desvanecimiento, requiriéndose la
colaboración del Dr. Cohen Arazi. Desde la tribuna, el Dr. Favaloro halló
propicia la oportunidad para explicar cómo se debe proceder cuando una persona
se desmaya a causa de una lipotimia.
El doctor inició su exposición
recordando cuando en 1971 regresó definitivamente a nuestro país después de
trabajar muchos años en los Estados Unidos. Su principal objetivo en su
actividad: “Evidentemente era la parte
asistencial, es decir, atender al paciente, pero a eso había que agregar la
parte docente y la parte de investigación. Siempre lo hicimos así, siempre
pensamos que ese trípode era lo fundamental para el desarrollo de la actividad.
Si yo hiciera un balance de estos ya siete años largos diría que de lo que uno
debe estar más satisfecho es de la actividad docente. Hay un viejo proverbio
chino que dice que su uno planifica por un año siembra arroz; si uno planifica
por diez años, planta un árbol; y si uno planifica para toda la vida, enseña. Y
evidentemente a mi es lo que más me agrada y quizá es lo que más frutos nos ha
dado en estos siete años y medio. Hemos podido formar una cantidad importante
de médicos jóvenes. Ya son más de cien los que han pasado por nuestro
Departamento. Hay más de cuarenta de Latinoamérica. De México para abajo no
debe haber país latinoamericano donde no haya médico que pasó uno, dos, tres o
más años trabajando en las diversas secciones del Departamento. Quiere decir
que estamos muy conformes con la actividad docente que es fundamentalmente
formar los médicos y los especialistas del futuro. Pero siempre he creído que
la actividad docente del médico no debe terminar ahí. Debe proyectarse así a la
comunidad porque es evidente que de una comunidad capaz, culta, uno puede
esperar grandes cosas. En el caso nuestro, una comunidad que conozca los
problemas médicos, que sepa algo más de su salud, va a servir primero para que
cuide más su salud, para que pueda ayudar a su familia, a sus semejantes. Y es
evidente que también ayuda al médico porque ese paciente que está informado
colabora mucho más con el médico. Yo soy de los que creen que esto debería
hacerse en forma masiva, es decir que dentro de los programas de educación
debería haber programas muy bien planificados, quizá a través de las
organizaciones médicas para que todo sea hecho en forma correcta. Deberían
utilizarse todos los medios masivos de información que hoy hay, especialmente
la televisión, para hacer grandes programas de información y de conocimiento
médico que es fundamental”.
Más adelante pasó a hablar de los
adelantos tecnológicos puestos al servicio de la cardiología y resaltó: “Hoy ustedes tienen que saber que la
cardiología está así “complicada”, yo diría, por la tecnología, pero muy
agradecida a la tecnología, porque eso le ha permitido profundizar el
diagnóstico. Prácticamente hoy no tendría que haber ningún paciente ni ningún
padecimiento cardiológico que no sea diagnosticado correctamente y saber con
absoluta precisión qué es lo que pasa. La medicina está hoy muy tecnificada,
pero desgraciados de nosotros si vamos a perder ese humanismo que tiene la
medicina. Habrá que mezclarlo muy bien para que sea algo de equilibrio. Es
decir, que entre la tecnología que tenemos y el humanismo que todo acto médico
debe poseer tenemos el camino justo para atender correctamente a la gente”.
Finalmente, en su comentario y
recomendaciones el doctor Favaloro tocó el siempre polémico tema del tabaco. Al
respecto fue terminante. “No solamente
produce cáncer de pulmón o cáncer de vejiga, sino que acelera el problema de la
arteriosclerosis (…) Es decir que el tabaco es una de las más grandes
desgracias de la humanidad. Pero por desgracia, hacemos las cosas al revés: en
vez de utilizar los medios masivos de información para que la gente vea lo que
puede producirle el tabaco no, lo hacemos al revés: permitimos que en la
televisión haya decenas y decenas de propagandas.”.
En ediciones posteriores, nuestro
matutino marcó algunos otros detalles de la visita, destacando siempre el
carácter afable y generoso del doctor, quien fuera reconocido por la comunidad
azuleña y que recibiera el caluroso saludo de múltiples vecinos que se
acercaron a los lugares en los que Favaloro disertó.
Constante
crecimiento…
En 1980
Favaloro creó el Laboratorio de Investigación Básica, manteniéndolo con dinero
propio por un largo tiempo, dependiente del Departamento de Investigación y
Docencia de
En
1984, Favaloro fue una de las personalidades que nombró el presidente Raúl
Alfonsín para integrar
En
1992 se inauguró en Buenos Aires el Instituto de Cardiología y Cirugía
Cardiovascular de
Libros y
reconocimientos
René Favaloro publicó más de trescientos trabajos de su especialidad.
En
1970 publicó “Tratamiento quirúrgico de
la arteriosclerosis coronaria” (Surgical treatment on coronary
arteriosclerosis). Debido a su pasión por la historia llegó a escribir dos
libros de investigación y divulgación sobre el general José de San Martín, “¿Conoce usted a San Martín?” (1984) y “La memoria de Guayaquil” (1991).
Fue
autor también de la autobiografía “De la
pampa a los Estados Unidos” (la versión en inglés, titulada The Challenging
Dream of Heart Surgery fue publicada en Boston por Little, Brown and Company en
1994), en el cual recuerda sus diez años de trabajo en equipo con eminentes
personalidades de la medicina durante su estancia en
Además,
su autobiografía denominada “Recuerdos de
un médico rural” tiene varias ediciones, la primera de ellas editada en el
año 1980.
Finalmente
su último libro “Don Pedro y la
educación”, se publicó en Buenos Aires por el Centro Editor de
Favaloro
fue miembro activo de veintiséis sociedades, correspondiente de cuatro, y
honorario de cuarenta y tres. Recibió innumerables distinciones internacionales
entre las que se destacan: el Premio John Scott 1979, otorgado por la ciudad de
Filadelfia, EE.UU; la creación de la Cátedra de Cirugía Cardiovascular “Dr René
G. Favaloro” (Universidad de Tel Aviv, Israel, 1980); la distinción de la
Fundación Conchita Rábago de Giménez Díaz (Madrid, España, 1982); el premio
Maestro de la Medicina Argentina (1986); el premio Distinguished Alumnus Award
de la Cleveland Clinic Foundation (1987); The Gairdner Foundation International
Award, otorgado por la Gairdner Foundation (Toronto, Canadá, 1987); el Premio
René Leriche 1989, otorgado por la Sociedad Internacional de Cirugía; el Gifted
Teacher Award, otorgado por el Colegio Americano de Cardiología (1992); el
Golden Plate Award de la American Academy of Achievement (1993); el Premio
Príncipe Mahidol, otorgado por Su Majestad el Rey de Tailandia (Bangkok,
Tailandia, 1999).
Un calvario hasta el triste final…
Hacia
el año 2000,
Desgranando
pesares, escribió: “Estoy pasando uno de
los momentos más difíciles de mi vida, la fundación tiene graves problemas
financieros. En este último tiempo me he transformado en un mendigo. Mi tarea
es llamar, llamar y golpear puertas para recaudar algún dinero que nos permita
seguir.”.
El
29
de julio de 2000 -el mismo día del cumpleaños de su amigo y cardiólogo
Luis de
(GENTILEZA
FAMILIA ARAZI)
Durante
su visita a esta ciudad, el afamado médico platense brindó una charla en el
Instituto Maimónides, siendo presentado por su colega, Eduardo Cohen Arazi.
Muy emotivo el relato, su muerte fue un golpe muy fuerte para los argentinos.
ResponderEliminarUn gran hombre que tuvo la sabiduría de no separar la tecnología del humanismo cometiendo la gran falacia de llamarla progreso.
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