El “muchacho” intendente
Hoy se cumplen 46 años de la desaparición física de Ernesto María Malére,
quien fuera un destacado dirigente de la política local, Intendente del Partido
de Azul en dos mandatos consecutivos, pero por sobre todo una persona querida y
respetada por la comunidad en general.
Por Eduardo Agüero Mielhuerry
Ernesto María Malére nació en Azul el 27 de enero de 1921. Sus padres fueron el ingeniero Pedro
Malére y la docente Ernestina Darhanpé. Tuvo dos hermanos:
Alejandro María y José María.
Cursó sus estudios primarios en el
Colegio “Inmaculada Concepción” y en la Escuela N° 17 “Bartolomé Mitre”. Sus
estudios secundarios los realizó en el Colegio Nacional “Esteban Echevarría”,
recibiéndose de bachiller y logrando convertirse en preceptor en 1937.
Durante 1939 y 1940 cursó en el Colegio
Militar de la Nación, pero debido a razones de salud debió regresar a
Azul. Por aquella época comenzó a desarrollar sus inquietudes e intereses por
la vida y obra del General José de San Martín, convirtiéndose en todo un erudito
en la materia.
Entre 1942 ingresó a estudiar en la Facultad
de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata, donde cuatro años después
obtuvo el título de abogado. Con las herramientas que su profesión le
proporcionó, pronto supo emplearlas en beneficio de la comunidad, hallando
cauce a sus inquietudes políticas en el flamante Partido Peronista.
En 1946 asumió como Sub Asesor
Ad-Honorem de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, en el Departamento
Judicial del Sud Oeste. Poco después, el comisionado Juan Carlos Peralta Reyes
(8 de septiembre
de 1946 - 31 de octubre de 1947), lo convocó -por primera vez- como Asesor
Letrado de la Municipalidad.
El “muchacho” Intendente
En pleno
comienzo de una nueva etapa histórica de nuestro país, los municipios iniciaron
sus campañas políticas para las elecciones que se realizarían el 14 de marzo de
1948. La atención de la comunidad se polarizó entre el candidato de la Unión
Cívica Radical y el del Peronismo. Respectivamente, por un lado, el destacado y
reconocido abogado Alfredo Prat, de dilatada trayectoria política y laboral, y por
el otro, el joven, también abogado, Ernesto María Malére. Éste último, quizá
como una novedad electoralista, realizó buena parte de su campaña en un Ford A voiturette modelo ’29, con una
fotografía suya y otra del presidente Perón pegadas en la puerta y en el baúl
del vehículo, desde el cual repartía folletería partidaria.
Los discursos políticos fueron sumamente
profundos, pero la suerte estaba echada. El Dr. Malére triunfó alcanzando 5.019
votos sobre los 3.891 que conquistó Alfredo Prat. Así fue como, por el camino
de las urnas, llegó al honroso cargo de Intendente constituyéndose, con tan
sólo 27
años de edad, en el Jefe comunal más joven que registra la historia
de este Municipio.
En apenas cuatro años, el flamante
Intendente realizó una serie de obras de pequeña y mediana envergadura que se
convirtieron en verdaderos pilares de desarrollo comunitario. Por ejemplo, se
concretó la instalación de una fábrica de ladrillos y mosaicos que
proveyó de materiales para la edificación de viviendas sociales.
Considerando al medio ambiente como un
factor fundamental para el desarrollo humano, planteó la ampliación del Vivero
Municipal y la ejecución de un ambicioso plan de arbolado urbano que
además incluyó la reforestación de algunos sectores del Parque, el Balneario y
la Costanera. Como nota de color, contribuyendo a la alegría de centenares de
chicos de la época (y hasta nuestros días), Malére propició la instalación del
trencito “El Pampita” en el Parque
Municipal.
Las plazas, como eje de reunión y
encuentro de los vecinos, fueron elementos a los que desde el Municipio se les
prestó especial atención. Cabe destacar la concreción de la Plaza
“Gral. Manuel Belgrano”, con el correspondiente descubrimiento del
busto en homenaje al ilustre creador de la Bandera.
Demostrando su amplio interés por el
bienestar social de la comunidad, Malére trabajó arduamente para la construcción
del Hogar
Granja “San Francisco de Asís”. Asimismo concretó la creación de las
direcciones municipales de Salud Pública y Asistencia Social. Y para “estar más
cerca de la gente”, hasta en los lugares más pequeños del Partido, creó las
delegaciones municipales ad-honorem de Ariel y Parish.
En el campo de la cultura fueron sus
iniciativas la creación de la Escuela Municipal de Música y Danzas;
la Banda
Municipal de Música; la Comisión Oficial de Investigaciones
Históricas y la instalación de la Imprenta Municipal, que contribuyó a
la difusión de muchísimo material literario originado en estas tierras.
Construyendo una identidad ciudadana
Una de las
preocupaciones del Intendente Malére fue la construcción de un perfil de ciudad
inclusiva, pero con elementos que nos caractericen y nos aúnen como azuleños.
En tal sentido, nos legó un Escudo y una Marcha.
En cuanto al
Escudo, los elementos que lo constituyen representan la producción, el paisaje,
el origen y la historia de Azul. La agricultura está presente en las espigas
estilizadas de trigo y la ganadería en las cabezas de ganado caballar y vacuno.
Los colores celeste y verde, ponen la presencia del cielo, con la idea de Dios
y nuestra bandera, y la pradera tierra fecunda. Sobre ambos se recorta la figura
del mangrullo, torre rústica de vigilancia, vigía de la civilización en el
corazón del “desierto”. El ondeado azul y blanco, trae el recuerdo del
característico Arroyo Azul. Finalmente la cruz y el tono rojo, simbolizan el
martirio de San Serapio, bajo cuya advocación se fundó el primitivo fuerte y la
violencia de la lucha en la frontera.
El lema “Siempre
fiel a la Patria”, que fuera agregado tiempo después, encierra en la
simplicidad de sus palabras la expresión indiscutible a la vista de la historia
de Azul.
Este emblema
fue diseñado por Ricardo Parpagnoli (h) y elegido por concurso. Tanto el Concejo
Deliberante como el Poder Ejecutivo, aprobaron su utilización desde el 23 de
enero de 1951.
Por su
parte, aunque actualmente resulte anacrónica en algunos conceptos, la Marcha
Oficial de Azul, fue compuesta por Armando G. Fittipaldi y aprobada el
19 de octubre de 1954.
El primer reelecto
En mérito a su dinámica gestión, su
Partido lo postuló para el período siguiente.
El 11 de noviembre de 1951 las urnas
volvieron a expresar la voluntad del pueblo. Ernesto María Malére fue el primer
Intendente de Azul en ser reelecto para un segundo mandato consecutivo. Triunfó
al obtener 11.570 sufragios contra su competidor, el radical Rodolfo Prat,
quien alcanzó los 8.090 votos.
Ernesto María Malére asumió su segundo
mandato, coincidentemente con el Día del Trabajador, el 1 de mayo de 1952. Con
el respaldo de la comunidad y una gestión exitosa como aval, se preocupó por
profundizar todas las medidas de carácter social y comunitario que venía
desarrollando. Por su parte, como si las tareas al frente del Poder Ejecutivo
no fuesen suficiente, sumó varias horas más a su accionar en la docencia,
ejerciendo, ad-honorem, en el Colegio Nacional, la Escuela
Normal y Comercial Anexo. Asimismo, reforzó un plan de becas que se
habían implementado desde el comienzo de su primer mandato.
En cuanto a obras públicas, propició el
ensanche de las avenidas 25 de Mayo, Piazza y Colón (hoy Pellegrini), y la
pavimentación de numerosas calles, extendiendo, a su vez, la red de alumbrado
público. Por otro lado, promovió la modernización del Mercado Municipal y
fomentó la urbanización de Villa Fidelidad, que por entonces se
había convertido en un barrio por demás relegado.
La modernización de la ciudad y la
ampliación de las bases sociales, generaron nuevas demandas de los vecinos, en
especial en lo que respecta a la salud pública. Atento a esta cuestión, Malére
apostó a una reforma estructural del Hospital Municipal “Dr. Ángel Pintos”,
incorporando nuevos servicios y equipamientos.
La irrupción de la
“Revolución Libertadora”
Los comicios
del 25 de abril de 1954 fueron auspiciosos, una vez más, para el Peronismo y en
especial el azuleño. El triunfo fue considerado aplastante, pues el dirigente Alberto
Rubens López Claro obtuvo 15.034 votos frente a los 9.080 que apoyaron
a su opositor, el radical, Juan Manuel Carboni. Por su parte, el reconocido Dr.
Ernesto M. Malére, fue electo Senador provincial. Sin embargo, la
alegría de la victoria duró muy poco…
López Claro asumió, en medio de convulsiones
político-militares, el 1 de mayo de 1955. A los pocos meses, a nivel nacional,
hicieron crisis las tensiones militares que habían comenzado a manifestarse
cuatro años antes y que, entonces, con el apoyo del mundo político opositor al
Peronismo, culminaron en la autoproclamada “Revolución Libertadora”, el
derrocamiento de Juan D. Perón fue inevitable y el gobierno quedó en manos del
Presidente de facto, general Eduardo Lonardi.
Azul sufrió
el enfrentamiento en carne propia cuando su Guarnición Militar, leal al
gobierno constitucional, entró en operaciones y fue bombardeada en
Azul comenzó a vivir una etapa de
inestabilidad política e institucional siguiendo el mismo y desgraciado sendero
que transitaba la Nación.
Para Malére, aquellos fueron años de
retorno a la profesión y la docencia, aunque muchas veces fuera
perseguido y hasta encarcelado por su “condición
de peronista”.
La literatura se convirtió en su refugio
más seguro, volcándose a lecturas clásicas e históricas, reforzando su pasión
por la vida de los generales San Martín y Belgrano y sus luchas emancipadoras.
Últimos años…
El 11 de marzo
de 1973 se realizó un nuevo llamado a elecciones en toda la Argentina. El
peronismo azuleño logró imponer a su candidato, el abogado Juan Carlos Peralta Reyes,
quien consiguió 14.099 votos contra 8.321 del radical Juan Carlos Di Bernardi.
Por su parte, en la provincia triunfó el peronista azuleño Dr. Oscar Raúl Bidegain,
y en la Nación Héctor Cámpora.
La asunción de
las nuevas autoridades se produjo el 25 de mayo de 1973, en un marco de
grandes celebraciones. Entre los
principales colaboradores que Peralta Reyes eligió para su gabinete, el Dr.
Malére, fue convocado nuevamente como Asesor Letrado.
Poco después, como en los comicios había
integrado la lista del Frente Justicialista de Liberación Nacional
como candidato a Consejero Escolar suplente, tras la renuncia del Sr. Gilberto
Alaye, Malére se incorporó al Consejo Escolar en mayo de 1974.
Estando en funciones, su salud comenzó a
sufrir un drástico deterioro debido a una grave enfermedad que no le dio
tregua, sin embargo, continuó trabajando con especial dedicación.
Ernesto
María Malére
falleció a los 54 años de edad, el día 8 de agosto de 1975.
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