Los hermanos Darhanpé
José
María y Eduardo Guillermo, fueron dos de los miembros de una familia que cobró
notoriedad en Azul gracias a las distintas tareas sociales y culturales en las
que se vieron involucrados, sin descontar su participación en otras actividades
ligadas a la política, la iglesia o la masonería.
Jules Romain Darhanpé y Marie Elene Esteguy, ambos de origen francés, se conocieron
tras su llegada al Río de la Plata, y contrajeron matrimonio en Paysandú,
República Oriental del Uruguay. Tuvieron nueve hijos, cuatro de los cuales
fallecieron a temprana edad. En el Uruguay nacieron los dos primeros: José
María, en 1872, y tres años más tarde, Eduardo Guillermo.
Radicados luego en Buenos Aires, nacieron Victoria, Justina y Ernestina.
José María
A muy temprana edad, con su
igualmente inquieto hermano, fundó el periódico “El Imparcial” en la
ciudad de Montevideo, medio que podemos presumir ha sido de reducida tirada y
corta existencia.
Siguiendo a su familia, más
puntualmente a su padre, se radicó en la ciudad de Buenos Aires, donde se abrió
frente a él un nuevo abanico de posibilidades. Prácticamente al mismo tiempo,
como Escribano (notario), resultó cofundador del Colegio de Escribanos de la
Provincia de Buenos Aires el 18 de febrero de 1889.
Estudió derecho, y aunque se dice
que ejerció como abogado, no hay pruebas documentales que lo respalden.
La familia Darhanpé volvió a
cambiar su domicilio y así se radicaron en Azul.
Aquí, José María comenzó a
ejercer como maestro en la Escuela Normal, en el mismo
establecimiento en el que estudiaban sus cuatro hermanos.
Lleno de inquietudes, junto a
otros Maestros Normales -incluido su hermano Eduardo-, en 1892, fundó la Biblioteca
Popular de Azul, la cual con el correr de los años se convertiría en un
faro cultural para toda la comunidad.
Al mismo tiempo, honrando las raíces
de sus padres, integró la comisión directiva de la “Sociedad Francesa de Socorros
Mutuos”.
Asimismo,
durante varios años trabajó como Secretario del Juzgado de Paz de Azul.
En 1894, fundó la que resultara
su obra más reconocida y perdurable. Aquél año nació el periódico “El
Imparcial”, del cual fue director y redactor.
José María contrajo matrimonio
con Amalia O’Connor y Rosendi (nacida en Mercedes, Buenos Aires, en el año 1876), con quien al menos
tuvo ocho hijos, todos los cuales nacieron en Azul: Amalia;
Julia Esther, José María, Enrique, Guillermo,
Alfredo,
Elena
y Adela.
Interesado por los quehaceres
locales, el progreso y la prosperidad de la ciudad, en el año 1900 José María
publicó la “Guía del Azul”, editada en la Imprenta Popular.
En 1905 retornó a la dirección de
su periódico, el cual se había convertido en el más importante e influyente de
nuestro medio.
En
el año del “Centenario de la Revolución de Mayo”, José María se instaló en la capital bonaerense con su familia, donde,
a pesar de sentirse aquejado por el imprevisto deterioro de su salud, comenzó a
desarrollar nuevos emprendimientos.
Repentinamente,
José María Darhanpé falleció en La Plata en el año 1914.
Su
esposa, Amalia, era propietaria de la Farmacia “La Estrella” (nombre particular
si tenemos en cuenta la Logia a la que pertenecía su difunto esposo), en la
ciudad de las diagonales.
Eduardo Guillermo
Fue
cofundador de “El Imparcial” de Montevideo y arribó a nuestra ciudad con sus
padres y hermanos tras algunos años de estadía en Buenos Aires.
Se
graduó como Maestro de la Escuela Normal en 1891, junto a Manuela Alonso,
Matilde Abeberry (hija del reconocido Martín Abeberry), Carmen González y
Arturo López Claro.
Al año siguiente, junto a su
hermano y otros docentes de la Escuela Normal fue fundador de la Biblioteca
Popular de Azul. En 1895 se convirtió en su Secretario, y aunque luego
no aparecería ocupando cargos relevantes en la Comisión Directiva de la misma,
siempre fue un férreo sostenedor de la brillante institución.
Cuando
en 1896 se constituyó el “Centro Uruguayo de Azul”, con
muchos adherentes, la comisión directiva quedó conformada con Gustavo Duprat
como presidente, secundado por Eduardo G. Darhanpé desempeñándose
como Secretario,
Juan B. Abreo como Tesorero y los vocales Pedro Hardoy, Francisco Vigna, Simón
Vigna, Carlos Viana, Juan P. Iriarte, Santiago Moya, Felipe Vigna y Carlos
Milone.
Tras el
nacimiento de su primogénito, al que bautizó con el nombre de su padre, Julio
Román, acaecido el 25 de enero de 1899, pocos días
después Eduardo contrajo matrimonio en la Iglesia de Azul, el 1 de
febrero, con Julia Celia Laborda.
La
pareja tuvo al menos diez hijo, todos los cuales nacieron en Azul: el ya
mencionado Julio Román, Eduardo Guillermo, Alicia, Julia Celia, José,
Nicolás,
Ernesto
Uruguayo, Gilberto Florencio y dos niñas de las cuales solamente se recuerdan
sus sobrenombres: Coca y Peta.
Habiendo sido Auxiliar
de su padre Julio Román, que actuaba como Tesorero de la intendencia de Manuel
Toscano (1891-1893), Eduardo continuó involucrado en la política e
interesado profundamente en las cuestiones públicas. Así fue como se encolumnó
bajo las ideologías del Dr. Ángel Pintos, quien tuvo un
meteórico ascenso en el mundo de la política local (y de Olavarría), gracias a
sus claras y concisas ideas que buscaban el progreso del pueblo, habiendo sido
inclusive candidato a Vice gobernador bonaerense. Eduardo se convirtió en su Secretario
y mano derecha durante un largo tiempo.
Al
convertirse en intendente don Federico Urioste, Eduardo comenzó a
desempeñarse como Secretario del Concejo Deliberante.
Eduardo actuó en “El Imparcial” como redactor, siendo
sumamente duro con la Iglesia, enfrentándose abiertamente en muchas
oportunidades. Inclusive, junto a Manuel G. López, quien fuera el
primer bibliotecario de la Biblioteca Popular y escribiera en el periódico bajo
el seudónimo “Tubalcaín”, supieron alzar grandes polémicas en repudio del
catolicismo y de la monumental obra que se elevaba con la construcción de la
actual Catedral, polémicas que muchas veces resultaron estériles ante el
infatigable trabajo que comenzó a realizar el joven sacerdote César
A. Cáneva. Cabe resaltar que tanto Eduardo como Manuel formaban parte (inclusive
José María) de la Logia “Estrella del Sud” N° 25 que actuaba en nuestro medio.
Hacia finales de 1905 y
principios del año siguiente, reemplazó en la dirección del periódico a su
hermano José María.
En 1917 fue director de la Escuela N° 7.
Tras el fallecimiento de su hermano mayor, Eduardo y su
esposa decidieron mudarse a la Capital Federal junto a sus hijos, en busca de
nuevos aires, dado que la situación del periódico dejó de ser la mejor.
Ocupó un puesto en el magisterio
de la Capital Federal y otro en la
redacción del afamado diario “La Prensa”. En dicho periódico
continuó profundizando su oposición al radicalismo, en contra del cual había
entablado tantas luchas políticas a través de sus editoriales en “El Imparcial”
enfrentados a los de “El Ciudadano” azuleño.
Repentinamente,
tuvo que abandonar toda actividad, pues una cruel enfermedad fue minando su
organismo.
José María Darhanpé junto a su esposa Amalia
O’Connor.
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