Antecedentes de la
pelota a paleta en Azul
Por Eduardo Agüero Mielhuerry
En su libro “Historia del antiguo pago del Azul”,
el historiador Alberto Sarramone afirma: “Creemos
que la pelota a paleta fue el primer deporte moderno que se practicó en Azul,
traído por los muchos vascos de ambos lados del Pirineo que por aquí andaban en
el siglo pasado, aunque con predominio de los vascos franceses (…). Andrés
Otegui, que tuvo hornos de ladrillos por 1866, edificó una cancha de pelota muy
importante, donde se realizaban cotidianos encuentros de este deporte (…) y
además encuentros extraordinarios, donde se ponía mucha fuerza y también plata,
porque las apuestas eran por importantes sumas de dinero entre los jugadores,
sin contar las que se jugaba el público de afuera y no a partido entero, sino
‘por tanto’ para hacerlo más entretenido…
Otra cancha de
pelota muy famosa y concurrida fue la de Pedro Iturralde, que había llegado a
Azul por 1860, en calle Bolívar y Lavalle. Había otra cancha en la avenida
Mitre entre Burgos y Uriburu, llamada ‘Laurak Bat’ (Cuatro en uno), en euskera…
En la esquina de
Burgos y Entre Ríos, frente a la peluquería de Enrique Garabaglia, seguramente
propiedad de Juan Uhalde, o en la cercanía, estaba la cancha de pelota a paleta
de Cristo. (…)”.
A colación de lo detallado por
Sarramone, es importante agregar que la cancha ubicada entonces en la avenida
Comercio (actual Av. Bartolomé Mitre) entre Cnel. Burgos y Buenos Aires (luego
Gral. Uriburu, actual Intendente Prof. Rubén C. De Paula) supo ser también de
Andrés Otegui y allí funcionó el Teatro Unión que desapareció tras un
incendio en 1893. El historiador las menciona como si se tratase de dos lugares
diferentes, es decir, la cancha edificada por Otegui y la cancha de la Avenida,
lo cual es altamente probable pues éste último predio tuvo varios dueños. Por
el otro lado, la colectividad de residentes españoles en Azul tuvo una
presencia consolidada y organizada desde 1882 con la fundación de la Sociedad
Española de Socorros Mutuos, en la popular cancha de pelota a paleta de
Otegui, ubicada entonces en la calle Colón N° 70 (antigua numeración).
Otra cancha histórica…
Otra cancha de pelota (y fonda)
famosa era la de Miguel Olasagasti, ubicada a pocas cuadras de la
Estación del Ferrocarril, en la avenida La Plata N° 70 (luego Av.
Centenario, actual Av. César A. Cáneva). De origen español, casado con su
coterránea Josefa Rezola, Miguel tuvo al menos tres hijos: Fructuoso,
Rafael María y Sara Alejandra. Fructuoso Olasagasti había nacido en
Azul el 28 de abril de 1890. Desde pequeño “mamó” en su hogar la pasión por el
deporte vasco que su padre ágilmente practicaba, pero por sobre todo fue un
meticuloso observador de los parroquianos que se acercaban a la fonda para
luego terminar la jornada jugando y apostando. Entrado el siglo XX, Fructuoso
se convirtió en un notable referente de la pelota a paleta de la ciudad y la
zona. De hecho, en 1935, el Club de Remo
salió campeón provincial, por primera vez, con la pareja de 1ª categoría
formada por él, jugando como delantero, y Federico Berdiñas (h), de zaguero.
Asimismo, fue un destacado dirigente del Club
Alumni Azuleño.
Una crónica de la década del ’80,
en el diario “El Tiempo”, destacaría a varias figuras en un simple pero
contundente párrafo: “Azul por años fue
epicentro del tradicional deporte posibilitando la aparición de figuras de la
calidad de Fructuoso Olasagasti, los hermanos Berdiñas, posteriormente una gran
figura ya desaparecida que se afincó en nuestra ciudad dejando tras su paso una
muestra de calidad y garra deportiva como lo fue Alfredo Miguelez (…).”.
De
los Vascos a Athletic
En su libro “Historia de la arquitectura de Azul”,
el arquitecto Augusto Rocca narra: “En
1908 existía el Club Atlético Azuleño, que tenía su campo de deportes en la
Plaza Gral. Rivas, que hoy forma parte del Parque Municipal. Esta institución
tuvo una vida efímera y en 1910 había dejado de existir. En 1912 nacieron dos
nuevos clubes de fútbol: el Azul Central y el Dublín. Desafortunadamente, éstos
también se disolvieron rápidamente. Sin embargo, de entre sus integrantes
surgieron los hombres que en 1913 fundarían los dos más grandes y tradicionales
clubes de fútbol de nuestra ciudad: Alumni Azuleño y Athletic Club.
La
reunión preliminar para la fundación del Azul Athletic tuvo lugar el 23 de
marzo de 1913 en el antiguo Bar Roma. Allí estuvieron presentes los hermanos
Juan y Severo Caputi Ferreyra (hijos del constructor José Caputi), Julio Mugueta,
Alejandro Elizagaray, Juan M. Zanatta y otros más. Cuatro días después, el 27
de marzo, se realizó una segunda reunión
en el casino de oficiales del Batallón II de Ingenieros, en la que se
fundó el Azul Athletic Club. (…). En 1927, el club compró la sede de la
mencionada asociación Zazpirak Bat, ubicada en Burgos 524, Allí existía desde
1910 una cancha de pelota a paleta llamada ‘Centenario’, que había sido
adquirida por la institución vasca en 1911.
Cuando Athletic
compró la propiedad, inmediatamente inició una completa remodelación del
edificio (…). El proyecto fue concebido por el arquitecto Alberto Reyes Oribe (…).
La cancha de paleta –que sólo fue reacondicionada- y los vestuarios quedaron
terminados a los pocos meses; fueron habilitados el 8 de septiembre de 1928 y
se inauguraron oficialmente el 20 de octubre. El resto de obra llevaría un poco
más de un año para su terminación. El edificio, que fue inaugurado el 6 de
julio de 1930, es una de las más espléndidas obras de arquitectura de la ciudad.
(…).”.
EL
DATO:
El presente es un adelanto del capítulo correspondiente al libro
“Alfredo ‘Paisano’ Miguelez, pelotari”, que el autor presentará el próximo 26
de marzo en la sede del Athletic Club a las 19:30 Hs.