jueves, 7 de abril de 2022

Símbolo de redención

                                                             Símbolo de redención

 

Hoy se cumplen 95 años de la trágica muerte de Santiago Monetti, quien fuera el artífice y principal hacedor de la Cruz entronizada en la cúspide de la torre de nuestra Iglesia Catedral “Nuestra Señora del Rosario”. Mucho se ha dicho, pero la verdad es una…

 

Por Eduardo Agüero Mielhuerry

 

El anteúltimo día de marzo de 1927, el “Diario del Pueblo” brindaba detalles de las obras que se ejecutaban en la Iglesia “Nuestra Señora del Rosario” (futura Catedral):

La torre de la Iglesia.- Ya se ha colocado parte del esqueleto que forma parte de la obra de ampliación, en mayor altura, que se efectúa en la torre de la iglesia parroquial, pudiéndose apreciar la altura que adquirirá, por cierto bien apreciable, ya que ésta tiene 9 metros, fuera de la cruz, que tiene aproximadamente 5 metros.

Como ya hemos informado, estos armazones han sido hechos en la acreditada herrería del señor Alfonso Bugallo, siendo la cruz muy artística, por lo que ha de ofrecer en realidad un aspecto magnífico.”.

La actual Cruz fue construida en la Herrería de Alfonso Bugallo, y en ella trabajaron Alejandro Boggi, José Calandra, José Ciano, Miguel Greco, Cataldo Barbieri, Carmelo Greco, José Lavolpe, Raúl Borneo y Santo Valicenti, dirigidos por el experto en hierro, Santiago Ricardo Monetti. Tiene dos metros y medio de alto y es una admirable obra de herrería artística.Las aristas están adornadas con flores estilizadas.En un artículo en el diario“El Tiempo”, del sábado 19 de octubre de 1968, titulado “La Cruz de nuestra Catedral”, se cuenta:

“(…) es una obra admirable de herrería artística realizada en los talleres de una empresa genuinamente azuleña, que ya no existe. Nos referimos a la Herrería Bugallo, que cerró sus puertas el 19 de marzo de 1948, después de 53 años de intensa actividad, durante los cuales fueron hechos innumerables trabajos que el transeúnte de hoy puede apreciar en puertas, balcones, verjas, etc. de diversas construcciones antiguas de nuestra ciudad.

La Cruz de nuestra Catedral (…) fue construida cuando ya la Herrería Bugallo –con el señor Alfonso Bugallo al frente- estaba instalada en la calle Moreno entre 9 de Julio y Roca, adonde se trasladó después de ocupar un local de las calles Bolívar y Moreno. Con anterioridad la herrería estuvo ubicada en las calles Bolívar y Rivadavia, donde comenzó su cincuentenaria trayectoria bajo la dirección de su fundador, don Antonio Bugallo. Trabajaron el hierro las habilísimas manos de un experto en la materia: Santiago Monetti, secundado por Alejandro Boggi y José Calandra, todos bajo la vigilante mirada de don Alfonso Bugallo. (Por rara coincidencia, Monetti –verdadero artista del hierro- murió la misma noche en que la Cruz salida de sus manos brillaba en la noche, cual un segundo lucero, en la cumbre de la majestuosa Catedral).”.

 

 

El destino del artista

 

 

            El “Diario del Pueblo”, en su edición del viernes 8 de abril de 1927, describía el episodio que se desarrolló en la noche anterior que terminara con la trágica muerte del herrero Monetti, principal realizador de la Cruz encomendada a la Herrería Bugallo:

 

“Anoche fue muerto un hombre de un puñetazo. Pormenores del suceso y declaraciones de testigos presenciales.- Anoche, en el almacén y despacho de bebidas que el señor Enrique Garavaglia tiene instalado en la esquina de las calles Burgos y Entre Ríos ocurrió un suceso que pasamos a relatar en todos sus pormenores:

Eran las 23:30 horas y se hallaban en el negocio su propietario señor Enrique Garavaglia, su hijo y dependiente José Garavaglia, y los parroquianos César Dulbecco, Santiago Monetti, Urpiano Martínez y Benjamín Negrini.

Parece que entre los dos primeros, que se hallaban en evidente estado de ebriedad se produjo un altercado por el pago de las copas y luego se discutió sobre el poder de las trompadas, diciendo Monetti que él era capaz de voltear un hombre de una trompada. A estas palabras contestó Dulbecco con una formidable trompada que dio en la sien izquierda de Monetti, quien cayó pesadamente en el suelo y sin pronunciar palabra alguna. Al concurrir las demás personas en auxilio del caído, se comprobó que Monetti por el efecto de la trompada había fallecido.

Dulbecco inmediatamente se dio a la fuga y después de una hora fue detenido en la calle Guido Spano y Burgos por el cabo Blas Zárate y el agente Juan Huertas, siendo conducido a la comisaría local donde se halla detenido e incomunicado.

El cadáver de Monetti fue llevado al Hospital Municipal a los efectos de practicársele la autopsia.

Dentro y frente al negocio se reunió un numeroso público que comentaba lo ocurrido.

(…) Esta mañana visitamos a los dueños del negocio donde se produjo el hecho, quienes nos relataron lo ocurrido en la siguiente forma:

A las 21 horas llegaron al negocio los jóvenes Vidal, Giménez, Lefebre y Dulbecco, quienes después de tomar una vuelta y a invitación de Giménez pasaron al salón de billar, jugando hasta las 21:45 horas, regresando nuevamente al despacho donde volvieron a tomar dos vueltas y en la última, a proposición de Giménez, el primero que hablara le correspondía jugar, resultando castigado el joven Lefebre. En esas circunstancias llegó Monetti y se dirigió al mostrador e invitó al grupo a tomar una vuelta que él pagaría. Solamente aceptó Dulbecco y los demás le expresaron sus propósitos de retirarse, lo que no hicieron a pedido de Dulbecco.

Se hallaban bebiendo Dulbecco y Monetti y en tales circunstancias dijo el primero que Monetti no le resistiría una trompada en el corazón, contestando el aludido que si él le pegaría una trompada se la resistiría. Dulbecco le contestó que él se dejaría pegar una trompada en el corazón pero en la condición que si la resistía se la iba a contestar con una trompada en los ojos.

Viendo que la conversación se excedía de los límites de amistad y con miras de terminar en una pelea, intervino Giménez haciendo ver a Dulbecco que si habían ido era a divertirse y no a salir peleando. Como Dulbecco insistiera en pelear, Giménez, Lefebre y Vidal abandonaron el local, quedando en su interior Monetti, Dulbecco, Martínez y Negrini, éstos dos últimos ajenos a la discusión.

Dulbecco lo desafió a  Monetti a pelear afuera en virtud de que Garavaglia lo invitó a que se fuera. Como Monetti se quedara en el negocio, aquél volvió y se encaró nuevamente con Monetti, diciéndole ‘Ud. no es hombre para mí’, y Monetti le respondió ‘Yo soy hombre’ y sin pronunciar ninguna palabra Dulbecco le aplicó un fuerte golpe de puño directo a la sien. Monetti dio una vuelta y cayó pesadamente en el suelo, comprobándose que había fallecido.

Nos hicieron destacar el hecho que la muerte se ha producido por el golpe y no por haberse golpeado en una mesa, la cual estaba distante de donde cayó Monetti y no fue tocada para nada.

Dulbecco fue tomado de la corbata por Garavaglia, pero logró desprenderse y se dio a la fuga y luego fue detenido en una pieza que tiene en Guido y Spano y Burgos.

La víctima era uno de los mejores obreros de la herrería Bugallo, donde estaba bien acreditado y ganaba un respetable jornal. Ayer acababa de terminar la cruz de la Iglesia.

Si bien le gustaba la bebida, poseía un carácter amable y era enemigo de discusiones y peleas. Deja a su familia que la forman 11 hijos a la cual mantenía con el fruto de su honrado trabajo. (…)”.

 

Santiago Ricardo Monetti, era un destacado herrero que había tenido su propio taller y luego se había unido a la reconocida herrería de Alfonso Bugallo. Como cuentan las crónicas de la época, el mismo día que culminó la realización de la artística Cruz que finalmente se colocó tiempo después en la futura Catedral, perdió la vida en un absurdo episodio en el que “ambos contendientes se hallaban beodos”, como titulara algún periódico.

Soltero, estaba en pareja con Concepción Villa. A los 41 años de edad, era padre de 11 hijos (tres más fallecieron pequeños). La numerosa familia vivía en un modesto hogar en la calle Salta entre la avenida 25 de Mayo y Moreno.

Sus restos fueron inhumados en el Cementerio Central, el 8 de abril de 1927. Según el registro del Cementerio la causa del fallecimiento fue “Hemorragia cerebral traumática por homicidio”. Su féretro fue depositado en la sepultura 72, SEC. 4, TAB. 1, SER. 2.

            Sus hijos se dispersaron por distintas ciudades. Concepción se fue con alguno de ellos a la ciudad de La Plata. Cuando ella falleció, por iniciativa de sus hijos, trasladaron los restos de Santiago, el 26 de agosto de 1948, al Cementerio de la capital provincial para que descansen juntos.




De izquierda a derecha: Alfonso Bugallo, Santiago Monetti, Alejandro Boggi y José Calandra, posando junto a la delicada obra. Esa misma noche, Monetti perdería la vida…



                EL DATO: La presente nota es parte del aporte realizado por el autor a la obra de la fallecida historiadora local Norma Iglesias, “La Casa de Dios. Historia de la Iglesia Catedral ‘Nuestra Señora del Rosario’ de Azul”, próximo a editarse.