Hasta el “Reloj de la Paz”
Por Eduardo Agüero Mielhuerry
El 1 de noviembre de 1896, abrió sus
puertas en Azul la Joyería y Relojería “Calderaro”, de Agustín Calderaro, en un
local ubicado en calle San Martín entre Buenos Aires (luego Uriburu, actual De
Paula) y Moreno, para al poco tiempo trasladarse al flamante local en la Av. 25
de Mayo 624 entre San Martín y Alsina (actual Yrigoyen).
Dicha propiedad, habilitada en 1905, fue construida por José
Caputi (Sanseverino Lucano, Prov. de Potenza, Italia, 1848- Azul, 1931),
siendo la planta baja erigida para local comercial y la superior para vivienda
familiar.
La firma Calderaro
inmediatamente cobró notoriedad en nuestro medio, no sólo por la calidad de las
piezas importadas que lucían en sus vitrinas y vidrieras, sino también por el
altísimo nivel de los trabajos de relojería ejecutados.
Los momentos de Dios
Atento a
los requerimientos de la ciudad, Agustín Calderaro puso su impronta en
muchísimos edificios. Tal como destaca la historiadora azuleña Norma Iglesias
en su libro “La Casa de Dios”, la actual Iglesia Catedral “Nuestra Señora del
Rosario” se vio beneficiada por un singular obsequio:
“El domingo 5 de octubre de 1919, el periódico local “La Razón” informaba:
‘Valiosa
donación.- El señor Agustín Calderaro ha donado un hermoso reloj de cuatro
esferas para la torre de nuestro templo, obra ejecutada por el mismo artista en
nuestra ciudad. Se trata de una obra de arte, que llamará justamente la
atención, por la que felicitamos al señor Calderaro.’.
El reloj que tiene cuatro cuadrantes, está colocado
por encima del campanario y por debajo del arco conopial. En épocas de su
colocación daba las horas y los cuartos de hora. La máquina, de origen alemán, había sido adquirida al
importador Pablo Sach en septiembre
de 1916, pero el desarrollo de la Primera Guerra Mundial retrasó su arribo a
Azul y se incrementó su costo. La intervención de Calderaro destrabó el
problema y desde la instalación recién concretada en 1923, el equipo fue
atendido durante mucho tiempo por el propio donante.”.
Pero
el legado de Agustín Calderaro llegaría más lejos…
El “Reloj de la Paz”
En noviembre de 2018, en la ciudad de Chivilcoy,
en la provincia de Buenos Aires, se llevó a cabo un importante acto que fue
descripto en varias redes sociales y periódicos. Entre las diversas notas vale
la pena rescatar la siguiente:
“El ‘Reloj de la Paz’ de la iglesia del
Rosario que comenzó a funcionar en el mes de enero de 1928.
Recientemente,
merced a la excelente iniciativa y la empeñosa labor, del titular de la
parroquia San Pedro Apóstol, presbítero Hernán Lucía, y el estimable respaldo y
apoyo, de la actual gestión municipal, del Dr. Guillermo Alejandro Britos, se
restableció el funcionamiento, después de largos años de inactividad, del
antiguo e histórico Reloj de la Paz, ubicado en una de las torres, del templo
mayor de Nuestra Señora del Rosario.
Los
orígenes de dicho Reloj, se remontan, a una plausible inquietud, de la polifacética
e ilustre benefactora lugareña, escritora, conferenciante, periodista y
docente, Doña Dorotea Duprat de Pechieu, nacida en 1843 y fallecida el 30 de
enero de 1932, quien, hacia fines del mes de octubre de 1918, propuso la idea,
de dotar a la ciudad de un “Reloj de la Paz”, con motivo de la finalización, de
la sangrienta y trágica primera guerra mundial.
En
una carta, dirigida al entonces intendente municipal de Chivilcoy, Dr. Luis
Tiscornia, que está fechada el 31 de octubre, Doña Dorotea Duprat de Pechieu,
puntualizaba: ‘Vengo a solicitar su asentimiento y su influyente cooperación,
para abrir una subscripción popular, a fin de dotar a esta ciudad, con un gran
reloj que suene la hora, destinado a perpetuar en la mente de las generaciones,
el recuerdo del regocijo de la paz. Se llamará: El Reloj de la Paz. Su
colocación indicada, es una de las torres de la iglesia parroquial’.
La
citada inquietud, se materializó, en diciembre de 1927, siendo titular la
parroquia, el presbítero Dr. Pedro Ondarcuhu, con la colocación de un reloj,
fabricado por la Casa Calderaro e Hijos, de la ciudad bonaerense de Azul, que
fue puesto en marcha, en el mes de enero de 1928. Los respectivos trabajos de
instalación, los llevaron a cabo, José Calderaro y Domingo Yanuale, de la firma
Calderaro, y las conexiones eléctricas, las efectuó el técnico, José Catenaro.
Con
posterioridad, el mantenimiento de la máquina, estuvo a cargo, de diferentes
relojeros locales, hasta que, en 1979, el antiguo reloj, detuvo, por largos
años, el ritmo y el recorrido circular, de sus fieles agujas. A principios de
la década de 1990, por una feliz y ponderable iniciativa, del vecino
chivilcoyano, José María Lagrotte, y el caracterizado relojero, Luis De Paulo,
se reparó, restauró y, puso otra vez, en funcionamiento, la vetusta y
entrañable máquina. Tiempo después, la inauguración del Reloj de la Paz, se
realizó el 25 de junio de 1993.
En
el interesante e ilustrativo folleto, titulado ‘Templo Nuestra Señora del Rosario
– Breve reseña histórica-’, editado por la Parroquia San Pedro Apóstol, en
1995, con motivo del glorioso Centenario del templo mayor de Nuestra Señora del
Rosario, encontramos una nota, de la profesora de Historia, Analía Gallo,
titulada: ‘El reloj de paz, el reloj de la esperanza’, la cual, ofrece una
significativa y valiosa reseña, acerca del historial, del ya legendario ‘Reloj
de la Paz’. La profesora Analía Gallo, finaliza dicho artículo evocativo,
expresando: ‘Antiguo Reloj de la Paz, guardián de nuestros sueños y testigo de
nuestra historia, al que hoy, nos atrevemos a llamar Reloj de la Esperanza: la
esperanza, de un conjunto de hombres, que nos dieron una lección de esfuerzo y
voluntad’.”.
Dicha buena noticia para los
chivilcoyanos tiene como breve corolario la nota que se publicara en el
periódico azuleño “El Ciudadano”,
en su edición del martes 3 de enero de 1928, en la que se
hace referencia a los importantes trabajos de la Casa Calderaro no sólo en Azul
sino en diversos lugares del país y el mundo:
“Industrias
Azuleñas. La fabricación de relojes de alta precisión.- No es para nadie un
misterio que en Azul tenemos un verdadero artista en la fabricación de relojes
de torre de alta precisión. Ocupa ese sitial el conocido relojero y joyero
señor Agustín Calderaro que con sus innegables aptitudes artísticas y su
demostrada contracción al trabajo, ha colocado un broche de oro en las
actividades azuleñas que, desde luego, le honran mereciendo consideración
general.
Una ligera reseña de los relojes que ha construido
para diversos pueblos de este país y de la misma Italia, de donde viniera en su
juventud lleno de ensueños y pletórico de inclinaciones al trabajo el señor
Calderaro, atestigua lo que decimos, colocando al Azul en un sitial distinguido
en el renglón de sus artes e industrias. Héla ahí:
Máquinas de reloj construidas y
colocadas por la casa:
Iglesia Parroquial, Accua Freda
(Italia); iglesia Parroquial Villa Mare (Italia); iglesia Parroquial San
Constantino de Rivello (Italia); Banco Comercial de Azul, Azul F.C.S.; Iglesia
parroquial del Azul; Banco de la Nación Argentina Trelew (Chubut); Iglesia
Metodista Episcopal, Venado Tuerto (Santa Fe); Intendencia Municipal, Coronel
Suárez; Joyería de Juan J. Balderrín, Lincoln; Joyería Grianta y Pangallo,
General Pico (Pampa Central); Joyería Calderaro, Azul; Iglesia Parroquial de
Chivilcoy.
Los planos y modelos son trazados
por Agustín Calderaro (padre) y ejecutados en los talleres de la casa bajo la
dirección de José Calderaro.
Además de los 12 modelos distintos
de su fábrica puede ejecutar cualquier modelo del gusto del cliente.
En esta casa se modela y se funde el
bronce y se fabrica desde el primer tornillo hasta la terminación total de las
máquinas.
Actualmente se halla en Chivilcoy
Domingo Yanuale en representación de la firma, colocando en la iglesia el reloj
cuyos cuadrantes miden 1.70 m. de diámetro.
Ha de complacer sin duda alguna esta breve nota que
al correr de la pluma formulamos en el deseo de hacer presente a nuestros
lectores esa verdadera premisa industrial que encarna el señor Calderaro que a
pesar d estar enfermo, tullido, sin poderse mover, continúa fabricando sus
eximios relojes de torre dando un robusto ejemplo de energía moral y amor al
trabajo que esta vez en tan noble situación ya lo creo que ratifica aquel
enunciado de que honra y dignifica.”.
Actualidad…
La Joyería y Relojería “Calderaro” aún sigue marcando los tiempos azuleños, constituyéndose en el local comercial más antiguo de la ciudad con sus puertas abiertas…
El "Reloj de la Paz" está en la torre izquierda, cerca de la cúpula.
Muy interesante la nota sobre la joyería Caldelaro.La sabía muy antigua,creo que el comercio que actualmente es el más antiguo de Azul.Tampoco conocía la actividad de los relojeros fuera de nuestra ciudad.Feliciti a Eduardo y en forma especial a las inquietas Claudia y Miriam
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