domingo, 6 de julio de 2025

Historias de hoteles: EL GUSTO ESTÁ EN LA VARIEDAD

                                     El gusto está en la variedad 

 

“Hotel de Clarac” y “Hotel del Comercio”

  

            “El Eco del Azul” del 27 de enero de 1883, publicitaba al “Hotel del Comercio”, más ampliamente conocido por el apellido de su dueño o cabeza de la sociedad propietaria, el francés Juan Clarac (1825-1893), que había iniciado actividades la década anterior:

             BAILE DE MÁSCARAS para el sábado y domingo en el SALÓN DEL HOTEL CLARAC. El Salón estará lujosamente adornado, no habiendo los empresarios reparado en gasto alguno para agradar al público.

            Habrá un buen servicio de fiambres, bebidas y licores de superior calidad.”.

             Hijo de inmigrantes francés, Benito E. Bidaillet (1858-1925), estuvo algún tiempo en Azul para convertirse en propietario y administrador del “Hotel del Comercio”, ubicado en la actual calle Yrigoyen entre Colón y Rivadavia, a pasos donde en un futuro se instalaría el “Hotel Argentino”, hoy “Demetrio”.

            En el periódico azuleño “La Enseña Liberal” del 8 de junio de 1886 se difundía:

             “Hotel del Comercio. A mis amigos y al público en general. Pongo en conocimiento de todos mis amigos en particular y del público en general, que he comprado a D. Juan L. Basque, todas las mercaderías del Café y Restaurant del Comercio, conocido por de Clarac, habiendo también alquilado sus existencias introducido en él grandes mejoras para mayor comodidad de las personas que se sirvan honrarme con su asistencia, teniendo para el efecto cuartos amueblados para familias y hombres solos, cocina a la francesa, servicio activo y esmerado, precios módicos, comodidad para carruajes y caballos.

Seguro estoy que todos los que visiten una vez esta casa quedarán satisfechos.
Benito E. Bidaillet

HOTEL DEL COMERCIO

64-ALSINA-64

ENTRE COLÓN Y RIVADAVIA

AZUL”

             Poco más tarde se promocionaba:

 

Hotel del Comercio

(antes de CLARAC)

En virtud de las grandes mejoras introducidas en este acreditado establecimiento, ha quedado en condiciones suficientes para poder el que suscribe ofrecerlo al público en general, garantiéndole:

Servicio esmerado.

Precios módicos

Vinos finos de todas clases. Cuartos amueblados. Corralón para carruajes. Etc.

Calle de Alsina 62 – Azul

Entre las de Colón y Rivadavia.

Benito E. Bidaillet”

 

            Sin saberse exactamente cuándo, Bidaillet dejó atrás Azul junto a su familia, para convertirse en “comisionista” en la Capital Federal.

            Vale marcar como detalle que el nombre “Comercio” sería posteriormente utilizado por Mariano Castellote para nombrar a su café y restaurante ubicado en la esquina norte de Colón y San Martín, a finales del siglo XIX. Y finalmente, iniciado el XX, por Pedro María Iturralde, poseedor de la fonda “El Potrillo” y “Hotel Comercio”, en la esquina este de Bolívar y Lavalle.

  

“Hotel de Londres” y “Modesto Hotel”

 

             En su libro “Historia del antiguo pago del Azul”, el Dr. Alberto Sarramone cuenta:

             “En el Azul cosmopolita del siglo XIX, había para todos los que a estas tierras generosas vinieran y naturalmente no podía faltar el ‘Hotel de Londres’, atendido no por un inglés, como pudiera pensarse, sino por alguien que respondía al itálico nombre de Modesto Marquesini, ubicado en Belgrano y Moreno.”.

     La ubicación dada por el historiador fue al menos la segunda de dicho hotel, pues un anuncio en “La Enseña Liberal” del 20 de mayo de 1886 decía:

             “Se alquilan 3 piezas.- 3 piezas buenas, bien ventiladas, con puertas a la calle Alsina, se alquilan amuebladas o sin muebles en el Hotel de Londres. Para tratar, ocurran al mismo, a cualquier hora.”.

             No podemos afirmar que el lugar haya pertenecido también a Marquesini, pero si es cierto que en “El Imparcial” del 14 de diciembre de 1901 se promocionaba el restaurante que poseía en el “Mercado Municipal” ubicado en la esquina este de Av. 25 de Mayo y San Martín:

             “RESTAURANTE DEL MERCADO.- ‘EL PORVENIR’ de Modesto Marquesini. Comidas y fiambres a todas horas. Ravioles, tallarines y mayonesas a domicilio. Se admiten pensionistas. Calle San Martín – AZUL”.

             Tiempo más tarde, en el mismo medio, el 4 de febrero de 1905, se anunciaba:

             “DOS PALABRAS: ‘Modesto Hotel’.-Aviso a mi clientela y al público que el 15 del próximo febrero inauguraré mi nuevo “Modesto Hotel” en el antiguo local del Hotel Vilatte, Burgos esquina Juárez, a tres cuadras de la plaza, donde mis favorecedores encontrarán toda clase de comodidades, como ser: buena mesa, quizá la mejor, limpias y amplias habitaciones, baños, corralón y un servicio especial para familias, óleos y bautismos.El ’Modesto Hotel’, no gastará mucho en lujo, pero será confortable.MODESTO MARCHESINI.”.

         Sin embargo, el hotel no mantuvo por mucho tiempo sus puertas abiertas porque en el periódico“El Porvenir”del martes 8 de mayo de 1906 se informaba a la comunidad:

            TALLER MECÁNICO. -El Taller Mecánico del Sr. Fernández que estaba en la calle San Martín frente al Banco Comercial, se ha mudado a la calle Burgos y Juárez donde estuvo el hotel Marquesini. Quedan enteradas las numerosas relaciones comerciales de esa casa”.

 

 Hotel “Buena Sopa”

  

            Siguiendo la expresión francesa “Bonne Soupe”, uno podría pensar que “Si la sopa es buena, se repite” y aparentemente eso sucedía en Azul a finales del siglo XIX cuando por un lado, a unos metros de la esquina norte de Colón y 9 de Julio, se hallaba el modesto Hotel “Bonne Soupe” o de la “Buena Sopa”, de Marcial Fortanet, quien promocionaba su local con el nombre tanto en francés como en español. Y por otro lado, casi en simultaneo, “El Imparcial” del domingo 1 de agosto de 1897 anunciaba: “Se vende la Fonda y Posada de LA BUENA SOPA, calle San Martín número 463, frente a la Estación. Casa acreditada y de poco capital. Se vende por no poderse atender. Para tratar en la misma casa o a Luis Ferrer, calle Bolívar 155”. ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? ¿Cuál de las “buenas sopas” fue primera? ¿O las dos convivieron temporalmente? Sólo sabemos con certeza que ambas eran “preparadas” por franceses y casi podemos afirmar que eran exquisitas…  

 

 Hotel “El Porvenir”

  

            Hijo de franceses y hermano del afamado Juan Cassoulet (poseedor de numerosísimos méritos en el entonces incipiente automovilismo), Hipólito contaba con una posición medianamente acomodada en la sociedad azuleña, comerciando velocípedos y bicicletas. De hecho, su local estaba en el corazón de la ciudad, en el local que ocupara Florencio Fonfreda, Colón Nº 238, vieja numeración), frente a la actual Plaza Gral. San Martín:

             “CASSOULET FOR EVER. El señor Hipólito Cassoulet, con motivo del traslado de su depósito de bicicletas al local antes ocupado por la sastrería del señor Fonfreda, frente a la plaza Colón, nos ruega invitemos a todos los miembros del «Ciclista Club Azuleño» a la inauguración del nuevo local el ppmo. sábado a las 4 P. M. Se beberá una copa de sidra festejando la inauguración.” (“El Imparcial”, viernes 28 de Julio de 1899).

             Sin embargo, apenas se inició el siglo XX, decidió cambiar drásticamente de rubro pasando a la gastronomía. Tal vez siguiendo a otro de sus hermanos, Félix, que era dueño de un reconocido comercio en la esquina de las actuales De Paula e Yrigoyen, que así se publicitaba (“El Imparcial” del 3 de enero de 1897):

 

Almacén y fiambrería ‘La Buena Medida’

Calle Buenos Aires esquina Alsina

Gran surtido en conservas extranjeras – Quesos Emental, Roquefort, Gorgonzola, Parmesano, Gamembert – Pastas de Nápoles legítimas – Turrón de Mallorca – Licores finos de todas clases – Oporto, Jerez, Marsala, Champagne, etc., etc.

Reparto a domicilio del vino de Mendoza marca MAIPÚ en damajuanas de 3 litros.

FÉLIX CASSOULET”

 

            Domiciliado en Burgos Nº 385 (antigua numeración), Hipólito abrió un restaurante a dos cuadras del comercio de su hermano. El periódico “El Imparcial” del domingo 1 de mayo de 1904 así lo anunciaba:

             “CASSOULET FOR EVER! Nuestro amigo Hipólito Cassoulet inauguró anoche, dando un banquete a sus amigos y clientes, su nuevo restaurant en la calle Buenos Aires esquina a la avenida Mitre.

            El señor Cassoulet ha montado su casa a la altura de las buenas del Azul.

            Con un servicio esmerado y trato fino el señor Cassoulet será debidamente favorecido.

            Entre los concurrentes al banquete los siguientes: Esteban Marquestau, Alejandro Marquestau, Isidoro Marquestau, Julio Chrestía y otros.”

             El mismo medio, unos días más tarde (20 de julio), dejando en claro que el emprendimiento era más que un simple restaurante, promocionaba:

                                                 Hotel ‘El Porvenir’ de Hipólito Cassoulet

Servicio esmerado para banquetes, bodas, óleos, etc.

COMODIDADES PARA FAMILIAS

CORRALÓN Y CABALLERIZA

General Mitre y Buenos Aires. Azul”

 

          Y para completar la dinámica emprendedora de los Cassoulet, el 1 de diciembre de 1905 se anunciaba en “El Imparcial” que se realizaría un “remate de plantas” en el local de “El Porvenir”.

 

 “Hotel Argentino” y “Hotel Demetrio”

 

 

En 1924, Juan Pedro Torras decidió venderle su “Hotel Argentino” al señor Ángel Puentes Calzado (quien fallecería trágicamente en un accidente en 1960), para poder canalizar su dinero en otra inversión. Por su parte, Calzado en sociedad con Lorenzo Seminara, en 1942, mudarían el Hotel al nuevo edificio de Alsina Nº 378/80 (actual Yrigoyen). Anunciaban 40 habitaciones, incluso 25 de ellas con baño privado”.

            Numerosos huéspedes pasaron por sus habitaciones, entre ellos, el boxeador José María “Mono” Gatica, que visitó la ciudad el 29 de junio de 1954. También por años, funcionó en la vereda del Hotel la Estación de Ómnibus de la ciudad; uno de los pasajeros más tristemente renombrado fue Mateo Banks quien, el 8 de julio de 1949,volvió libre a Azul en camino a su nuevo destino en la ciudad de Buenos Aires; en la Plaza San Martín, mientras esperaba que el colectivo siguiera su camino fue entrevistado por Clavelino del diario “El Tiempo”. Juró y perjuró su inocencia, prometió editar sus memorias contando la verdad de lo que había acontecido, pero nada sucedió; todo quedó como una promesa en el aire arremolinado tras la marcha del colectivo a la Capital.

El 30 de septiembre de 1976, a las 22:50, llegó el último micro a la vereda del “Hotel Argentino”. Los pasajeros de la Empresa “Tirsa” (con partida en Córdoba y destino Mar del Plata) hicieron escala por última vez en el hotel pues ya se había habilitado, aunque inconclusa, la Terminal de Ómnibus “Francisco Toscano”.

El 26 de mayo de 2007, el empresario Sergio Yakiche, de la ciudad de Olavarría, adquirió el ex “Hotel Argentino”, prometiendo remodelarlo para volver a abrirlo. No hubo remodelación sino demolición total y, tras varios años, el domingo de 22 de septiembre de 2024 se inauguró el “Hotel Demetrio”, constituyéndose en el más moderno de la ciudad.

 

“Hotel Otto”

  

            El inmigrante alemán Otto Julius Hubrich se radicóen Azul con su coterráneaesposa Alma Richter. Instaló un hotel al que llamó con su nombre “Otto”, en San Martín 160-166, actualmente 538-542, entre Moreno y Buenos Aires (actual De Paula). Allí ambos trabajarían denodadamente.

            En el Censo de 1895, Otto figura con 38 años de edad y ella 26, protestantes, aún sin hijos. Sin embargo, pronto nacería Otto Enrique y luego llegarían Ana Alma y Alfredo.          El periódico “El Imparcial” en su edición de 8 de julio de 1903 publicitaba por un lado: ‘CERVEZA ‘PALERMO’.Único depositario en el Azul. HOTEL OTTO. 160-CALLE SAN MARTÍN – 166” y por otro: HOTEL OTTO.-Gran comodidad para caballos y coches – Corralón calle Alsina Nº 205, frente a la casa de Sánchez y Rodríguez Hnos.Baños calientes y fríos: 10 pesos mensuales.Un baño frío $ 0,60; Id. Caliente $ 0,80”.

            Quiso el destino que en los albores del nuevo siglo, Otto falleciera, cambiando drásticamente el destino de la familia. Alma decidió volver a Alemania con sus tres hijos. Al llegar, decidió lo que creyó mejor para el futuro de la familia. Dejó a los varones en la casa de una de sus hermanas, en Ulm a orillas del Danubio, provincia de Westfalia; así, la viuda se aseguró el futuro de sus hijos, pues su cuñado era director de la escuela de Jamel, una población cercana, y sus hermanas maestrasen el mismo establecimiento. Decidida, guiada por su férreo carácter, Alma regresó con su hija al Azul para atender el hotel de su difunto esposo.

            Años más tarde, cuando se inició la Primera Guerra Mundial, los jóvenes Otto Enrique y Alfredo volvieron a la Argentina, para evitar ser enrolados en el Ejército.

            Hasta la década del ’30, el “Hotel Otto” continuó con sus puertas abiertas, con 65 camas habilitadas, pues la noticia de un robo lo usa como lugar de referencia:

 

            Robo de una rueda.- Denunció en la comisaría el señor Lorenzo Palacios que ayer a las 15 horas en su automóvil, que había dejado en la calle San Martín frente al Hotel Otto, le hurtaron una rueda de auxilio completa que valúa en 100 pesos” (“Diario del Pueblo”, 15 de octubre de 1928).

                 Aún viven entre nosotros los descendientes de aquel hotelero alemán, aunque ya el hotel es solo un recuerdo. Actualmente, un local comercial (Calzados “El Buscapie”) y una casa familiar en planta alta, ocupan su lugar.

  

“Hotel España”

  

Se iniciaba el siglo XX cuando el Hotel España” fue instalado por Felipe Orellana sobre la calle Buenos Aires (hoy De Paula), entre Belgrano y Alsina (hoy Yrigoyen), a mano izquierda del tránsito, en el terreno que fuera antes ocupado temporalmente por la Escuela de Varones.

            En la edición de “El Ciudadano” del lunes 7 de mayo de 1928, se informaba con beneplácito sobre una reunión concretada en el Hotel, en la que se determinó la concreción de una carrera de “voitures”:

              “PRO-CIRCUITO AUTOMOVILÍSTICO. Una iniciativa que debe ser auspiciada por todo el Azul. - El sábado a la noche en el Hotel España se reunieron un núcleo de aficionados al volante con el fin de cambiar ideas sobre la organización de una carrera de automóviles y a la vez echar las bases de fundar una entidad automovilística en Azul.

            Aprobada la idea se nombró presidente a don Pablo Silbermann y una comisión provisoria que debe gestionar del presidente del Jockey Club, doctor Galdós, el préstamo del Hipódromo para el 25 del corriente con el propósito de hacer correr una carrera sobre 100 kilómetros reservadas para voituretes Ford no multiplicadas. Habrá premios en objetos que han prometido donar los representantes de autos, aceites, nafta y neumáticos y los dueños de talleres mecánicos.

            (…) La comisión se reunirá el miércoles próximo para confeccionar el reglamento, fijar los premios y demás detalles. (…).”.

           

            La recepción dentro de los amantes de los automóviles fue altamente positiva. El reconocido médico Manuel Galdós, ejerciendo por entonces la presidencia del Jockey Club y administración del Hipódromo, otorgó las instalaciones de este último para desarrollar la carrera. Y de aquel grupo de apasionados surgió una idea que pronto se materializó en el “Azul Automóvil Club” fundado el 9 de mayo de 1928.

            Pasando los años, en la edición del año 1942 del “ANUARIO KRAFT” se publicitaban los siguientes hoteles azuleños (lo que no quita la existencia contemporánea de otros que no aparecen en la publicación):

 

HOTELES:

-        Actis Robustiano, “Piamontés”

-        Hotel Argentino, de Calzado y Seminara, Alsina 380.

-        Argentino Hotel. Se trasladó a su moderno yy amplio local dotado de muy buen confort y comodidades. Excelentes servicios para lunchs y banquetes. Atendido por sus dueños. Calzado y Seminara. Alsina 380 – U.T. 90 – Azul – F.C.S.

-        Hotel Colón, de Juan Cordeu, 9 de Julio 402-12.

-        Hotel Comercio, de Pedro Iturralde, Bolívar 952.

-        HOTEL ESPAÑA. Totalmente reformado por cambio de dueño. Cocinas de primera. Atendido por su dueño. Comodidad y aseo. Garaje. BRAULIO PÉREZ. Tte. Gral. José F. Uriburu 573. U.T. 179.

-        Hotel Roma, de Carmelo Picaroni, Alsina 999.

-        Hotel Torino, de Gabriel A. Caporale, San Martín 1000.

-        Hotel Vasconia, de José M. Zabaleta, San Martín 999.

-        Hotel Zabaleta, de Francisco Zabaleta, San Martín 708.

-        Petit Hotel Ideal, de Héctor Furlan, Burgos 682”.

 

      Como cuenta el aviso, a comienzos de la década del ’40 el Hotel pasó a ser propiedad de Braulio Pérez, que refaccionó las antiguas instalaciones, aunque sin introducir modificaciones radicales, continuando con un servicio de 36 camas.

Alfredo Miguelez y Obdulio Buscarini se consolidarían, partido tras partido, siendo una pareja de renombre como pelotaris. De hecho, así quedó registrado en los libros de Actas del Club Athletic:

 

“Acta Nº 86. Octubre 17 de 1945. (…). Pelota: Informa el delegado Sr. Albino Darrosez que en el Campeonato Provincial, realizado en la ciudad de Juárez, nuestra pareja, formada por los pelotaris Miguelez y Buscarini, se impuso a la de Juárez por 35 tantos contra 31 y en la segunda presentación fue eliminada por el binomio de Tres Arroyos, partido en que se impuso esta por 35 tantos contra 18. (…).”.

         Obdulio José “Pancho” Buscarini, nacido en Rauch el 24 de julio de 1925, fue un excelente pelotari, compensando su relativa baja estatura con una considerable velocidad. Hijo de Antonio Eleuterio Buscarini y Vicenta Genara Correa, se radicó en Azul a muy temprana edad.

En 1944, fue subcampeón provincial en 2° categoría junto a Juan Iturralde, representando al Club de Remo (entidad para la que trabajaba atendiendo las canchas de paleta y bowling). También se dedicó al fútbol integrando el “Club Olimpia” y jugó en “Villa del Parque”, consagrándose Campeón en 1952 de la Liga de Fútbol de Barrios, conformando el equipo entre otros con Juan Miguel Oyhanarte. Jugó en Athletic y más aún brilló como wing izquierdo en Sportivo Piazza.

Fue empleado del Cine-Teatro Español; dicharachero y algo desalineado, pasados los años, se convirtió en el propietario del “Hotel España”, lugar en el que alguna vez se hospedó Oscar Messina, el “Manco de Teodelina”, quien había abandonado el “Gran Hotel Azul” pues no le dejaban tomar mate en la habitación.

A los 32 años de edad, el 15 de febrero de 1958, contrajo matrimonio con Marta María del Carmen Mamer, una bahiense de 23 años, con quien tuvo dos hijos: Obdulio y Mónica.

En sus últimos años, tras vender su “Hotel España”, “Pancho” Buscarinise radicó en Mar del Plata, pasando a ser propietario del “Hotel Llao Llao” (a media cuadra de “Obras Sanitarias de la Nación”). Sin embargo, mucho antes de instalarse en la ciudad balnearia, cosecharía numerosísimas victorias para el Azul Athletic Club junto al “Paisano” Miguelez…

El “Hotel España” fue completamente demolido y convertido por muchos años en un terreno baldío que apenas conservaba los paredones del frente. Hoy ocupa el solar el flamante “Edificio España” (De Paula Nº 569), retomando el nombre del mítico hotel.

 

“Hotel Recreo” y “Hotel Rural”        

 

             En el año del Centenario de la “Revolución de Mayo”, la comunidad azuleña se adhirió a las celebraciones con diversos actos y, por ejemplo, el cambio de nombres a las calles Tandil y Av. La Plata por los de España y Av. Centenario (actual Av. Cáneva).

            En esos mismos tiempos, en el “Hotel Recreo”, ubicado en la esquina norte del cruce de las avenidas Humberto I (actual Pte. Juan D. Perón) y la flamante Centenario, su dueño, Bernardo Hourquebié habilitó un restaurante al que llamó “Centenario” y promocionaba diciendo: “En esta casa el público encontrará grandes comodidades en piezas amuebladas para hombres solos y familias, como también comodidades para carruajes y caballos, contando con grandes galpones. Lo de cocina todo es extra. Se reciben pensionistas. La casa es atendida por su dueño.”.

            Promocionando indistintamente su hotel y/o su restaurante, Hourquebié apostó a atraer mayor clientela: “Comunico al público en general y a mi clientela en particular, que he resuelto dar todos los sábados y primeros días de feria, bailes sociales. Las personas interesadas podrán solicitar entradas días y horas antes de empezar el baile, toda persona interesada podrá muñirse de la entrada sin ningún inconveniente. La entrada cuesta 1.50 con opción a un chocolate con masas y un coñac.” (“El Orden” del 23 de septiembre de 1910).

            Meses más tarde (15 de febrero de 1911), en el mismo periódico, seguía difundiéndose el comercio, aunque principalmente como Restaurante y Bar:

         “Restaurant y bar ‘Recreo’ - Avenida Humberto y Centenario - BERNARDO HOURQUIBIE. Propietario - Esta casa ha aumentado considerablemente su clientela, porque tiene una cocina de primer orden. El que come una vez en ella queda satisfecho y vuelve. Servicio esmerado para banquetes, fiestas, bautizos, etc. Comedor espléndido, amplio, bien ventilado. El bar es atendido con toda prolijidad. ¡VISITESE ESTA CASA!”.

             En algún momento, el hotel pasó a manos de Tomás Iturralde. Décadas después, la esquina volvió a ser esencialmente un hotel, bajo la propiedad de Juan Santillán, y con la denominación de “Hotel Rural”, publicitándose en “El Tiempo” (15 de agosto de 1950) como un lugar donde “se duerme cómodamente y se come en abundancia comida sana y a precio módico”.

 

Pensión “Italia”

  

            A finales del siglo XIX, “El Imparcial” en su edición del 11 de enero de 1899 anunciaba escuetamente: “Fonda y Posada Italiana y Agencia de colocaciones en general de Francisco Richiardi. 455-San Martín-455 AZUL”. La dirección se corresponde con la vieja numeración, estando en cercanías de la Estación de Trenes.

Correspondiendo con la nacionalidad, pero en otro sitio y otra ubicación, en el siglo XX, en la esquina norte de San Martín y Rivadavia, se estableció la Pensión “Italia” de Luis Gaglianone. Más modesta en cuanto a capacidad que los hoteles existentes, no escatimaba su dueño en la calidad de la atención y, de hecho, en sus instalaciones se realizó una trascendente reunión que diera origen al Jockey Club de Azul”. El 14 de agosto de 1912, un grupo de caballeros entre los que se destacaban: Francisco O. Pourtalé, Belisario Zapata, Carlos Nielsen, José Díaz Yolde, Luis Saint Germes, Rosa V. Ávila, Emilio Vázquez. Héctor Urioste, Nicolás Navas, Pascasio Brid, Carlos Duprat, Héctor Campos, Pedro Guiraut y Reginaldo Ferreyra, entre otros, fundaron la sede azuleña de tan renombrada institución.

En “El Ciudadano” del miércoles 12 de enero de 1916, el itálico administrador anunciaba:

 

‘Pensión Italia’ administrada por L. Gaglianone

Calle San Martín y Rivadavia

A una cuadra de la Plaza Principal y de todas las oficinas públicas.

Teléfonos: La Unión y La Positiva

La mejor casa de comidas

DORMITORIOS DE PRIMER ORDEN

Comodidades para familias

La casa cuenta con una terraza-recreo

Comida variada todos los días

Plato del día: LUNES, Minestron –MARTE, Fideos a la Napolitana –MIÉRCOLES, Sopa de porotos a la Calabresa –JUEVES, Tallarines a la Romana –VIERNES, Pasta y legumbres a la Napolitana –SÁBADO, Risoto a la Milanesa –DOMINGO, Ñoquis o Ravioles a la Lombarda.

Se reciben pensionistas – Confort e higiene

A todas horas baños calientes y fríos a 1 peso m/n.

Corralón para caballos y carruajes”

 

De Villanueva al “Hotel Torino”

  

El hacendado ganadero Martín Villanueva, antes de comprar tierra y dedicarse a la actividad rural, tuvo un hotel en la esquina de la entonces Av. La Plata (hoy Cáneva) y San Martín, frente a la estación del ferrocarril, cuyo mostrador se había convertido en espontáneo consulado vasco, ya que allí se nucleaba mucha gente de esa procedencia, antes de ganar popularidad en carismático Pedro María Iturralde con su “Hotel Comercio” muy cerca de allí.

Aquél viejo edificio fue demolido para dar lugar a una elegante construcción de estilo francés. Inaugurada en 1927, la obra del arquitecto Blas J, Dhers, ubicada en San Martín 1000, fue encargada como edificio de renta por Miguel Etchepare. En este edificio de dos plantas se instaló temporalmente en sus inicios el “Sanatorio Azul”, primero de la ciudad, fundado por los doctores Manuel Galdós y Pedro Boló.

El martillero José Amendolara efectuó el remate del edificio que fue adquirido por el señor Gabriel Actis Caporale, instalando en tan importante propiedad el “Hotel Torino”. Pasados los años, cobraría notoriedad el “Restaurante Torino”, al que se promocionaba: “Un lugar renovado donde hallará BUENA COCINA – EXCELENTE ATENCIÓN - BUENA MÚSICA. SU MESA AMIGA. SAN MARTÍN Y CÁNEVA – Tel. 22749”.

El 27 de febrero de 1994 se inauguró el Residencial Azul CABYR (Centro de Asistencia, Bienestar y Recuperación), propiedad de Perli y Tucci. Aunque con otra denominación, el edificio continúa prestando contención a adultos mayores.

  

“Hotel Zabaleta”, “San Martín”, “Hotel Español” y “Vasconia”

  

Iniciada la década del ’20, Francisco Zabaleta instaló un hotel en San Martín N° 708, casi Arenales. El edificio de dos plantas disponía de 38 camas.

Entrados los años ’40, el hotel pasó a manos de Mariano Andalor con el nombre “San Martín” y lo promocionaba:

 

“SAN MARTÍN

HOTEL

Comodidad para pasajeros

Atendido por su propio dueño

Mariano Andalor

GARAGE

PREICIOS MÓDICOS

San Martín 708 U. TELEF. 564 – Azul”

 

A cuatro cuadras de distancia, por la misma calle al 900, sobre la misma mano, José M. Zabaleta tuvo en primera instancia el “Hotel Español”. Tiempo después, dos cuadras más hacia la Estación de Trenes, pero sobre la vereda de enfrente, en la esquina oeste de la Av. Centenario (actual Av. Cáneva) y calle San Martín Nº 999, tuvo instalado su reconocido “Hotel Vasconia”, con 40 camas habilitadas. Tras algunas modificaciones, ocupó el que fuera Almacén de Ramos Generales “Italiani Hnos.” a cuyo frente supo estar Juan Bautista a principios del siglo.

Pasado el tiempo, el edificio fue loteado pero permaneció en un avanzado estado de abandono, siendo ocupado por familias que no tenían otro sitio para vivir. A finales del año 1985 se inició su demolición debido a que representaba un serio riesgo a la seguridad, entre otras razones por tener un considerable número de pozos ciegos por colapsar.

  

“Hotel del Ferro Carril Sud” y “Hotel Ferroviario”

 

               Un aviso aparecido en el periódico “El Eco del Azul” del 13 de abril de 1877, informa: “Ángel Bay y Cía. Maestros albañiles Hotel del F.C.S.”. Además de lo escueto y carente de precisiones nos lleva a no poder conocer la ubicación del “Hotel del Ferro Carril Sud”.

            Aunque los distancian casi 60 años, el 31 de mayo de 1932, “El Ciudadano” publicaba un pequeño anuncio difundiendo al “Hotel Ferroviario”, ubicado en las actuales Av. Cáneva y Gral. Roca, sin poder afirmar que se trata del mismo hospedaje:

 

HOTEL FERROVIARIO

De Juan Notti

Gran comodidad para familias y hombres de negocios.

Atendido por su dueño – Comodidad para autos y carruajes –Cocina de primer orden – Servicio esmerado.
JUÁREZ 999, esquina Centenario – U.T. 768”

  

“Hotel Roma”

  

En la esquina oeste de las actuales Av. Cáneva e Yrigoyen, estuvo instalado el “Hotel Roma”, de Carmelo Picaroni. El lugar contaba con cuarenta camas.

El diario “El Pregón”, en su edición del 6 de julio de 1954 informaba el importante cambio que se había producido:

 

“Desde el 1° de junio

Se han hecho cargo del acreditado

HOTEL ROMA

La nueva firma Sres. Andalor y Norte

Quienes se hallan a disposición del público

26 (Yrigoyen) 999 T.E.178”

 

Así como sucedía en otros hoteles, en este caso en el “Roma” paraban los micros de la empresa “Coronel Estomba” que luego pasara a ser denominada “El Cóndor”.

  

Hoteles y más hoteles

  

A los hoteles mencionados en otras notas de esta serie “Historias de hoteles”, vale agregar numerosos más, ya que todos formaron parte del paisaje urbano, generando una actividad por demás interesante, trabajándose asimismo un amplio abanico gastronómico. Los incorporados a continuación aparecen sin mayores precisiones en pequeñas publicidades o mencionados en algunos artículos periodísticos sin mayores precisiones:

-                    “Hotel Zanatta”, de Luis Zanatta, en Alsina 120 (actual Yrigoyen; vieja numeración);

-                    Fonda ‘La Vascongada’ de Simón Adot, en Av. Centenario (actual Av. Cáneva) y 9 de Julio;

-          Hotel y Restaurante “Piamontés”, de Emilio Ferrari, en Alsina (Yrigoyen) entre Lavalle y Av. Centenario (Av. Cáneva);

-                    Hotel “Jockey Club” de Luis Bilbao, en San Martín 741;

-                    “Hotel Grassi”, en Moreno y Mitre;

-                   “Hotel Cosmopolita” (año 1886);

-                    “Hotel Nacional” (1921);

-                    “Petit Hotel Ideal” de Héctor Furlan, Burgos 682.

 

         Y por supuesto, estimado lector, faltan muchos nombres e historias que contar. Pero por el momento es necesario poner un punto, que sin dudas no será final...


        "Hotel Vasconia" en su épcoa de esplendor



                            Patio del "Hotel Otto"



Otto Julius Hubrich con su hijo en brazos, Otto Enrique



"Hotel Zabaleta", luego "Hotel San Martín"


"Hotel Recreo", luego "Hotel Rural"








"Hotel Vasconia" en estado de abandono


"Hotel España"


Obdulio Buscarini, dueño del "Hotel España"







1 comentario:

  1. Te felicito Eduardo aunque todos tus trabajo son buenísimos, este realmente me encantó. Ni idea que hubo tantos hoteles aquí.Algunos los recuerdo.No digo cuales porque " deschavo " mi edad..Gracias por todo el conocimientos que nos brindas

    ResponderEliminar