miércoles, 15 de abril de 2020

El Banco Nación y la Avenida Pellegrini

El Banco Nación y la Avenida Pellegrini

  
Por Eduardo Agüero Mielhuerry


Carlos Enrique José Pellegrini nació en la ciudad de Buenos Aires, el 11 de octubre de 1846. Sus padres fueron la inglesa María Bevans Bright y el ingeniero saboyano-suizo Carlos Enrique Pellegrini.
Aprendió a leer y a escribir en francés e inglés en su casa, donde tuvo como maestros a sus padres. Paralelamente, a los tropiezos, aprendió el español que no pronunciaba con corrección.
Recién a los ocho años ingresó a la escuela de su tía Ana Bevans Bright. En el establecimiento continuó sus estudios de manera formal y luego, en el Colegio Nacional de Buenos Aires ligó el apodo de “el gringo”, dado su mezclado y exquisito acento.
Ingresó a la Facultad de Derecho en 1863, pero a los dos años abandonó sus estudios para incorporarse al ejército y combatir en la Guerra del Paraguay, donde alcanzó el rango de Oficial. Allí tuvo una actuación destacada en la batalla de Tuyutí y en otros combates hasta que cayó enfermo y debió abandonar definitivamente el frente de lucha.
De regreso a Buenos Aires y recuperado de sus afecciones, ingresó como periodista al diario “La Prensa” y pudo terminar sus estudios de derecho. Su tesis de graduación fue “El derecho electoral”, en la que criticaba el sistema vigente y proponía una campaña de educación cívica. Decía en uno de sus párrafos: “La protección del gobierno es necesaria para el desarrollo industrial de la República Argentina”.
Con su flamante título se incorporó a la administración estatal durante el gobierno de Domingo F. Sarmiento, con el cargo de Subsecretario del Ministerio de Hacienda, a cuyo frente se hallaba el constituyente Benjamín Gorostiaga.
El 25 de diciembre de 1871, Carlos Pellegrini contrajo matrimonio con Carolina Ignacia Lagos García (nacida el 1 de febrero de 1852), bisnieta de Pablo Villarino, quien, beneficiado por el régimen rosista, tuvo Suertes de Estancias en Azul y Dolores.
El feliz matrimonio, a pesar del deseo de ambos, no tuvo hijos.


El mundillo político


A través del Partido Autonomista de Adolfo Alsina, el 31 de marzo de 1873 llegó al Congreso como Diputado Nacional por la provincia de Buenos Aires, siendo, con 26 años, el más joven del cuerpo.
En el Parlamento, se manifestó partidario de la libertad de enseñanza poniendo como ejemplo, al igual que Domingo F. Sarmiento, al modelo norteamericano. Durante los debates producidos en 1875 en torno al liberalismo o el proteccionismo, se mostró como un vehemente partidario de la adopción por parte del Estado de políticas de protección de la incipiente industria nacional y fue uno de los promotores de la fundación del Club Industrial.
En 1878 el gobernador Carlos Casares lo nombró Ministro de Gobierno de la provincia de Buenos Aires. El 9 de octubre de 1879 el presidente Nicolás Avellaneda nombró a Pellegrini ministro de Guerra y Marina en reemplazo de Julio Argentino Roca (cargo que desempeñó también durante el gobierno del mismo Roca hasta el 12 de octubre de 1886). En aquel cargo tuvo que enfrentar la rebelión de 1880 del gobernador de Buenos Aires, Carlos Tejedor. Éste se negaba a aceptar la Ley de Federalización, la cual le quitaba a la provincia de Buenos Aires el territorio de la Capital Federal.
Carlos Pellegrini había defendido la doctrina federal, oponiéndose al abuso de las intervenciones nacionales. En esta gran contienda entre porteños y provincianos, entre el espíritu localista y el concepto nacionalista, Pellegrini no vaciló en apoyar la cruzada nacional que conducía el joven general Julio A. Roca, a quien respaldaba el interior del país. Además de partidario fue consejero de Roca, con quien también trabó una estrecha amistad. La unión y complicidad de estas dos personalidades, el astuto provinciano y el arrogante porteño, gravitó durante más de veinte años en la política nacional, al punto que ningún asunto institucional, económico o político se resolvía sin el concurso de Roca y Pellegrini.


La política y los caballos…


En 1881 Carlos Pellegrini fue elegido Senador Nacional por la provincia de Buenos Aires. El 15 de abril de 1882, junto a un grupo de amigos apasionados como él por las carreras de caballos, entre los que se contaba Miguel Cané, Carlos Pellegrini fundó el Jockey Club. La institución surgió precisamente en el contexto de euforia creativa de los hombres de la Generación del ’80. Pellegrini fue su impulsor más decidido y primer presidente, secundado en la empresa por un entusiasta conjunto de caballeros representativos de la actividad política y económica del país. La idea que los animaba era la de dar origen en nuestro medio a una entidad capaz de organizar y regir la actividad turfística nacional.
En 1886, cuando terminó su período como Senador, fue candidato a vicepresidente en fórmula con Miguel Juárez Celman como candidato a presidente. Gracias al sistema de fraude electoral, los nuevos candidatos por el Partido Autonomista Nacional (P.A.N.) salieron victoriosos.
En 1889, emprendió un viaje a Europa como representante argentino para la Exposición Universal que se celebró en París entre el 6 de mayo y el 31 de octubre, en conmemoración del centenario de la Revolución Francesa.
Esta exposición marcó un momento culminante que dio cierre a un largo periodo. Nuevas concepciones en la construcción, y nuevos adelantos en la industria se unieron para darle a la Exposición una radiante brillantez y una enorme influencia.
El Pabellón argentino, diseñado por el arquitecto francés Albert Ballú, fue la gran sorpresa. Era un edificio construido en hierro y vidrio, totalmente desmontable, profusamente decorado y muy moderno que ocupaba un predio de 1.600 metros cuadrados en el Campo de Marte, muy cerca de la “Torre Eiffel”. Fue inaugurado el 25 de mayo de 1889 y obtuvo el primer premio entre los pabellones de los países extranjeros. La ciudad de La Plata fue premiada en la exposición otorgándosele dos medallas doradas en las categorías “Ciudad del Futuro” y “Mejor realización construida”.


La crisis se pasea por las calles…


Durante la presidencia de Juárez Celman, más precisamente desde marzo de 1890, el peso argentino comenzó a perder bruscamente su valor con respecto al oro (medio de pago internacional), empezaron a producirse quiebras y colapsos en la bolsa de valores y aumentó considerablemente el costo de vida.
Las crecientes acusaciones de corrupción, el autoritarismo y la aguda crisis económica desembocó en un estallido en Buenos Aires conocido como Revolución del Parque, cuando el 26 de julio de 1890 un grupo cívico-militar dirigido por la recién formada Unión Cívica, bajo el liderazgo de Leandro N. Alem, Bartolomé Mitre, Aristóbulo del Valle, Bernardo de Irigoyen y otros, intentaron sacar a la fuerza al gobierno.
El Presidente resistió, pero quedó debilitado.Y finalmente, el 5 de agosto los legisladores oficialistas pidieron su renuncia. Carlos Pellegrini asumió la presidencia el 6 de agosto de 1890.
El país se hallaba abatido por la crisis, con ingresos fiscales que cayeron drásticamente con respecto a los años anteriores; los bancos estaban paralizados y el oro se encontraba en alza, llevando a la economía a una gran recesión que “congeló” a las entidades financiaras.
El Presidente y su ministro de Hacienda, Vicente López, se dedicaron con urgencia a remediar la bancarrota financiera del Estado y restablecer los estímulos al trabajo nacional. Al proponer su plan de medidas, adusto e imperturbable, Pellegrini expresó: “Mi primer deber es levantar a nuestro país de la postración inmensa que lo abate, lo consume y lo desacredita… salvemos al país de la bancarrota… primero, habrá tiempo mañana para corregir todos los vicios y defectos que lo afean.”.


Luchando contra viento y marea…


Sin perder un segundo, Pellegrini le solicitó a un grupo de banqueros, estancieros y comerciantes que suscribieran un empréstito de 15 millones de pesos para pagar los vencimientos externos. Una vez reunido ese capital, Victorino de la Plaza fue seleccionado para negociar la deuda y debió embarcarse hacia Londres, en donde recibió negativas de la banca londinense. Sin embargo logró que la Banca Rothschild admitiese una moratoria antes del cese del pago por parte del gobierno argentino.
Logrado este primer paso, Pellegrini aplicó medidas de austeridad y de ajuste, como la suspensión de obras públicas como la Casa de Gobierno, el Congreso, el edificio de correos (las cuales volvieron a ponerse en marcha poco antes de culminar su mandato), y nacionalizó las obras sanitarias privatizadas por Miguel Juárez Celman, recuperando a su vez más de tres mil leguas de tierras fiscales entregadas anteriormente a los especuladores.
Durante el ejercicio de la presidencia, gracias a sus actitudes intrépidas y las soluciones generadas, supo ganarse el virtuoso título de “piloto de tormentas”.
Antes de un mes de constituido el nuevo gobierno, Pellegrini envió al Senado un “plan completo de finanzas”.
El ministro de Hacienda Vicente López presentó al Congreso varias leyes con el fin de mejorar y ampliar la recaudación fiscal. Otra medida que completó el plan para salir de la crisis fue el proyecto que presentó con Aristóbulo del Valle, durante su época de Senador Nacional por la provincia de Buenos Aires. Este nuevo esquema consistía en la creación del Banco de la República.


Banco de la Nación Argentina


El Banco de la Nación Argentina fue fundado el 26 de octubre de 1891 por iniciativa del presidente Carlos Pellegrini y mediante la Ley Nº 2.841, comenzando a funcionar el 1 de diciembre de ese año en la sede ubicada en la ciudad de Buenos Aires.
Fue creado debido a que el sistema financiero argentino se encontraba colapsado, y en ese momento era necesaria la promoción de la agricultura, la ganadería y diferentes actividades relacionadas con el modelo agro-exportador que se había iniciado.
El primer presidente del Banco fue el honorable ciudadano Vicente Casares.
La eficacia con que sirvió a los intereses del país, la confianza que inspiró a los depositantes y los privilegios que le otorgó el gobierno hicieron de él, muy pronto, el primer banco de la República, fundado con capitales mixtos y con la suma de cincuenta millones de pesos.
Luego de que la moneda argentina recuperara respaldo, se creó la Caja de Conversión. Con estas medidas, sumadas al aumento de la moneda en circulación, cautelosamente se puso fin a la crisis.
Por estas políticas y sus palabras, Pellegrini fue considerado proteccionista. Él mismo decía: “Cuando hace falta, el Estado debe meterse en la vida económica, y si no es indispensable no debe hacerlo. Así de sencillo.”.


Una fractura anunciada


Tras varios problemas políticos, en una confusa trama de alianzas y traiciones, Pellegrini presentó su renuncia a la Presidencia en agosto de 1892, sin embargo fue convencido para seguir hasta el 12 de octubre.
Al dejar la Presidencia, volvió a ejercer su profesión de martillero al mismo tiempo que asumió como presidente del Banco Hipotecario Nacional.
            Fue electo Senador para el período de 1895 a 1904, volviendo a sobresalir en los debates producidos en el cuerpo. Dado su prestigio, tuvo numerosas e insistentes ofertas para ser candidato a presidente en las elecciones de 1898, pero las rechazó.


Con  fe en el porvenir


En 1904 Pellegrini realizó un viaje a los Estados Unidos en donde fue testigo de la toma de poder del presidente Theodore Roosevelt. Al volver, relató las vivencias de este viaje en seis cartas que después aparecieron en el diario “La Nación”, en donde entre otras cosas, hablaba de estrechar relaciones con el país norteamericano, reafirmando las impresiones que había tenido cuando más joven había hecho un viaje similar.
Pellegrini se impuso con comodidad en las elecciones del 16 de junio de 1905 regresando a la Cámara de Diputados después de veintiocho años.
Entre los vaivenes institucionales de la política presidencial de Manuel Quintana y la Revolución Radical de 1905, los enemigos de Julio A. Roca superaban en número a sus amigos y aliados.
El 9 de enero de 1906 falleció Bartolomé Mitre, que aunque había anunciado su retiro de la política al cumplir los 80 años de edad seguía gozando de cierta influencia al menos en la Capital y la provincia de Buenos Aires; y el 12 de marzo, menos de veinticuatro horas después de la derrota del oficialismo en la Capital, murió el presidente Manuel Quintana. En ese contexto, Carlos Pellegrini tenía chances para ser candidato “natural” de los conservadores reformistas para la futura presidencia de 1910, por su prestigio nacional, su conocimiento de las finanzas públicas y su posición en torno a la reforma del sistema electoral. Pero los acontecimientos tomaron otro rumbo…
Carlos Pellegrini tuvo durante sus últimos años de vida una salud muy deteriorada.

La caída del más fuerte…


Tras un acelerado deterioro de su salud, Carlos Pellegrini falleció el 17 de julio de 1906, a los 59 años de edad, en la ciudad de Buenos Aires.
Durante su sepelio en el Cementerio de La Recoleta, el presidente José Figueroa Alcorta sentenció acongojado: “Apretemos las filas, porque ha caído el más fuerte”.


Al final… Pellegrini


            Tras la realización de la primera “Exposición Cervantes” en 1932, organizada por la Biblioteca Popular de Azul y su presidente, el Dr. Bartolomé J. Ronco, éste presentó la propuesta de imponerle el nombre de Miguel de Cervantes Saavedra a la prolongación de la calle Colón desde Guaminí hasta el Puente San Benito.
            El proyecto de Ordenanza fue tratado en la sesión del Concejo Deliberante del jueves 13 de octubre de aquel año, sin embargo, por motivos que se desconocen, pasó a estudio de la Comisión de Homenajes y el mismo nunca fue aprobado.
Sin tener en cuenta la propuesta antes dicha, a través del Decreto del 24 de octubre de 1966, firmado por el intendente designado Julio Villanueva, se dispuso: “Visto que el 26 del corriente se cumplirán setenta y cinco años de la fundación del Banco de la Nación Argentina, institución que honra a nuestro país y que fue fundada por el eminente estadista doctor Carlos Pellegrini, preclaro ciudadano que además ejerció las más importantes y elevadas funciones, incluso la de Presidente de la Nación, con verdadero patriotismo, celo y eficiencia, y atento a que en tan significativo acontecimiento se habrá de recordar la augusta memoria del gran tribuno, con el propósito de que Azul esté presente en el homenaje a rendírsele, en la imposición de su nombre a una calle de esta ciudad.”.
A su vez, en el artículo primero se detallaba: “Designase con el nombre de ‘Avenida Carlos Pellegrini’ al tramo comprendido por la actual calle Colón, desde la calle Guaminí (portada del Parque Municipal) hasta la Avenida Urioste en el Balneario Municipal”.
Y en el tercero: “Autorizase al Banco de la Nación Argentina a colocar, igualmente, una placa de bronce alusiva al nombre de la citada Avenida”. En consecuencia, la placa fue colocada en la portada del Parque Municipal “Domingo F. Sarmiento” y reza: “Avenida Dr. Carlos Pellegrini -75° aniversario fundación del Banco de la Nación Argentina- 1891 -26 Octubre-1966”.





Al cumplirse 75 años de la creación de Banco Nación, en nuestra ciudad se denominó a una avenida con el nombre de Carlos Pellegrini y se colocó una placa en la portada del Parque Municipal “Domingo F. Sarmiento” recordando el acontecimiento.



A Carlos Pellegrini debió asumir la presidencia de la Nación en un momento complejo, de gran inestabilidad económica y política. 

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