Hombres de honor
Por Eduardo Agüero
Mielhuerry
Alfredo
Prat nació en Azul el 2 de abril de 1905. Sus
padres fueron Pedro Prat y Luisa Saparrat. Tuvo siete hermanos:
María, Juan, Rodolfo, Pedro, Amelia, Fermina y Ernesto.
Cursó
sus estudios secundarios en el Colegio Nacional “Esteban Echevarría”. Con
apenas veintitrés años, el 22 de agosto de 1928, se graduó como abogado en la Universidad
de Buenos Aires, habiendo hecho la carrera en nada más ni nada menos
que tres años. Cabe agregar que un tiempo antes ya se había recibido como
escribano. Consagrado a su profesión, pronto empezó a trabajar en el Estudio
Jurídico que había fundado -allá por septiembre de 1918- su hermano Juan, al que luego se sumó
Rodolfo.
Su
férrea, exigente e inclaudicable formación moral marcó su impronta personal en
cada uno de sus actos y acciones. De profunda fe democrática y sólidos
principios republicanos, hizo con lealtad y entrega su vida política cimentando
su labor en los principios de la Unión Cívica Radical. Convencido de
servir mejor desde allí a su patria y a su pueblo, eligió ese signo partidario
cuando no era, por cierto, carrera brillante la de político opositor y dedicó
años y años a predicar con la austeridad y el ejemplo de las bondades del
diálogo y la democracia.
Como
todos sus hermanos, fue un gran apasionado por el fútbol. La camiseta albinegra
tuvo un peso trascendental para él, hasta el punto de llevarlo a ejercer la
Presidencia del Club Alumni Azuleño entre 1930 y 1931.
Al mismo
tiempo, halló cauce a su vocación de servicio integrándose al Rotary
en 1931, la misma institución que un día, tras una larga actuación, lo vio
alejarse temporalmente para luego reincorporarse. Así entendió su quehacer,
pues prefería dejar el camino libre en lugar de ocuparlo sin sentirse conforme
con su propio desempeño. El Rotary lo comprendió y decidió declararlo socio
honorario por unanimidad de sus pares, porque así se lo distinguió por sus
enormes esfuerzos al servicio de su comunidad, entregado a los valores
esenciales de la vida.
El 1 de
julio de 1932 contrajo matrimonio con la azuleña María Emelia Fernández,
con quien tuvo dos hijos: Alfredo Ernesto y Adolfo
José.
En la
década del ’30 fue electo miembro del Concejo Deliberante, bancada desde
la cual, sin exagerar ni claudicar, defendió los principios y valores del
“yrigoyenismo”, destacándose por su capacidad discursiva medida en conceptos de
profundos contenidos.
Dos candidaturas difíciles…
Después de los acontecimientos del 17 de
octubre de 1945, la historia del país comenzó a dar un vuelco drástico hacia
una nueva concepción política y social que devino en la elección del coronel Juan
Domingo Perón como Presidente de la República Argentina.
El Dr. Alfredo Prat se presentó como candidato
a Intendente en las elecciones del 14 de marzo de 1948, enarbolando las
banderas de la U.C.R. En la otra vereda, con apenas 27 años y al frente del
incipiente Partido conducido por el ascendido general Perón, se presentó el
abogado Ernesto María Malére. Los discursos políticos fueron sumamente
profundos, pero la suerte estaba echada y el “huracán” peronista arrasó también
en Azul. Alfredo Prat conquistó el segundo puesto con 3.891 votos, mientras que
Malére se alzó con el triunfo gracias a los 5.019 sufragios obtenidos.
Una
derrota semejante podía desmoralizar a cualquiera, sin embargo, el Dr. Prat
continuó luchando por el beneficio de la comunidad desde la simple actuación
partidaria, que en su caso significó el más amplio reconocimiento por sus
aptitudes.
La “Revolución
Libertadora” intentó cambiar el rumbo del país derrocando al Presidente
Perón. Peor aún, trató de aniquilar todo lo referido al peronismo. Por su parte,
en nuestra ciudad, el intendente Alberto Rubens López Claro (segundo mandatario
peronista azuleño), también fue destituido. Sin embargo, la historia terminó
demostrando que el nuevo Partido político llegó para quedarse.
Entre
1956 y 1960, Alfredo Prat fue Presidente del Colegio de Abogados del
Departamento Judicial de Azul y vicepresidente del Colegio de Abogados de la
Provincia de Buenos Aires. Su dilatada trayectoria al frente del
estudio familiar lo perfiló como un trabajador incansable y metódico, merecedor
de cada uno de los puestos que la vida lo llevó a ocupar con sobrada
eficiencia.
En pleno clima de futuras elecciones
la proscripción del peronismo molestaba a muchos de los partidarios de la
ciudad, quienes intentaban reorganizar y afirmar el funcionamiento del aparato
peronista. La Unión Cívica Radical, por su parte, se fragmentó en U.C.R. Intransigente y U.C.R.
del Pueblo, intentando ofrecer una alternativa de gobierno que
restableciera el orden constitucional. La tarea no fue sencilla. Por un lado,
el Peronismo se constituía en la fuerza con mayor caudal electoral, pero si
para triunfar se pactaba con ellos (“los proscriptos”), los militares, actuando
como árbitros, hacían su entrada en escena. Por el contrario, si no se pactaba
con el Peronismo, el poder resultaba endeble y los “árbitros” volvían a
intervenir. Así se planteaba el gran dilema argentino, problema que no halló
solución en lo inmediato y desembocó en los más oscuros conflictos.
En las elecciones del 23 de febrero
de 1958, las alternativas locales giraban en torno a dos destacados vecinos.
Por un lado, Amado Diab se candidateó a Intendente por la Unión
Cívica Radical Intransigente, mientras que Alfredo Prat se presentó
nuevamente como candidato por la Unión Cívica Radical del Pueblo. Las urnas
dieron su veredicto, consagrando presidente de la República al Dr. Arturo
Frondizi e intendente a Amado Diab, ambos del mismo Partido.
Sin
claudicar, Prat continuó su lucha desde la actuación partidaria.
Años más
tarde, cuando el doctor Arturo Illia alcanzó la Presidencia y se constituyó en
la esperanza de cuajar un aglutinante patriótico con sentido democrático, al
calor de la acción popular, el doctor Alfredo Prat jugó un papel trascendente
para los bonaerenses…
Presidente del Banco
de la Provincia de Buenos Aires
El 12 de
octubre de 1963, el Dr. Anselmo Marini, de la U.C.R. del Pueblo, asumió la
Gobernación de la provincia de Buenos Aires, acompañado por el Dr. Ricardo
Lavalle como vicegobernador.
El Dr. Marini convocó al renombrado
dirigente azuleño para hacerle una interesante propuesta con dos alternativas.
Muchos presumieron que Prat escogería el Ministerio de Asuntos Agrarios,
dados sus conocimientos en la materia y su pasión por el campo. Empero, para
sorpresa de los especuladores, eligió la
Presidencia
del Banco de la Provincia de Buenos Aires. Estuvo al frente de la
Institución desde el 8 de noviembre de 1963, nombrado por Decreto 419/63 del
Ejecutivo bonaerense.
La
rectitud en el manejo de los instrumentos de crédito de la Institución hizo que
ésta lograra una adecuada expansión, privilegiando sectores claves como la
vivienda popular, el crédito general hipotecario, las facilidades al sector
agropecuario y, en general, al desarrollo del interior de la provincia.
La elección
del viejo profesional y honesto militante de Azul no podía haber sido más
apropiada. Trajo a su actuación bancaria la solidez de sus conocimientos
universitarios, la contundencia de una conducta sin dobleces, la afabilidad de
un trato llano y amistoso para con todos y una larga tradición familiar de mano
abierta al trabajador.
En lo
que hace específicamente a su gestión al frente del Banco, cabe mencionar su
dedicación a resolver aspectos que consideró vitales para su buena marcha,
cuales fueron el otorgamiento de adecuados regímenes de vivienda a sus
empleados y la instrumentación de servicios sociales que aún hoy son modelo.
Por solo mencionar un ejemplo, fue el creador del Jardín Maternal de la Casa Central de la Institución.
La Ley 7002/65 modificó la Carta
Orgánica del Banco de la Provincia y por su intermedio dispuso que, el
50% de las utilidades netas de la institución, se reinvirtiesen en el
acrecentamiento de la cartera hipotecaria de la misma; esta medida posibilitó
mejorar ostensiblemente la financiación de los diversos planes de vivienda del
Gobierno. Además, su política crediticia fue de impulso para todas las
manifestaciones productivas. En 1965 los créditos de la sección bancaria
aumentaron en 17.578 millones de pesos con respecto a al año anterior. En el
mismo período, la cartera de crédito hipotecario llegó a 9.259 millones de
pesos mientras que en 1964 había sido de 5.037 millones.
Durante su gestión la entidad
financió y construyó 23.500 unidades habitacionales, incluidas 686 entregadas
en Azul, de las cuales 498 fueron consecuencia de planes individuales y 188 del
Barrio
General Martín Miguel de Güemes. Vaya uno a saber por qué designio, el
gobierno al que le tocó inaugurar el barrio (7 de noviembre de 1970), prefirió
ponerle el nombre del militar salteño, antes que el del Dr. Alfredo Prat que
fuera su impulsor. Es importante hacer la salvedad que por años el barrio fue
conocido como “Barrio Banco Provincia”. En cambio, como justo homenaje, en Miramar,
Partido
de General Alvarado, un barrio de similares características al azuleño,
lleva merecidamente el nombre de nuestro ilustre coterráneo.
En las filas internas de la Unión
Cívica Radical, cuando se confiaba en que el orden constitucional no sería
interrumpido nuevamente, se comenzaron a barajar dos nombres como posibles
candidatos a Gobernador de Buenos aires;
por un lado, el brillante orador Dr. Raúl Alfonsín y, por otro, el Dr.
Alfredo Prat, que con su gestión al frente de la Institución Bancaria
había descollado en el gabinete bonaerense. Lamentablemente todo quedó en
simples hipótesis, truncado por el Golpe de Estado de la autoproclamada “Revolución
Argentina”, que llevó al poder al general Juan Carlos Onganía.
Sus últimos años…
Su
trabajo en la función pública y su dilatada trayectoria en la vida política,
local y provincial, nunca le restaron tiempo a su esparcimiento en el campo
familiar, donde no solo pasaba largas tardes montando a caballo sino ocupándose
de múltiples labores rurales junto a su núcleo familiar.
Todo su
obrar jugó al ritmo de su fuerte, pero afable personalidad.
Fue
miembro del Directorio y de la Comisión de Vigilancia del “Nuevo Banco de Azul”.
Asimismo, fue parte de la Comisión Directiva de la Biblioteca Popular de Azul
“Bartolomé J. Ronco”.
Alfredo
Prat fue Convencional Nacional en 1972 y Presidente de la Comisión de Asuntos
Agrarios del Comité de la Unión Cívica Radical de la Provincia desde 1972 a
1974. Actuó como Presidente de la U.C.R. local en varias oportunidades y en los
periodos 1972/74 y 1974/76, desarrollando una activa participación cuando la
situación política de la argentina volvía a transitar por oscuros senderos, sin
lograr afirmarse en la democracia apenas sostenida.
La
profesión que eligió a muy temprana edad lo llevó a destacarse y ser electo
Delegado a la Federación Argentina de Abogados. De la misma manera, fue Conjuez
de la Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires. Al haber sido
educado en el seno de una familia de profesionales puestos al servicio del bien
común, jamás entendió la función pública como un premio sino como una enorme
responsabilidad.
Con una
lucidez sin igual, evitando pasar a ser un elemento pasivo dentro de la
sociedad, con tenacidad continuó ejerciendo como abogado hasta alcanzar sus 80
años de vida.
Dos esculturas…
Al cumplirse el primer aniversario del fallecimiento del Dr. Alfredo Prat se le rindieron múltiples homenajes. El más importante se llevó a cabo en la lluviosa mañana del 30 de octubre 1986, en el Barrio Martín Miguel de Güemes, donde fue descubierto un busto en la esquina este de las calles Brasil y Colombia.
Con
un importante marco de público, entre los que se contaban concejales,
funcionarios, correligionarios políticos, familiares y amigos, la escultura realizada por el artista
plástico Carlos Abelardo Pérez Ortiz, fue descubierta por la viuda de
Prat, doña María Emelia Fernández y su hijo, Alfredo Ernesto Prat.
Inmediatamente,
el intendente municipal Profesor Rubén César De Paula
depositó una ofrenda floral a los pies del monumento e hizo uso de la palabra,
marcando con emotividad el fructuoso camino trazado por el destacado
profesional.
Años
después, tras múltiples roturas causadas por el absurdo vandalismo, un incierto
día el busto fue retirado y aunque todos anunciaban que pronto sería repuesto
en su ubicación original, nunca más se supo de su destino.
De
tal palo…
Alfredo Ernesto Prat, hijo de Alfredo Prat y María Emelia Fernández, fue Martillero Público y Corredor
y, al igual que su padre, un activo militante de la Unión Cívica Radical a la
que pronto abrazó con absoluta convicción propia. Abrazando sus banderas, realizó una importante carrera política
en medio de complejos vaivenes políticos.
Contrajo matrimonio con Sara Haydée Sabella. Tuvieron cuatro
hijos María Florencia, Leandro Alfredo, Natalia
Daniela y Mercedes Soledad.
Fue concejal por el Partido de Azul y
candidato a intendente; productor agropecuario y presidente del Rotary Club
“Pedro Burgos”.
En
1991 fue electo Diputado Nacional, cargo que ejerció hasta 1995. Desde su
bancada propulsó un centenar de proyectos, entre ellos varios ligados a la educación,
tal como el mantenimiento de la ciudad como sede de la jefatura de la región
educativa y la asignación de fondos para la refacción y ampliación del Colegio
Nacional “Esteban Echeverría”. Asimismo, ante los graves problemas hídricos de
la provincia de Buenos Aires, a los cuales Azul no estuvo ajena, propuso la declaración
de interés y prioridad nacional de las obras de dragado de ríos y arroyos
provinciales.
Para
mostrar sus férreas convicciones, alcanza con mencionar que votó
negativamente las privatizaciones de Gas del Estado, Y.P.F., Caja
Nacional de Ahorro y Seguro y Banco Nacional de Desarrollo. Igualmente votó
en contra de la jubilación privada y con disidencias parciales la Ley
Federal de Educación, como posición unánime del bloque de la U.C.R.
En
beneficio exclusivo de Azul, Prat fue autor del proyecto por el cual la “Expomiel
Azul” fue declarada “Fiesta Nacional de la Miel”, reconocimiento efectuado por la Secretaría de Turismo de la Nación.
En
consonancia con su manera de ejercer la actividad política, nunca
recibió haber jubilatorio una vez concluido su mandato.
Gran
conocedor y apasionado por el boxeo, hincha de River
Plate, seguidor del ciclismo y el básquet, amante del campo,
en sus últimos años dejó prácticamente todo de lado para abocarse absolutamente
a la política de la cual era un perspicaz analista.