martes, 13 de octubre de 2020

Octubre sobre tablas...

                                                 Octubre sobre tablas…

 

Por Eduardo Agüero Mielhuerry

 

La Sociedad Española de Socorros Mutuos de Azul fue creada el 6 de enero de 1882 por un grupo de inmigrantes. La primera sede social fue una habitación de la calle Colón Nº 70; luego se mudó a Burgos entre San Martín y Bolívar, hasta su sede actual en San Martín Nº 427.

En los primeros tiempos, las actividades se centraron en cuestiones de salud y asistencia de españoles radicados y/o recién llegados.

El 29 de julio de 1889, en una asamblea presidida por Antonio Nieva, éste propuso la construcción de una Sede Social, para lo cual dona de su peculio un total de 10.000 ladrillos, propuesta a la que inmediatamente se sumó Constantino Rey, otro miembro de la Sociedad Española quien respaldó la idea de construir un Teatro frente a las otras opciones propuestas que eran un Panteón, un Hospital y/o un edificio para renta.

El 13 de abril de 1893 comenzaron las obras sobre el terreno propiedad de la Sociedad, sobre la calle Burgos. Sin embargo, ante numerosos inconvenientes y las objeciones de los socios, poco más de un año después, el 21 de abril de 1894, se permutó aquel terreno por uno que estaba frente a la Plaza Colón (actual San Martín).

El Teatro Español fue construido entre los años 1894 y 1897, siguiendo los planos de Vicente Romero.

Un detalle particular estuvo dado por la decisión de la Comisión de seguir la idea del mecánico Antonio Bugallo, quien propuso la construcción de un piso móvil para la sala. La idea era de vanguardia, pero demasiado costosa. Empero la donación de Joaquín Martínez Berdes  impulsó a aceptar el ambicioso proyecto.

Otro punto de relevancia estuvo dado por la iluminación. Los avances tecnológicos indicaban que debía prepararse el Teatro para ser iluminado con electricidad. Como Azul aún no tenía el servicio (faltaban algunos años para que la decisión gubernamental y el empuje de los vecinos concretaran tan gran avance), se contrató en Buenos Aires a la Empresa Kexen y Cía, que instaló en el terreno contiguo un motor y los artefactos y cableados necesario. Vale destacar que dicho motor proveyó de luz eléctrica por primera vez a la Plaza Colón (hoy San Martín) el 25 de Mayo de 1897.

La inauguración del Teatro Español ocurrió el 16 de enero de 1897 con la obra La Tempestad del Maestro Chapí, representada por la Compañía Rico y Coss, constituyendo un hito cultural en toda la región.

           

 

Figuras en el Español

 

 

Durante más de 50 años, el Teatro tuvo una etapa de esplendor con diversas compañías italianas de operetas (también de óperas y obras de teatro) y españolas de zarzuelas, sumadas a figuras de renombre nacional e internacional como Pablo Podestá, Libertad Lamarque, Carlos Gardel, Margarita Xirgu (representando en noviembre de 1938 las obras de Federico García Lorca “Doña Rosita la soltera”, “Bodas de sangre” y “Yerma”), Blanca Podestá en diciembre de 1938, Agustín Magaldi, Tita Merello, Herminia y Eva Franco, Imperio Argentina, Almafuerte, Berta Singerman, Pierina Dealessi, Mecha Ortiz, Iris Marga, Enrique Serrano, Fernando Ochoa, Olinda Bozán, Pedro López Lagar, María Luisa Robledo, Pedro Aleandro, Luis Sandrini, y muchos más.

Gracias a un ingenioso sistema mecánico, el piso de la sala podía variar su inclinación, posibilitando colocarlo horizontal para que pudieran realizarse los más diversos eventos como romerías, bailes de carnaval y hasta la destacada exhibición del recordado boxeador Luis Ángel Firpo en mayo de 1921.

El debut de Libertad Lamarque como protagonista principal de un  espectáculo se produjo casualmente el 16 de mayo de 1924 en el Teatro Español de Azul. Libertad tenía apenas 15 años y formaba parte del elenco de la obra “Airiños da miña terra”, de la Compañía Argentina de Comedias y Dramas de José Costanzó. En la oportunidad tuvo que reemplazar a Aurelia Musto, la cantante principal de esta compañía que por razones de enfermedad no podía tomar parte de la actuación. La compañía permaneció realizando funciones en Azul durante toda una semana, la última presentación la realizó el día 25 de mayo del mismo año.

Carlos Gardel se presentó en el Teatro Español de Azul en más de una oportunidad.

El Teatro cumplía funciones sociales de importancia en la comunidad, siendo desde escenario de obras teatrales, pista de baile para romerías y carnavales, ring de box y hasta sala velatoria de algún ciudadano ilustre.

            También se realizaron importantes actos políticos como los encabezados, entre otros, por Juan B. Justo, Alfredo Palacios, Lisandro de la Torre y Marcelo T. de Alvear.

 

 

Con la marca de octubre…

 

 

El ex presidente de la Nación entre 1922 y 1928, Máximo Marcelo Torcuato de Alvear (nacido en Buenos Aires, el 4 de octubre de 1868), visitó nuestra ciudad el domingo 13 de octubre de 1935.

Alvear, en su carácter de presidente del Comité Nacional del Radicalismo, arribó a Azul junto a los por entonces candidatos a gobernador y vice, doctores Honorio Pueyrredón y Mario Guido, acompañados de una nutrida comitiva.

En el Paraje “La Colorada”, un importante grupo de correligionarios esperaba a los viajeros y desde aquella zona, en caravana, los acompañaron en su ingreso a la ciudad. Los visitantes cenaron en el “Hotel Colón”.

El azuleño candidato a diputado provincial Luis F. Dours abrió la Asamblea Cívica en el Teatro Español con un vibrante discurso ante una sala colmada.

Luego habló Alvear. Inició su discurso evocando su primer viaje a Azul cuarenta años antes, en 1895, cuando integraba una división del Ejército que se dirigía a la concentración de Curumalán ante el conflicto limítrofe que se había desatado con Chile. Alvear recordó: “En esa oportunidad un peligro exterior amenazaba la tranquilidad de la Patria; vestía entonces uniforme militar; hoy desaparecida ya la perturbación exterior, pero transformada esta en un peligro interno, vuelvo a Azul, con mi uniforme no menos digno de ciudadano”. Se refirió, luego, al triunfo electoral del 5 de abril de 1931 en plena dictadura, destacando que ella constituía una de las fechas de gloria para el radicalismo a pesar de la anulación de los comicios. A continuación se ocupó de la situación anormal de las provincias puntualizando el fraude de Corrientes y el caso de intervención a Santa Fe.

Calificó duramente al gobierno nacional, al que comparó, por oposición al dicho popular de que es una nave con ocho velas y un timonel, de que en este caso “es una nave con una vela, el presidente, y ocho timoneles, navegando de acuerdo al rumbo que le imprime cada timonel”.

Para culminar, Alvear se refirió en términos generales a la política equivocada del general Justo y sus ministros, cosechando a su terminación una verdadera ovación. 

Posteriormente hablaron el Dr. José Pascual Tamborini; el Dr. Honorio Pueyrredón; el azuleño candidato a diputado nacional Ismael López Merino;  el platense, candidato a diputado nacional, Emir Mercader; y finalmente cerró el acto el jefe del radicalismo local, el doctor Juan Prat, quien recibió una prolongada ovación.

Después del acto, Alvear partió en tren hacia la ciudad de Buenos Aires y los doctores Pueyrredón y Guido pernoctaron en nuestra ciudad para viajar a Tandil al día siguiente.

            Dos años más tarde –y no en octubre-, más precisamente el domingo 15 de agosto de 1937, Marcelo T. de Alvear volvió a pisar por última vez las tablas del Teatro Español, pero en la ocasión lo hizo como candidato a Presidente de la Nación encabezando la fórmula junto a Enrique M. Mosca. En el inicio del que resultaría un encendido discurso –en el que presagió el complejo camino que atravesaría la Argentina-, expresó:

            “Van a ser pronto dos años que tuve el honor de ocupar esta misma tribuna en el pueblo de Azul. Tuve ese alto honor y vi a este pueblo vibrante, entusiasta y decidido en vísperas de elecciones que todos deseábamos tranquilas y limpias. No necesito recordarles lo que en ellas pasó (...).

Finalmente, sus palabras fueron ovacionadas por una sala que desbordaba de almas… De más está decir que las elecciones de septiembre fueron ganadas mediante el “fraude patriótico”, consagrando a Roberto M. Ortiz como presidente de la Nación.

 

 

Decadencia y reconstrucción…

 

 

Con el auge del cine en la década del 40 la sala fue concesionada, y allí comenzó un paulatino deterioro ocasionado por la falta de mantenimiento, el uso inadecuado de sus instalaciones y las prerrogativas de leyes que intentando proteger inquilinos, terminaron por convalidar la destrucción de éste inmueble y de muchas otras salas del país.

A comienzos de la década del ’70 el estado de decadencia y abandono fue incrementándose. En julio de 1976 la Municipalidad de Azul, por decreto del Intendente Municipal Cnel. Carlos Manuel Ricardes a instancias de la Asociación Española, clausuró el Teatro debido a la falta de seguridad y lamentables condiciones de higiene en que se encontraba.

La Asociación Española de Socorros Mutuos de Azul, después de varios años en juicio con el concesionario, recuperó la sala en ruinas.

Fue allí que la grandeza y la comprensión de la realidad de sus dirigentes encabezados por Manuel Sánchez Trespalacios (presidente de la Asociación Española), Juan Mingarro (tesorero) y Juan José Bogliolo (secretario) dieron a Azul la posibilidad de pensar en un trabajo mancomunado para la reconstrucción del Teatro Español.

Sánchez Trespalacios surgió como un gestor indiscutible de la reconstrucción, por su tesón y su voluntad ante tan magno objetivo, actitud que permanentemente ha sido reconocida por sus pares y por quienes lo siguieron y en prueba de tal reconocimiento se le impuso su nombre a la sala del Teatro Español de Azul.

Se convocó a todos los sectores de la comunidad para sumarse a la empresa, así nacieron la Comisión Administradora del Teatro Español con la función de organizar y controlar las obras de Reconstrucción y la Comisión de Apoyo Financiero, quien debía gestionar la provisión de los fondos necesarios para la tarea. Estas comisiones fueron formadas por empleados, funcionarios, comerciantes, profesionales, productores, representantes de instituciones intermedias, etc., los que comenzaron a delinear las primeras acciones luego de la firma del primer contrato de arrendamiento entre la Asociación Española y la Municipalidad de Azul (año 1978).

Paralelamente se firma un contrato con la firma de la empresa propietaria del Hotel Mar del Plata, por el que la misma se hacía cargo de la construcción de una confitería y restaurante con el aporte de los materiales por parte de la Comisión Administradora del Teatro Español.

En abril de 1980 la inundación afectó el galpón donde se encontraban depositadas las butacas originales recientemente retapizadas, destruyéndolas en gran parte, situación que pudo subsanarse recién varios años después cuando mediante un comodato fueron conseguidas por el Dr. Luís Miralles, cuando desempeñaba funciones en el Ministerio de Educación de la Provincia de Buenos Aires las que hoy luego de retapizadas y reacondicionadas por la comisión se encuentran en la planta baja del coliseo.

Atropellado por una camioneta, en noviembre de 1980 falleció Manuel Sánchez Trespalacios, cuando se dirigía a su domicilio luego de una reunión de la Comisión Administradora. Pero su espíritu permaneció como impulsor de aquellos que continuaron su obra.

La primera etapa de la obra de reconstrucción fue dirigida por el arquitecto Carlos Fortunato, intercalado durante un par de años ejerció esa tarea la arquitecta Aracelli Marateo, hasta que a partir del año 1990, el ingeniero civil Marcos Zuccato Sánchez (nieto de Manuel Sánchez Trespalacios) y Fortunato desempeñaron en forma conjunta las tareas de proyecto y dirección hasta su reinauguración. En el año 1994 bajo la dirección de Zuccato comenzó la restauración integral de la fachada del edificio, la que fue culminada en 1996.

La reinauguración de uno de los espacios que más llena de orgullo a los azuleños fue durante los días 10, 11 y 12 de octubre de 1992. Desde entonces el Teatro Español se convirtió en un ícono de nuestra sociedad y un importante punto de referencia en el interior de la Argentina.

Hoy transitamos un octubre diferente, pero aquellas tablas esperan impacientes volver a vibrar al ritmo de los corazones encantados por la magia del “Español”.

 

 

EL DATO:

Buena parte de los datos del presente artículo fueron tomados del libro “Teatro Español de Azul. Testimonio de identidad, cultura y desarrollo comunitario” de Carlos W. Filippetti, obra que se terminó de imprimir el 16 de octubre de 2014, justamente a los 82 años del acto de Clausura de la “Exposición Cervantes” que fuera realizado en el Teatro Español organizado por la Biblioteca Popular de Azul. Pero esa, es otra historia…




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